Actividades con tu bebé: Elige conscientemente, elige informada

Actividades con tu bebé: Elige conscientemente, elige informada

Una vez recuperadas de nuestro parto y pasado el periodo de adaptación a la nueva situación y al bebé (unas antes y otras más tarde), como ya te contaba en este post, nos entran ganas de empezar a hacer cosas, de moverte, de reconecterte al mundo, con algo que no esté relacionado con la crianza pero sin renunciar a estar con nuestros pequeños.

Así que generalmente buscamos actividades en las que ya sabemos que nuestros bebés serán bienvenidos: Matronatación, estimulación musical, estimulación temprana… Actividades centradas en los bebés. Pero lo que realmente buscamos (que no quita que también hagamos lo otro) es algo más para nosotras, para moverte, para recuperarte y tonificarte.

Pues bien, aquí tienes dos opciones:

A) Ir a clases donde la persona a cargo de la clase admite madres y a sus bebés porteados. Si eres de esas madres infórmate bien en porteo previamente y se consciente de las limitaciones que tiene el portabebé elegido, para así llevar la clase al mejor ritmo posible, sabiendo que la clase va a ritmo de personas sin bebés. Con paciencia y consciencia de que el profesional que te acompaña no podrá orientarte en muchas posturas o ejercicios y te las tendrás que ingeniar para adaptarlos tú misma. Es una opción muy válida si cumples estos 3 requisitos:

1- Ya hacías esa actividad antes y conoces la dinámica de la clase y cómo la imparte ese profesional.

2- Te has informado y formado en talleres de porteo ergonómico y seguro (no vale con plantarse una mochila que te regalaron sin saber usarla de verdad porque podrías no estar haciéndolo bien y lastimar tu espalda o suelo pélvico o estar perjudicando la postura del bebé por no estar en la postura correcta y tener que amortiguar el movimiento de tu actividad desde esa postura.

3- Has hablado con la persona que lleva la clase y está conforme con que participes en esas condiciones especiales.

B) La otra opción es ir a un sitio donde la actividad en cuestión sea impartida específicamente para un grupo de mamás con sus bebés. En este caso la persona encargada de impartir la clase debe tener en cuenta qué movimientos son los más favorables para que las madres y sus hijos disfruten de la clase de manera segura, para ambos a la vez. Para saber que esta clase realmente te va a aportar todo lo que buscas debe  cumplir los siguientes requisitos:

1- Actividad dirigida en exclusividad a madres o padres con sus bebés (también los padres tienen derecho a hacer pilates, yoga o la actividad que les guste, sin renunciar a sus bebés).

2- La persona que imparte la clase debe  estar formada en porteo para garantizar que el portabebé que se está usando sea el adecuado, que se use de manera correcta y que tanto bebé como porteador están bien colocados desde el principio hasta el final de la clase.

Esto no significa que esta persona tenga que ser asesor@ de porteo (aunque sería lo ideal), significa que debe  haber recibido algún curso de formación lo suficientemente completo como para garantizar lo anterior.

El objetivo de este post, no es sólo que sepas qué opciones tienes, si no que a la hora de elegirlas sepas distinguir entre aquellos profesionales que te van a ofrecer lo mejor para ti y tu bebé y los que ofrecen esa misma actividad pero la dan como si tratase de otra clase normal sin tener encuentra las necesidades y la seguridad de los asistentes.

Personalmente me duele encontrar fotos de este tipo de clases donde se ve a los bebés mal porteados o con portabebés nada adecuados o con portabebés adecuados pero muy mal usados.

http://www.babble.com/baby/latino-bambino-zumba-for-the-mom-of-a-newborn/ https://jadoredance.com/blog/2010/07/02/why-i-choose-cha-cha-cha

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https://jadoredance.com/blog/2010/07/02/why-i-choose-cha-cha-cha

Pienso en que a la persona que imparte esa clase le da igual si ese bebe está bien colocado durante toda su hora de clase, mientras solo se preocupa de corregir la postura de la madre, o que a las madres que van a esas actividades solo les enseñan bailes o movimientos carentes de técnica y coreografías “tontas” en las que apenas aprenden nada. Moverse se mueven pero no hay un aprendizaje más allá.

Como bailarina mi opción fue la primera: formarme en porteo e ir a las clases y a la actividad que ya hacía y en la que bailaba como siempre pero con mi bebé, en mi nivel, aprendiendo y mejorando.

Como profesora de danza que quería que sus alumnas embarazadas cuando fuesen mamás pudieran volver a sus clases cuanto antes pensé que con lo que sabía de porteo para mi no era suficiente si los cuerpos de adultos y bebés iban a estar a mi cargo y por eso me formé como Asesora Continuum®. Porque quería convertirme en la mejor profesional posible para que las familias pudieran venir a bailar sin preocupaciones, sabiendo que están en las mejores manos.

Porteo Peñiscola

Foto de portada: http://WrapYourBaby.com

En plena cesárea te pasa esto y no te lo puedes ni creer

En plena cesárea te pasa esto y no te lo puedes ni creer

Hoy os vengo a contar una historia personal. Una experiencia vivida durante uno de los sucesos vitales de mi vida: el nacimiento de mi segundo hijo. Y que acaba con moraleja en plena cesárea.

Mi primera hija nació por cesárea, totalmente innecesaria y esa experiencia vital en mi vida hizo que buscase tener un parto natural en mi segundo embarazo.

Leí, me formé, me preparé, iba a yoga prenatal, seguí bailando y ejercitándome, vigilé que mi cicatriz estuviese bien, que no hubiera adherencias, y llevé un control de mi dieta y de todo lo que me había informado. Estaba empeñada y decidida a que esta vez lo iba a lograr.

Una mañana (estaba ya de 37 semanas) me levanté con una pierna hinchada, algo que es normal en el embarazo y más hacia el final. Lo que no era normal es que si me pasabas suavemente un dedo, sin presionar, me dolía y mucho. A las 24 horas mi pierna era el doble, no me cabía ni los pantalones especiales del embarazo. Fui a mi ginecóloga y al verme la pierna me mandó a urgencias por si se trataba de una infección bacteriana. Pero no me dijo que implicaba si ese diagnóstico se hacía realidad.

Después de un calvario por urgencias y por diferentes servicios, hasta 24 horas después de haber entrado en urgencias no obtuve un diagnóstico. Efectivamente tenía una infección: una celulitis infecciosa.

Celulitis Infecciosa

 

No tenía ni idea de que era eso y por qué de repente había que hacerme sí o sí una cesárea de urgencias. Yo estaba destrozada, otra cesárea y no entendía por qué. Vino un ginecólogo amigo de mi familia, que me explicó en qué consistía la infección y porqué era tan peligrosa:

«La infección está muy avanzada y avanza muy rápido, corres el riesgo de hacer una sepsis y morir los dos»

Realmente yo me encontraba tan mal que si que temí por nuestras vidas y entonces asumí que mi situación era realmente para una cesárea, esta vez sí, justificada.

Me preparé psicológicamente lo más rápido que pude para el momento, y cuál fue mi sorpresa que al llegar a observación antes de entrar a quirófano estaba una de mis amigas monitorizada. Un momentazo y un desahogo con una buena amiga, con la que me tranquilicé y entré un poco mejor al quirófano.

Aun así no podía dejar de temblar, una mezcla de miedo, dolor en la pierna y el frío que hacia en el quirófano. Mientras me ponían la epidural y me pedían que me estuviese quieta, con el añadido de que llevo tatuada la espalda y el anestesista me reñía por ello, me puse a llorar.

Pero conforme me tumbé empecé a aplicar mis estrategias de relajación y conseguí abstraerme (más o menos porque el anestesista se empeñaba en que me debía de quitar con láser el tatuaje cuando me recuperase…).

Y llegó el momento en el que sacaron a mi pequeño y me incorporaron para verle. No me lo pusieron encima pero lo pusieron en una cuna donde yo lo veía mientras lo revisaban. Y yo lloraba, no podía parar. Me lo pusieron a los pocos minutos pegadito a la cara y mientras yo estaba en mi mundo con mi bebé ahí pegado sucedió algo que me dejó fuera de juego.

Y en plena cesárea, aún con abdomen abierto después de sacar la placenta, cuando la ginecóloga me dice:

«Uy, se te ha olvidado firmar el consentimiento para la ligadura de trompas»

¿QUEEEEE?

¿Qué ligadura de trompas? ¡Yo no quiero que me toquéis nada!

No daba crédito. Como ya tenía una cesárea anterior habían decidido que yo ya no debía de tener más hijo.

Moraleja

Leed bien todo lo que os den a firmar antes de entrar en un quirófano porque igual te encuentras con que ellos han decidido por ti
y tú has dado tu consentimiento sin darte cuenta.

Bailar y portear es mi felicidad.

Bailar y portear es mi felicidad.

Hoy me gustaría poder compartir con vosotras cómo el porteo ha influido en mi vida. Cómo sin él no habría podido volver cuanto antes a hacer lo que más me gusta: Bailar.

Soy bailarina profesional de tribal fusión, pionera en introducir esta danza en Valencia y una de las pocas profesoras de este estilo en Valencia. Tengo la gran suerte de tener como profesión mi vocación y mi pasión.

Desde que tengo uso de razón he bailado. La danza ha sido mi forma de expresarme y de vivir mi vida. Las pocas y contadas épocas en las que no hubo danza fueron épocas difíciles y hasta que no volví a poner la danza en mi vida no volví a ser yo misma.

Cuando tuve a mi primera hija, Marina, era muy joven, tenía 18 años, y aunque mis padres me apoyaron y me ayudaron en todo lo que pudieron, fue muy duro. No hubo danza, ni lactancia, ni colecho, y por supuesto no hubo porteo. Crié a mi hija lo mejor que supe pero me dejé llevar por aquella crianza que me impusieron mis padres, ya que vivíamos con ellos, y en mi desinformación me dejé llevar.

No me imaginaba que las cosas se podían hacer tan diferentes a como me las enseñaron, que sí se podía criar como mi instinto me dictó, pero que yo reprimí porque contradecía lo que mis padres, pediatras, y cualquier persona con más edad que la mía me decían que debía ser. Así que cuando me volví a quedar embarazada no lo dudé ni un segundo, esta vez todo sería diferente, todo se haría a mi manera.

Doce años después llegó mi segunda oportunidad, estaba embarazada de nuevo. Así que durante el embarazo bailé, bailé acunando en mi útero a mi pequeño, sentía cómo cuando bailaba él se quedaba quieto, sintiendo el movimiento que se generaba entre ambos, sintiendo cómo nos compenetrábamos, cómo se relajaba y lo bien que me sentía cuando nos mecíamos juntos entre la música.

Bailé hasta pocas semanas antes de que mi pequeño naciera, aunque a nivel profesional mi última actuación fue estando de 30 semanas. Bailé con mis compañeras una fusión con flamenco y así mi hijo bailó dentro de mi ante el público que se maravillaba de que bailase con semejante barriga.

A las semanas de nacer Lucas fue cuando empecé a portear, con el fular comprobé lo cómodo que era poder llevar a mi pequeño junto a mi todo el rato, podía darle de mamar en cualquier momento, en cualquier lugar y sin apenas hacer nada, un pequeño cambio en el fular o bandolera y ya está.

Todo un mundo de posibilidades se abría ante mi

Poco a poco, en casa, me empecé a poner a Lucas en el fular, bailaba suavecito y él encantado, parecía que recordaba el baile, le tranquilizaba, le dormía. Qué gozada era poder volver a bailar y poder hacerlo sin despegarme de mi pequeño. Gracias a la ayuda de Red Canguro aprendí como ponerme a mi pequeño a la espalda, pues tenía una idea en la cabeza: actuar con mi niño.

Llegó el día en que me sentí suficientemente segura como para poder bailar con él en la espalda y ante un público. Así que me fui a la quedada de Red Canguro con una pregunta más: “ ¿Podéis enseñarme acabados bonitos para que me quede el fular apañado para bailar?” Y casi como si se lo hubieran preparado las chicas saltaron: “ ¡¡El Pindonga!!” jaja. Ahora es mi nudo estrella.

Y llegó el 1 de Noviembre de 2013 y fue el momento en el que sentí que todo estaba bien, que el niño quería, y yo lo deseaba y junto a mis compañeras volví a poner un pié en el escenario con mi pequeño.

PostACAgosto2

Mil emociones me invadían, después de tantos años de actuar volvía a estar nerviosa antes de salir, pero esta vez mi preocupación era si Lucas estaría a gusto mientras bailábamos. Y cuando empezamos a bailar no podía contener mi sonrisa de lo emocionaba que estaba, de sentir a mi pequeño tranquilo y dormido en mi espalda, de sentir cómo todo cuadraba. Era tal y como tenía que ser.

Aquí os dejo el video de ese momento tan bonito de mi vida que me gustaría compartir con vosotras y que sin el porteo no habría sido posible. Y con esto te animo a que no dejes de hacer las actividades que más te gustan, ¡mejorarlas en compañía de tu bebé! porque es mucho más bonito y se disfruta mucho más.

 

[vimeo 78409704 w=500 h=281]

Medjai Hafloween 2013 from Nuria Gallego on Vimeo.

Conciencia corporal y porteo. A mi no me duele la espalda.

Conciencia corporal y porteo. A mi no me duele la espalda.

Como mamá que portea constantemente y no usa carro he tenido que lidiar muchas veces con la pregunta:

«¿Pero no te duele la espalda de llevarlo así?»

Mi respuesta siempre es la misma:

NO

.

Es normal que alguien al verme llevar a mi hijo de 2 años y medio y 12 kilos pueda pensar esto, por que si ellos lo tuviesen que llevar de repente, y durante el mismo tiempo que yo, probablemente, el primer día les podría doler la espalda. Pero yo no empecé porteando un niño así de grande, empecé con un bebé pequeñito de 3 kilos y medio y mi espalda se ha ido fortaleciendo gracias a llevarle todos los días.
Las personas llevan a sus bebés en brazos continuamente sin darse cuenta de cómo desalínean sus columnas, las cuales luego sí pasan sus facturas bajo el consabido dicho de:

“me está destrozando la espalda”

Si tienes suerte, algún allegado o tal vez en tu entorno (grupo de lactancia, de crianza, la matrona, el pediatra…) te han hablado del porteo y de las ventajas que eso va a tener para tu espalda además de los beneficios que aporta al bebé.
Y ahí vas tu, con toda la ilusión del mundo, te compras un fular, vas al grupo de porteo local, te explican un nudo para poder ponerte a tu bebé.

Te lo pones y piensas:

“qué maravilla” esto es lo que necesitaba”

Pero a las horas piensas:

“parece que se me está cargando el cuello y que la espalda otra vez se me carga, vaya”

Te desilusionas porque parecía que habías encontrado la panacea y no ha sido así.

¿Qué ha fallado aquí?

Pueden haber fallado varias cosas: desde que el portabebés elegido no sea el más adecuado, pasando por que el nudo no esté bien ajustado y falte tensión, pero sin ninguna duda lo que más le falla a todo el mundo es:

la postura corporal

Probablemente al anudarte el fular o colocarte la mochila no te habrás percatado de cómo has colocado tu propia espalda, qué tenías que hacer con tus hombros para que al acabar de anudar tu espalda estuviese es la posición adecuada.

Si cuando te colocas el portabebés tus hombros están rotados hacia adelante y la espalda un poco encorvada el portabebé mantendrá esa postura haciendo que te duela la espalda. Pero si al ajustar y anudar/abrochar el portabebés llevas tus hombros hacia atrás colocando la espalda recta verás que ese dolor de espalda ya no aparece.

La tela debe de ser tu aliada

Para que veas cómo un trozo de tela puede ayudarte en tu día a día, y con la idea de que puedas aplicar esto cuando porteas, te voy a proponer un par de ejercicios.

 

1- “El cocinero japonés»

Tradicionalmente en Japón cuando se tenían que realizar trabajos de carga o cuando el trabajo requería que la persona estuviese mucho rato mirando hacia abajo, se colocaban un obi (pañuelo) que entrelazaba los hombros formando una cruz justo entre las escápulas que impedía que los hombros se desplazasen hacia delante y por tanto que la persona se pudiese corvar. Esto es muy fácil verlo en cocineros japoneses. También se usaba para recoger las largas mangas.

Japonés1- Coge un cinturón o pañuelo y colócalo por detrás de la espalda.

2- Lleva las cintas hacia delante por debajo de las axilas y súbelas por encima de los hombros.

3- Crúzalas por detrás de la espalda estirando bien de ambos extremos.

4- Pásalas por debajo de las axilas y abrocha el cinturón delante del torso.

La forma tradicional japonesa anuda al lado formando lo que puede hacer que se abran demasiado las costillas por delante y se arquee demasiado la espalda, pero si un día el pañuelo del que se dispone es más corto se puede anudar de este modo.

2- “El cinturón escapular”

Consiste en atarse el cinturón alrededorCintura escapular del torso, justo por debajo de las axilas y por encima del pecho y de las escápulas. Hay que apretar fuerte mente el cinturón.

Aquí el cinturón hace la función que deberían hacer los serratos (los músculos que activan el movimiento de las costillas por debajo de las axilas), activando las costillas y entrándolas. Al hacer ese movimiento automáticamente las escápulas se colocan en su sitio.

Nada más te colocas el cinturón puedes comprobar cómo cambia la respiración, y cómo todo la zona del cuello se relaja (las embarazadas lo notan mucho en la respiración porque se libera presión del diafragma comprimido por el bebe).

Con estos dos ejercicios es muy fácil ver cómo una buena postura libera tensiones y cómo además usar elementos, como cinturones o telas, nos pueden ayudar a ello. Con el primer ejercicio notarás que el cinturón impide que te vayas encorvando (cosa muy habitual al trabajar sentado), y con el segundo ejercicio notarás que puedes respirar mejor y que los hombros se relajan.

Espero que esto te ayude a mejorar tu conciencia corporal y tu día a día mejore, pero sobre todo espero que tus momentos de porteo sean saludables y placenteros.

¿Te ha servido de ayuda este post?

Cuéntanos tu experiencia al poner en práctica estos ejercicios y si ha cambiado tu percepción a la hora de portear. Tu experiencia es importante para nosotras. Gracias.

Empieza a moverte. Actividad física y porteo.

Empieza a moverte. Actividad física y porteo.

Muchas de nosotras antes de tener a nuestros bebés éramos personas muy activas.

Bailábamos, hacíamos yoga o taichí, íbamos al gimnasio, hacíamos excursiones por el campo.

Tras recibir a nuestros bebés parece que el mundo se detiene  y la actividad que hacíamos queda apartada a la espera de que vuelvas a tener tiempo par ti.

 

“Tener tiempo para ti”

 

No es que las madres no podamos tener tiempo para nosotras, es que cuando tenemos a nuestros bebés lo que queremos es estar con ellos.

Las prioridades han cambiado

 

Ahora el bienestar de tu hijo está por encima del propio y esto hace que a veces nos olvidemos de nosotras mismas, de lo que nos gustaba hacer y en el fondo lo echamos de menos.

El gran problema es que “parece” que para poder volver a esas actividades tenemos que dejar a nuestros bebés.

Tu cuerpo ha cambiado mucho entre el embarazo y el parto. Durante el puerperio vamos recuperando la forma, a unas les cuesta menos a otras un poco más, y aun así todas aspiramos a lo mismo:
Tener un cuerpo sano y fuerte.

Todo se trata de disponer de los recursos adecuados y en este caso tu gran aliado es: el porteo.

Así que:

Ya no hay excusas para volver a moverte

 

Quizá hasta ahora no te habías planteado el hecho de portear porque no le habías encontrado utilidad, créeme, en cuanto descubras todo lo que puede aportarte a ti y a tu bebé, no lo vas a dejar.

Existe una gran variedad de portabebés ergonómicos en el mercado, que respetan la postura fisiológica del bebé (espalda en forma de C y rodillas por encima del culete), y que además también respeta la del porteador.

 

La verdad es que para moverte con tu bebé y disfrutar los dos juntos  te sirve cualquier portabebés: mochila, bandolera, fular elástico, fular tejido, híbridos, meitai… pero hay que tener en cuenta qué tipo de actividad vamos a realizar, y qué grado de intensidad va a tener.

 

actividad fisica y porteo

 

Vamos a llamar baja intensidad a aquellas actividades que, generalmente, ya están orientadas a trabajar con madres y bebés y que esa intensidad va a estar muy controlada. Generalmente se apunta gente que previamente no había tenido contacto con esa actividad y más que aprender de verdad lo que quieren es pasar el rato.

Esto está muy bien para las que antes no hacían la actividad, es una manera muy bonita de iniciarse y fomentar el vínculo madre/bebé.

La que ya hacía la actividad previamente, por ejemplo bailar, y ya tenía una destreza y lo que quiere es volver a coger el ritmo, lo va a hacer con una intensidad media. Primero porque aún no está fuerte como para ir a más y segundo porque no recomendamos ejercicios de alta intensidad con bebés.

Vamos a analizar qué tipo de portabebés nos van a ser más útilies en función de la actividad e intensidad que vayamos a realizar. Las características que vamos a tener en cuenta son: simetría, transpirabilidad, libertad de movimiento y fijación.

Bandolera:

  • Es un portabebés asimétrico y por lo general en la mayoría de actividades se tiende a trabajar por los dos lados por lo que podría resultar incómodo al no repartir el peso simétricamente.
  • Si está confeccionada con tela de fular dependerá de la composición que sea más o menos transpirable. Al ser una única capa de tela es un portabebé fresco.
  • Al ser asimétrica puede limitar los movimientos del hombro sobre el que va la tela. Puedes plegar o reducir la tela sobre el hombro pero esto, con el movimiento, hará que se acabe clavando en el cuello y que se te cargue la zona.
  • El bebé sólo está sujeto por una capa y hace que la fijación al porteador con respecto al movimiento, por ejemplo inclinarse o girar, sea mas bien poca.

Mochila:

  • Reparte bien el peso en ambos hombros y por la cintura.
  • Suele dar bastante calor por la zona de los tirantes al ir muy acolchado.
  • Los tirantes gruesos pueden impedir el movimiento de los brazos y el cinturón roza en los movimientos tanto de torso como de cintura.
  • Aunque el bebé aquí tiene también la sujeción de la cintura y no se mueve tanto por la parte de abajo sigue separándose del cuerpo del porteador al girar. Cuando se realizan movimientos en la zona de la pelvis se transmiten hacia el bebé siendo más difícil aislar el torso. Así que tiene una fijación media.

Meitai Chinado:

  • Reparte bien el pecho en ambos hombros y por la cintura.
  • Si están hechos de tela de fular depende de la composición si son más o menos calurosos.
  • Al no tener los tirantes acolchados la tela se queda fija sobre el hombro y no resbala como en la mochila por lo que es más cómodo. La tira de la cintura puede molestar, aunque si no está acolchada se adapta mejor al movimiento.
  • Tiene mayor fijación que la mochila si se usa con las tiras desplegadas haciendo que el bebé esté sujeto por tres capas.

Fular elástico o semielástico:

  • Reparte bien el peso en ambos hombros y por la cintura.
  • Generalmente este tipo de fulares son más bien gruesos y al tener spandex (o lycra o similares) en la mezcla hace que den más calor y sean menos transpirable.
  • Permite una gran libertad de movimiento, según el tipo de nudo tendremos mayor o menor. Si evitamos los nudos que atan a la cintura aún tendremos mayor movilidad.
  • Al ser elástico tiene muy poca fijación, aunque se ajuste mucho el bebé rebota en actividades donde hay saltitos o cambios de nivel. Durante los giros se separa mucho del portador dando gran sensación de inseguridad al porteador quien está más pendiente del niño que de la actividad.

Fular tejido:

  • Reparte bien el peso en ambos hombros y por la cintura.
  • Hay mucha variedad de tejidos y lo ideal es que cogieses fulares con trenzado tipo jacquard o de gasa, que son frescos y transpirables.
  • Permite una gran libertad de movimiento, según el tipo de nudo tendremos mayor o menor. SI evitamos los nudos que atan a la cintura aún tendremos mayor movilidad. Es como una segunda piel que se adapta totalmente al movimiento.
  • Es el que mayor fijación tiene por la cantidad de nudos que puedes hacer que te permiten poner tres capas pero a la vez dejar la cintura libre, por ejemplo la cruz envolvente a la espalda. Con este tipo de nudos puedes girar o inclinarte que el bebé no se mueve.

Como anotación importante deciros que tenéis que tener en cuenta el estado de vuestro suelo pélvico, ya que si está debilitado, al hacer una actividad con una cinta (como el cinturón de la mochila o el meitai) que oprime la cintura aumenta la presión sobre el suelo pélvico y podría provocar problemas. Por eso, si estáis en esta circunstancia, buscad un portabebé que os deje libre la cintura.

Nos gustaría despedirnos con un video donde se puede apreciar cómo bailar y portear es compatible al cien por cien. Y para las curiosas os contamos que lleva un fular tejido de gasa con una cruz envolvente con acabado corazón con un bebé de 7 meses.

Si quieres aprender qué nudos en concreto son los que más movilidad permiten, qué posibles acabados tienen y cómo se hacen no te pierdas los siguientes post.

 

[vimeo 78409704 w=500 h=281]

Medjai Hafloween 2013 from Nuria Gallego on Vimeo.

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