Me dedicaba exclusivamente a mi bebé.

Me dedicaba exclusivamente a mi bebé.

¿Qué dirías si alguien te dice que tu vida no debería girar en torno a tu bebé?. Mi respuesta sería, que está loco, que soy madre y lo más importante para mi es mi bebé,en realidad es así para todas las madres.

Desde que cargué a mi bebé por primera vez, TODO giraba entorno a ella, mis acciones del día, mis actividades que eran en su mayoría en casa, mis conversaciones, las fotos de mi cámara, los libros que leía. En ocasiones, mis días y mis noches eran dedicadas de forma exclusiva a mi bebé.

Esos días eran bastante solitarios, sobretodo los primeros meses. Papá llegaba tarde, a los amigos ya casi ni los veía, los abuelos trabajan mucho, tenía una red de apoyo muy débil, mi mundo, mi vida giraba entorno a mi pequeña.

Es inevitable, sobretodo cuando somos madres por primera vez, es una etapa muy corta, en la cual comenzamos a conocernos, a mirarnos, a tocarnos, vamos aprendiendo uno del otro.

Ahora quisiera darle otro contexto a esa frase «Tu vida no debería girar en torno a tu bebé», no desde un ataque, tampoco como una imposición, sino como una nueva forma de atender las necesidades de nuestros bebés, pero a la vez seguir con nuestras rutinas, dedicarnos a todo lo que nos rodea, además de nuestra maternidad.

Si sólo nos dedicamos al cuidado de nuestro bebé, llegaremos a un límite, sobretodo si esa maternidad es en soledad.

«Los bebés necesitan estar en medio de la vida de una persona activa, manteniendo un constante contacto físico y siendo estimulado por una gran parte de aquellas experiencias de las que el bebé participará en el futuro.

El papel de un bebé en brazos es pasivo, observa con todos sus sentidos. De vez en cuando disfruta de una atención directa, de besos, de que le hagan cosquillas, lo lancen al aire… Pero su principal tarea es contemplar las acciones, las interacciones y el entorno del adulto que lo cuida»

 

Extracto del libro «El Concepto del continuum»

Vamos a aclararlo un poco, no es descuidar a nuestros bebés, ni dejar de lado sus necesidades, sino que todo lo contrario, pero ahora con mayor acción y aventuras, de las cuales ambos nos beneficiamos, un pequeño y simple ejemplo:

Mamá y bebé en fular, caminando por el parque en un día primaveral, camino a un círculo de maternidad, llegan al lugar y se encuentran con otras madres y otros bebés, el bebé duerme en el pecho de la mamá, se queja y ella le da el pecho, despierta y comienza a observar su entorno, mientras ella conversa animadamente con las otras madres, compartiendo experiencias y consejos.

Se benefician ambos:

El bebé en brazos, con su necesidad de contacto cubierta, necesidad de alimentación cubierta, necesidad de estímulo natural cubierta.

Por otro lado la mamá con su bebé en brazos, seguridad y confianza cubierta, disfrutando de la maternidad y compartiendo con sus pares, sólo por nombrar algunos beneficios.

Al comienzo como les contaba, mi día y noche eran dedicadas de forma exclusiva a mi bebé, pero me fui dando cuenta, que necesitaba estar en compañía, hacer otras cosas, conversar, disfrutar de mi maternidad, en otros planos.

Y el porteo fue una herramienta muy importante, desde salir a comprar nuestra comida, hasta comenzar mi propio emprendimiento, con mi hija en brazos en su fular, cubriendo sus necesidades y las mías.

 

dedicación exclusiva al bebé

 

Somos capaces de hacer muchas cosas y con un bebé muchas más, se abren nuevos espacios, nuevas oportunidades y nuevas aventuras. Hay muchas actividades que puedes hacer en casa o fuera de ella y con tu bebé cerca de ti, como danza con portabebés, yoga mamá y bebé, círculos de crianza, grupos de apoyo de lactancia materna,  formarte como Asesora Continuum, no hay límites.

 

Una maternidad a solas

Una maternidad a solas

Hoy quiero compartir contigo una vivencia. Una que quizá te suene, un  poquito o quizá mucho.
No sé si has sentido alguna vez como la oscuridad o un vacío aparece  cuando se supone que tiene que ser el momento de tu vida más feliz.

Y  hablo de ese momento en que por fin ves la cara a tu precioso bebé, y pasan los días, y más días, semanas, meses…

 

Hace poquito me contaba una chica todas las visitas que había tenido recién llegada del hospital, como se iban turnando a su bebé, cómo le pedían darle el biberón… porque sí, a veces ese dolor en el pecho que se transforma en herida y sangra… es tan insoportable que no hay otra salida.

O eso pensamos. Porque estamos solas. Solas. Porque ni tan siquiera hemos pensado en que pueda haber alguna profesional que entienda de esas cosas.

Esto está cambiando, por suerte ahora hay mucha información, pero no siempre llega a tiempo. Existen las asesoras de lactancia, de porteo, de maternidad en general… Pero no sabemos dónde ir, dónde buscar. Porque quizá los primeros profesionales con los que tienes contacto en tu maternidad no están por recomendarte que busques ayuda dónde ellos no te la pueden ofrecer. Aunque esto también está cambiando.

Y sí, la mayoría de veces es un servicio privado, pero créeme, merece la pena, o ir a grupos de lactancia o crianza dónde te sientas cómoda, te lo dice una que ha hecho una lactancia de 4 años y medio con pezonera 😉 He de decir, que busqué ayuda, dos comadronas, una me ridiculizó delante de más de 20 madres (todo un detalle en el puerperio) y otra… bueno… fue cariñosa conmigo pero no supo ayudarme. Y cómo me decían que total me iba a doler durante dos meses… en fin, creo que podríamos escribir entre todas un libro.

 

Quizá hayas vivido todo lo contrario, una situación en que tienes una madre que sabe lo que realmente necesitas (que es cuidar a tu bebé y a ti misma) y se pone a hacer todas las cosas que tú no tienes que hacer ahora, como limpiar, atender a las visitas o quizá hasta preparar comida.

A veces esa figura es una amiga, a veces, el padre es un súper padre, que ahora los hay a miles y consigue llevarlo todo al día, casa, atención plena hacia ti y vuestro bebé y encima le da tiempo de ir a trabajar. Pero no pasa nada, ha podido entrenar esto durante 15 días (quizá puedas leer esto con un toque de ironía).

Lo que quiero hacerte llegar con mis palabras, es que busques ayuda siempre que lo necesites, sin dudarlo. Que la pidas, que te hagas con una tribu de amigas, virtuales y no virtuales. Te harás más fuerte sin darte cuenta y tendrás alrededor a mujeres que han vivido o viven lo que vives tú. Y si puedo ayudarte, escríbeme… Ya sabes dónde encontrarme 🙂

cora and katie 335

Foto greyerbaby

 

8 consejos para practicar el #BePositiveMyFriend

8 consejos para practicar el #BePositiveMyFriend

Hoy he amanecido con noticias de una amiga a la que criticaban y juzgaban en su práctica profesional. Viviendo en el mundo competitivo y feroz en que vivimos, no debería llamarme la atención, lo sé, aunque conociéndome, es normal que me haya removido, después de todo, aún sigo siendo sensible a las injusticias, y me indigno cuando el ser humano, capaz siempre de la más alta nobleza, se comporta con bajeza.

Mi primera reacción ha sido obviamente la de animarla, y recordarle aquello consabido del «Ladran, luego cabalgamos…», de que está en el camino correcto si la critican y de que, sobretodo no desfallezca, que no va a ser fácil pero es porque vale la pena… y bla bla bla… Pero después me dio rabia de mi misma, porque me di cuenta de que estamos tan programadas en el juicio y en que lo bueno y lo que vale la pena ha de ser difícil, en aquello de que «la fama cuesta» que ya lo esperamos, y hasta nos preparamos para ello. Y no debería ser así. Pero esta sociedad vapulea a la mujer que triunfa una y otra vez, por salir del redil y dar la nota, y nosotras aún jaleamos.

  • ¿Porqué una mujer no puede sentir el deseo de hacer aquello que la hace feliz?
  • ¿Porqué una mujer no puede formarse y ser una experta y un referente?
  • ¿porqué una mujer que trabaja por y para otros en tareas de cuidado y acompañamiento debe entregarse feliz y sumisa a la causa sin emitir queja alguna ni expresar cansancio o desazón?
  • ¿porque vemos tan mal que una mujer emprenda, que trabaje, que prospere, y aún peor, que quiera cobrar por ello?

Isabelle ArsenaultEstoy harta de ver en estos entornos maternales, envidias, rencillas, pullitas, puñaladas traperas por la espalda, y hasta problemas graves derivados de otros, y especialmente de otras mujeres, madres y colegas. Y no puedo por menos que preguntarme ¿qué hicieron con nosotras mientras se daba la clase de inteligencia emocional? nos mandaron a por tizas y fuimos raudas y veloces con tal de agradar al maestro?

¿Porqué perdemos tanto tiempo, y tanta energía en criticar, en juzgar, en zaherir, en ofender, y en sembrar falsos testimonios sobre otras mujeres?

¿Porqué tanto empeño en reprobar todo lo que no va con nosotras, lo que hacen las demás? ¿No será a caso que nos duele el efecto espejo, que nos muestra a dónde querríamos llegar y no tenemos el valor ni tan siquiera de acercarnos?

¿Porqué esa necesidad de murmurar en cuanto otra cruza el umbral? ¿Acaso estamos nosotras exentas de correr la misma suerte media hora después?

Si estás leyendo esto te pido que te hagas y me hagas un favor. Aprende a contar hasta 10 antes de abrir la boca. Y hazlo sólo si lo que vas a decir suma. Si las palabras que vas a lanzar al universo y van a programar nuestro futuro común, van a traer más cosas buenas que malas. Si no es así, mejor cállate y recapacita. Piensa bien de dónde nace esa actitud tuya, tu odio, tu rencor, tu rabia, toda esa pena profunda que te llena las tripas… respira profundo.. y cuando te calmes escucha estos consejos que te traigo hoy:

1. Quiérete más.

¡Mucho más! Como dice mi madre: «desde que te levantes hasta que te acuestes y aún en sueños». Pondría la mano en el fuego y sin quemarme si te digo que debes ser tú la persona más dura y cruel contigo misma. ¿A que si? Anda, ¡Perdónate alguna vez!. Nada, absolutamente nada es tan grave como para que le dediques más tiempo que el de prepararte un buen café.

2. Cuestiónate.

Te parecerá un ejercicio difícil, pero te aseguro que en tu mano está desprogramar aquello de tu manera de ser que no te gusta, y el primer paso es darte cuenta de dónde viene. Si es algo heredado, educacional, una costumbre, un mal hábito, una excusa, una manera de llamar la atención. ¡Puedes lograrlo! Identifícalo y pregúntate ¿qué te aporta? o si te hace feliz. Como te decía antes, lo que no suma resta así que, neutralízalo, déjalo ir y se esfumará en un santiamén. Te lo prometo.

3. Disfruta del silencio.

¿No os ha pasado nunca que soltáis algo y de pronto pensáis: «¡Uupps, en mi cabeza sonaba mejor!»?. Pues eso. Sed comedidas en vuestras expresiones públicas. La mujeres, en general, tendemos al cotorreo y solemos ser luego esclavas de nuestros excesos de verborrea y parlanchinismo. Cada vez que te surjan ganas de soltar un exabrupto a deshora o un pensamiento negativo, plantéate qué podrías hacer para traducirlo a este nuevo lenguaje del #bepositivemyfriend, y si no lo consigues, mejor no digas nada. En estos casos, tu sonrisa es tu mejor aliada.

4. Sé asertiva.

Esta es sin duda la tarea más difícil. Porque nadie nos ha enseñado a comunicarnos de manera no violenta y somos sin duda alguna la sociedad más violenta que puebla la Tierra. La evolución de nuestro cerebro y el poder del lenguaje nos ha hecho un flaco favor y la educación patriarcal también (pero eso para otro post 😉 ). Somos el mamífero más capaz, en lo que a comunicación se refiere, y sin embargo ese don, muy a menudo nos juega a la contra. Nuestro patrimonio verbal debería usarse desde el yo, y no contra/hacia el vosotros, esperando una reacción externa que nos haga sentir mejor. Si aprendes a expresar desde ti misma, de manera clara pero concisa, con respeto a ti misma, pero siendo tolerante con el otro, sin duda disfrutarás de relaciones más saludables.

5. Vive sin límites.

No constriñas tus sueños ni los de los tuyos. Si vives tu vida dispuesta a que puedan pasar cosas maravillosas, pasarán. Debes vencer el miedo al fracaso. Aprende de los niños. ellos tienen claro que sin chichón no hay gateo, ni pasos, ni carreras… Confía más en ti misma, en tu entorno, en tus hijos, en la capacidad de cada cual para autogestionar su propia felicidad. Si cedes un poquito de control y sueltas lastre, vas a viajar más ligera y descubrirás nuevos puertos que ahora ni te imaginas.

7. Responsabilízate!

Este punto es verdaderamente importante, si de verdad quieres formar parte del cambio que necesitamos como sociedad. Cada palabra y cada paso cuenta. Todo lo que hagas, digas, sientas, y hasta pienses puede ser, y debes vivirlo como algo transcendental: llévalo a cabo siempre por un fin mayor. Ver tus pequeñeces diarias desde otra magnitud de miras va a darte motivos suficientes para enfrentarte a ti misma y a vencer todos tus miedos sin excusas.

8. Empodérate!

Apóyate en otras mujeres. Aprende a amar su esencia. Aprende de sus diferencias. Nútrete de sus caricias, sus palabras y sus silencios. Bríndales una sonrisa sincera, un abrazo cálido y un hombro siempre. Busca tu tribu, rodéate de comadres, de amigas, y sobretodo de AMIGAS, serán pocas, no te voy a engañar, sobran dedos de una mano, con suerte de las dos, pero esas, las de verdad, las incondicionales, te enseñarán sus secretos, darán alas a tus sueños, te rescatarán de tus naufragios, te mostrarán el camino de regreso, te robarán una sonrisa en los días grises y se alegrarán por ti cuando todas las demás, estén verdes de envidia.

¡¡Que se pare el mundo, que necesito información!!

¡¡Que se pare el mundo, que necesito información!!

Llevo una semana dándole vueltas a ver que escribo, viendo que se me acerca el día y nada, ¡¡y no será porque no tengo ideas!! porque me bulle la cabeza, jjjjjj. Al final, me he dado cuenta, de que llevo días pensando en lo mismo. En la gente, y su forma de buscar información.

En mi caso, soy de la religión de San Google y de las bibliotecas aunque  luego se me olvida entregar los libros y acabo castigada. En fin, a lo que iba, que yo, busco, rebusco, doy mil vueltas a todo, contrasto información, guardo, rechazo, pregunto y una de dos, o me aclaro o me lío del todo, pero al menos, me formo una opinión para luego ir a la persona o personas que se, que me pueden desenredar el follón que tenga, pero ya estaré encaminada en algo, aunque sea equivocada, pero algo es algo.

 

3

 

¿Y esto a qué viene? pues a varias cosas, aunque la que más me ha hecho pensar, es la conversación que tuve el otro día con mi amiga y compañera Esmeralda Solís de Siriñadas, que me dijo:

 «mucha gente se informa más para comprar una lavadora, que para tener un hijo». ….

y ahora muchos diréis que la matrona o la doula os informa, que os compráis las revistas semanales o quincenales , que os leéis toda la información que viene en las cajitas que regalan en el curso de preparto, que os metéis en Internet, veis vídeos o leéis de todo…

Vale, eso lo hemos hecho todos, pero siempre hay un porcentaje de gente que le pilla el tren o que ve que la realidad es otra a la que se imagina, y ahí entran los consejos que os voy a dar

1.-Preguntar, informarse, comparar información, es lo mejor y lo más inteligente, pero si después de mirar en páginas webs diferentes, preguntar en un grupo y que te contesten 23 personas, preguntar en otro y otras tantas personas. ¿Cuándo pretendes parar? ¿estás haciendo alguna estadística y hay que llegar a las 100 personas con la misma opinión. Hazte un favor y no te líes más o acabarás como el anuncio ese de una página de viajes comparando precios y al final tendrás un cacao mental

Foto cogida de un anuncio de Trivago

Foto cogida de un anuncio de Trivago

 

 

2.-Cuando estás perdida y no tienes ni idea de por donde empezar, entra en un grupo o foro y lee o que ya hay escrito, sobre todo, las preguntas frecuentes o las últimas entradas.  Averigua quién te puede dar información fiable. Para mi primera lactancia, tuve de aliado el foro de la Asociación Española de Pediatría, donde veía a las madres preguntar mil y una vez la misma pregunta todos los días. Luego descubrí a mi querida Eloisa y su blog  o Red Canguro y muchas webs , grupos muy fiables o acércate al grupo de crianza más cercano.

Un ejemplo: las preguntas sobre incorporación al trabajo y lactancia, cómo se congela la leche materna, cómo se regula la emeibaby, ¿ cómo se pone una bandolera o si se puede portear a un recién nacido…… Y podría seguir…..

capture-20150717-014233

 

3.- Existen 3 grupos de asesoras: Las que cobran, las que no o las mixtas. En este POST, os explica genial el tema del pago Nohemí. En las asociaciones de crianza, suele haber asesoras que te pueden ayudar gratis, o en las de porteo, pero eso no significa, que estén las 24 horas disponibles. Tú acuérdate de los informáticos, en cuanto les ven, siempre alguien le pide ayuda con algún virus. Pues esto es igual. Es decir, si contratas asesorías, las tendrás en exclusiva para ti, si no contratas nada, ellas tienen familia y trabajo, no te pongas nerviosa, que te contestarán cuando puedan. Evidentemente si contratas una Continuum acertarás jjjjjjjjjjjjjjjjjjjj.

Es decir, crea tu tribu, rodéate de gente que sabe o que al menos te respeta, pregunta, siempre pregunta, pero primero lee, compara, escucha y una vez hecho esto, suelta todas tus dudas

 

 

Los hijos: nuestros maestros

Los hijos: nuestros maestros

Parece como si los bebés vinieran al mundo para enseñarnos lo que nos está costando aprender.

Lo veo en muchas mujeres.

He visto a mujeres exitosas y eficientes disfrutar de la inactividad, de los rodeos, de la pérdida de tiempo…

He visto a mujeres fuertes y exigentes descubrir la ternura que hay tras lo vulnerable.

He visto a mujeres activas y ansiosas aprender a tener paciencia y a ser comprensivas.

He visto a mujeres frías quitarse la coraza y volver a conectar con una sensibilidad que parecía dormida.

He visto a mujeres que se habían masculinizado para adaptarse a un mundo de hombres reconciliarse con su parte femenina, ¡hasta con su menstruación!

Naturalmente que todas somos capaces de crecer y de conseguir ser la mejor versión de nosotras mismas, pero es verdad que muchas de estas mujeres que lo han conseguido han tenido la suerte de que el destino pusiera en su camino un gran maestro: un bebé.

Adoro y admiro la tribu que tengo a mi alrededor. Son mujeres que han sido conscientes de ello, han dado las gracias y han comenzado un proceso de aprendizaje de la mano de su hijo.

Y las admiro porque no es fácil, porque muchas veces las mujeres nos resistimos, no vivimos la llegada del bebé como una oportunidad de mejorar sino que  vemos un ser que viene a ponernos a prueba y creemos que saldremos victoriosas del examen si conseguimos no doblegarnos.

En mi caso, tengo la sensación de que cuanto más me resista, cuanto más me empeñe en no aprender la lección, más duro se pondrá mi bebé conmigo y comenzará a intentarlo por las malas.

Hace solo unos meses que vive dentro de mí y ya me he dado en la cara con todas mis miserias. Te niegas a cuidarte como deberías, mamá, yo te voy a obligar. Te niegas a parar, yo voy a hacer que pares. Que delegues. Que descanses. Que confíes. Que te quieras.

Puedo resistirme, no hacerle caso y pagar las consecuencias (porque sé que las voy a pagar, el bebé no lo va a dejar estar…). Puedo hacer lo que me dice a regañadientes, ceder de palabra y obra, pero no de corazón, y no creceré absolutamente nada. O puedo ser inteligente y darme cuenta de que esta lección tenía que haberla aprendido hace mucho tiempo, que el bebé me está ayudando porque, después de más de treinta años, parece que yo sola no soy capaz.

Reconozco que aún me siento un poco obligada. Estoy aceptando la realidad que mi bebé ha puesto delante de mi cara, pero la estoy aceptando de manera totalmente racional y a base de fuerza de voluntad. Aún no fluyo, vale, pero ¡me siento tremendamente orgullosa de mí misma por haber comenzado este camino!

Mi bebé ha venido al mundo para vete a saber qué propósitos que yo no soy capaz ni de imaginar… Pero, además, ha venido a enseñarme un montón de cosas y a hacer que me replantee mi forma de entender la vida. Va a hacer de mí una persona mejor.

Y siempre tendré a mis otras maestras, mis amigas.
Me quedo con sus frases que os comparto:

  • “Sería una Walking Dead si no llega a aparecer él. Simplemente eso, iba camino de convertirme en una muerta en vida”. V.R.
  • “No creo que ser madre me haya cambiado gran cosa. Sí han cambiado mis prioridades. Ahora ella siempre va primero, por encima de todo y de todos. Y no es un sacrificio, es lo que me piden las entrañas”. A.B.
  • “Mi educación careció de educación emocional, de contacto. Pero con la maternidad se hizo la luz a ese respecto”. A.C.
  • “Yo no creo que los bebés vengan a enseñarnos nada. Otra cosa es que la maternidad te dé la vuelta como un calcetín, eso sí”. M.C.
  • “Es ahora, dos años después, cuando me doy cuenta de lo que le estoy mostrando de mí y me planteo qué es lo que quiero ofrecerle y mostrarle. De lo que estoy convencida es de que gracias a mi hija soy mejor persona”. M.E.
Restaurar la maternidad

Restaurar la maternidad

Hace unos días conversando con una mamá con su bebé al pecho, hablábamos de sus primeros inconvenientes de su lactancia y salió dentro de la conversación lo poco visible que es el amamantamiento en la sociedad, no vemos amamantar a mujeres en la calle y tampoco en nuestro entorno, y ella me dice: como algo tan natural en el ser humano, como lo es andar, conversar, sociabilizar, es tan poco visto, siendo que es la etapa más importante del ser humano, la base de nuestra  alimentación.

Desde esa reflexión es que podemos decir, que es cierto, la lactancia no es visible en la sociedad, pero no sólo la lactancia, sino que la misma maternidad, casi nuestro primer contacto con ella son nuestros propios hijos y llegamos a ellos sin experiencia, pero con mucha información de nuestro entorno, ya sea de familiares, servicios de salud, amigos, vecinos, televisión, medios de comunicación, etc. Llegamos a nuestra maternidad y/o paternidad, con muchas historias contadas, muchas vivencias externas, muchos mitos, mucho de todo, pero muy poco de lo que realmente queremos y sentimos, entonces es el momento donde llegan las dudas y los miedos.

Desde la concepción, gestación, pasando por el parto, la lactancia y hasta la crianza pasamos por distintas situaciones, y sobre todas estas etapas tenemos imágenes e historias ya pre-fabricadas en nuestra mente y muchos de estos escenarios, pueden ser mucho más sencillos de lo nos hacen creer.

 

maternidad

 

Pensemos en el parto,  nuestros cuerpos están preparados para parir a nuestros bebés, si dejamos que nuestros procesos fisiológicos fluyan como deben ser, podemos ver como nuestro cuerpo va cambiando y preparándose para parir, muchas veces en los sistemas de salud y la misma sociedad, ve a la mujer parturienta, como si estuviera padeciendo una enfermedad, se habla de síntomas de parto, se habla de pacientes, siendo que estamos pasando por un proceso natural, el parto es un proceso fisiológico dinámico, que pasa por varias fases, las cuales poseen distintas características, ritmos y tiempos los cuales pueden variar de mujer a mujer, de un parto a otro, es importante conocer estas etapas porque de esa forma la podremos transitar con mayor seguridad y tranquilidad.

Luego del parto, hay una fase critica, la transición la cual es muy importante para inicial la lactancia materna, el bebé recién nacido, posee el programa perfecto para activar a la madre y establecer el amamantamiento, es por ello que no debe existir separación, ese contacto entre la diada no debe ser interrumpido, sin embargo, apenas nacemos somos separados, tocados por otras manos, cargados por otros brazos, bañados, pinchados, medidos, pesados, y si tenemos suerte a la hora recién ya estamos de nuevo sobre nuestra madre, para el recién nacido lo más importante en ese momento es estar en su hábitat, sobre el cuerpo de su madre. Aquí un ejemplo de lo que puede hacer un bebé recién nacido, arrastrarse por si sólo hasta el pecho de su madre.

 

 

Si observamos y vamos conociendo estos procesos, nos vamos dando cuenta que todo puede ser mucho más sencillo, un mujer gestante saludable, puede parir sin problemas, sin complicaciones, pero debe haber un cambio, una restauración de la maternidad en todos sus ámbitos, podemos tener una lactancia exitosa, podemos no dejar llorar al bebé, podemos tomarlo en brazos las veces que queramos, todo el día si queremos, nuestro bebé lo necesita, nos necesita.

Hay tanto que des-aprender, un comportamiento tan natural como es el piel con piel, para bebés prematuros y nacidos a término, tenga que ser válido para el sistema de salud, sólo después de múltiples investigaciones, es porque algo pasa, es porque tenemos que recuperar, recuperar el paradigma original, como nos dice Nils Bergman.

Cuando tengas dudas, te invito a parar, respira y reflexionar sobre tu propio cuerpo, piensa como funciona, siéntelo, siente a tu bebé, en ti y en él puedes encontrar las respuestas.

La banda sonora de tu maternidad

La banda sonora de tu maternidad

La música es algo que me ha acompañado a lo largo de mi vida, variando en gustos y también con altibajos. He tenido épocas en las que no podía vivir sin ella, escuchando música hiciera lo que hiciera, incluso para conciliar el sueño. En cambio he pasado otras épocas sin apenas escuchar música.

.

Esto me ha pasado sobre todo desde que soy madre, hace casi cuatro años. Por alguna razón he estado mucho tiempo sin escucharla. No sé si por falta de tiempo o porque he estado enfocada en otras cosas.

Pero últimamente estoy volviendo a ella, vuelvo a necesitarla en mi vida, así como también dedicarme a lecturas puramente lúdicas.

Sabemos que escuchar música o cantar durante el embarazo es una forma de estimulación para el bebé. Y también una forma de calmarlo más adelante cuando ya lo tenemos en brazos, pues la música que escuchó mientras estuvo en el vientre, le puede retrotraer, una vez fuera del útero, a la seguridad y la calma que le daba nuestro cuerpo.

Si además bailamos al ritmo de la música, aunque sea con suaves balanceos, estaremos contribuyendo al pleno desarrollo de nuestro bebé.

He estado haciendo un repaso de las «bandas sonoras» de los distintos momentos de mi vida y también he estado buscando canciones que nos evocan la etapa de la maternidad y la paternidad. Soy consciente que hay gustos muy diversos, pero aún así, hoy quiero compartiros canciones que nos pueden inspirar en el camino que vamos a compartir con nuestros hijos.

 

Durante los nueve meses de embarazo, sobre todo cuando no hay hermanos mayores, dedicamos mucho tiempo a tocarnos la tripa y a conectar con ese bebé. Encontré esta canción de Alejandra Guzmán, Yo te esperaba. La compuso cuando estaba embaraza de su hija.

.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=jcH4hL0LVn8&w=560&h=315]

.

Quién mejor que Rosa Zaragoza para transmitirnos ese poder que destilamos las mujeres en nuestro parto. Sabemos parir despierta ese instinto que tenemos dentro de nosotras.

.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=jC8lqAwBycs]

.

Una canción de un padre dedicada a su bebé, cuando todavía está en el vientre de su madre y luego llega a sus brazos: Peinas el aire de La Caja de Pandora.

.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=5iXfYMImlL8?list=PL28029B937B9A285D]

.

Hay unas cuantas canciones sobre lactancia, pero Leche de madre es una canción preciosa de Piñon Fijo, tiene una letra muy emotiva.

.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=GrtVcLtp8-E]

 

Es verdad, que cuando estamos en cualquier fase de nuestra vida, no necesariamente escuchamos únicamente canciones que versen sobre ella. Pero sí es verdad, que cuando lo hacen, nos sentimos identificadas y en cierta manera nos hacemos más conscientes de nuestro momento vital.

¿Qué canciones te inspiran o te han inspirado a ti en la maternidad?


 

*Photo credit: distraction via photopin (license)

Te necesito mamá

Te necesito mamá

 

Estos nueve meses que he pasado dentro de ti he tenido todo lo que necesitaba. Oía tu melodiosa voz, el repiqueteo de tu corazón, era acunado con frecuencia, abrazado sin fin, alimentado siempre que lo requería y sin pasar nunca frío ni calor.

 

 

Tenía tantas ganas de verte. Y es en tu regazo, en tu pecho, donde me siento seguro, feliz y pleno, como hasta ahora lo venía haciendo. Por eso no quisiera separarme nunca de ti, porque te necesito mamá. Mi vida depende de estar junto a ti.

 

No tengas miedo de cogerme en brazos. No pienses que los demás lo hacen mejor que tu ni hagas caso a quien te mal aconseja que me malcriaré, porque no es cierto. Sólo en tu pecho lo tengo todo, te tengo a ti.

 

Te necesito mamá.

 

No tengas reparo en ponerme al pecho siempre que lo demande, será la mejor forma de que la lactancia fluya. Porque tu leche me alimenta física y emocionalmente. Porque nos ayudará a sanar las heridas visibles o invisibles del parto y con seguridad serán momentos especiales para ambos. Pero en caso de no ser posible, no te aflijas, estar contigo para mí es lo más importante.

 

Te necesito mamá.

 

No te atormentes si lloro mucho, incluso cuando estoy contigo. No es culpa tuya. Los bebés lloramos por muchos motivos. Si has comprobado que todo “esta bien”, quizás sólo es que necesito desahogarme por algo. Y donde mejor para ello que en tus brazos.

 

Te necesito mamá.

 

Jamás pienses que me despierto por la noche para fastidiar o porque no se dormir. Sólo es que necesito saber que estás ahí, porque sin ti me siento morir. Cerca de ti será donde concilie mejor el sueño. No te preocupes, porque llegará un día que quiera mi propia cama o habitación, y dormiré del tirón. Disfrutemos de estos momentos porque ahora…

 

Te necesito mamá.

 

cuidados-necesidades-emocionales-bebe

 

No te enfades si no quiero comer todo lo que hay en el plato. Mi cuerpo es quien me da las señales de lo que necesito o no comer, y sabe más que cualquier médico, abuela o vecina, por muy bienintencionados que sean sus consejos. Confía en mí mamá.

 

Te necesito mamá.

 

No tengas prisa ni me compares en mi desarrollo con otros bebés. Me gusta ir a mi propio ritmo, siempre avanzando, junto a ti. Cada descubrimiento, cada nuevo hito quiero disfrutarlo tranquilamente contigo, sin presiones. Da igual las proezas que hagan los demás, porque lo importante es hacerlo con amor.

 

Te necesito mamá.

 

No te preocupes si me mancho en casa o en la calle, para eso siempre hay solución. Explora y aprende conmigo, sin preocupaciones. Recuerda cuando tú también eras una niña ávida de tocar y manipularlo todo.

 

Te necesito mamá.

 

No te enfades conmigo cuando tenga una “rabieta”, porque será cuando más te necesite a mi lado. No lo hago para fastidiarte, sólo es una parte más de mi aprendizaje y mi reafirmación como personita diferente a ti. No me ignores, ni me abandones en esos momentos, porque…

 

Te necesito mamá.

La consulta infantil, desde el otro lado

La consulta infantil, desde el otro lado

Hoy quiero dedicar unas líneas a todas y todos los profesionales de la salud que se dedican entre otras cosas a preservar lo mejor para el ser humano, desde el inicio. Y en especial a una amiga mía, una amiga que he conocido gracias a una situación algo extraña que nos ha hecho cruzarnos en el camino.

Porque gracias a ella he conseguido conectar con una realidad que no conocía, o que no sentía que era así. Que ha puesto ese toque de realidad a mi visión para poder ayudar a otras familias que lo puedan necesitar. Y a darme cuenta de que la información ha de llegar bien lejos para que las familias lleguen informadas y puedan asumir la responsabilidad que les pertenece.

Mirando atrás, cuando trabajé como auxiliar en una clínica infantil, durante un año, recuerdo bien en qué momento tuve ese momento de reflexión que cambiaría mi perspectiva de la salud (aunque siempre he sentido gran interés por el enfoque de la medicina natural) .

Recuerdo la frialdad con la que se trataba a los niños y las familias.

Recuerdo cómo tener que inmovilizar a un bebé para hacer una analítica y colaborar con la enfermera junto a otras tantas para poder pinchar a un bebé, cómo su madre lloraba desde la puerta, y yo no entendía nada (pensaba… pero si es por su bien… Cuanto he aprendido desde entonces…)

Y cuando teníamos que hacerle las limpiezas nasales porque su madre no podía.. y no me extraña, no era nada agradable para ninguno de los dos. Pero sí, también las tuve que hacer. Y de estas situaciones otras tantas… porque una cosa está clara, un niño tenga la edad que tenga si le hacen una invasión de este tipo, aunque sea “por su bien” se siente violentado. Una situación que puede hacerse de muchas maneras y desde luego no siempre utilizamos las más acertadas.

Un día una madre me pidió que si por favor podía tener a su bebé en brazos unos minutos porque necesitaba ir al baño y estaba sola, a lo que yo accedí obviamente, porque a mí lo que me gustaba era compartir esos ratos con las familias, ayudarles de verdad, que se sintieran bien dentro de lo posible. Aquel bebé me hizo conectar con algo dentro de mí.

De hecho, me chocó que se quedara bien, sin quejarse, conmigo y lo agradecí infinito (el bebé nació con síndrome de down, debía de tener unos 8 meses ). La verdad, no hubiese sabido bien qué hacer con un bebé de otra mujer llorando en mis brazos. Recuerdo como se me cogía a mi cuello, como me abrazaba tan pequeño mientras en su brazo llevaba una férula y una vía… Recuerdo cuando vino su madre y quería seguir estando conmigo… me emociono nada más recordarlo, era tan dulce… y doy gracias por ese momento de conexión. Pensé… No puede ser, esto se tiene que hacer de otra manera.

Pasado un tiempo dejé de trabajar en aquella clínica y empecé mi formación dentro de la medicina natural, y años después he vuelto a conectar con este mundo. No sé si es que tenía que hacer este recorrido, pero he entendido muchas cosas desde entonces. Y te lo digo, porque yo fui una niña enferma, ingreso tras ingreso con lo que conllevan estas situaciones, agujas, soledad, llanto, etc. O así lo viví yo.

Cuando hablo con madres recientes y me cuentan sus historias, cómo han ido sus partos, que ha pasado los minutos después de alumbrar a sus bebés, me duele muchas veces, porque lo vemos como normal cuando no lo es. No es normal, que te separen de tu bebé, no es normal que te corten porque el niño no sale, no es normal que te animen a ponerte una medicación cuando no debe ser puesta… y así un sinfín de cosas. Y no es normal enfadarse porque el sanitario de turno te anima a que sigas adelante sin medicación o te anime a darle el pecho a tu bebé.

11639068_10153408288434907_458704083_o
Lo normal es hacer lo posible por que los partos sean fisiológicos, que hayan matronas que estén al servicio y necesidad de esa mujer que está pariendo. Una mujer no necesita aires de grandeza sino simplemente una presencia que le haga sentirse segura si en algún momento ella desvanece por cualquier motivo, porque si… Tomar conciencia de que ese gran momento es abrumador y a veces justo en ese momento surgen cosas que no sabías que estaban ahí.

Y pensarás porque te cuento todo esto… porque mi amiga es pediatra. Y trabaja en una UCI de neonatos. Está en contacto con gente con mucha conciencia y otras con ninguna. Que le miran de reojo, o que juzgan sus decisiones. Porque ella decide si se sigue reanimando o si no, porque también tiene sus protocolos de trabajo y a pesar de ello humaniza el proceso y asume su responsabilidad de las decisiones tomadas.

Y quiero dar las gracias y ofrecer mi más profundo respeto por el trabajo de pediatras que están en unidades de cuidados intensivos atendiendo a bebés que nacen antes de la fecha, que nacen demasiado pronto y que sin máquinas no podrían sobrevivir.

  • Gracias por contener a esos bebés que se van a ir cuando la madre o el padre no están preparados para decirles adiós, por mirar a los ojos a la vida y la muerte en casi el mismo instante con respeto y empatía. Por hacer esa foto que a lo mejor… van a necesitar después.
  • Por animar a coger a su bebé, a mirarlo a los ojos y que puedan despedirse de la mejor forma, si es que la palabra mejor cabe en este texto… Porque en mi realidad, como asesora no puedo llegar a esos momentos. No podemos.

 

  • Esos momentos están en lugares dónde en pocos hospitales una figura como la nuestra está presente. Dónde es necesario que hayan profesionales sanitarias, auxiliares, enfermeras, matronas, ginecólogas y pediatras que entiendan que ese momento debe ser cuidado y respetado al máximo. Porque esas personas están en un punto muy frágil, que va a cambiar sus vidas por completo.
  • Gracias por todos los intentos, las lágrimas y reflexiones que hacen los profesionales por vivir esos momentos y cómo pueden mejorar en una segunda vez… Cuando no hay que hacer nada y simplemente esperar a que ocurra.
  • Cuando alguien a tu alrededor te dice que lo dejes y algo dentro de ti te dice que continúes. Y meses después despides a una familia que se va con éxito de un lugar en el que la vida y la muerte van de la mano. Cuando no siempre el equipo que tiene que apoyarte en esas maniobras y en su lugar pasa a ser un estorbo más que un apoyo.

Y por todo esto pienso, que mi labor como asesora es hacer llegar lo antes posible al mayor número de mujeres y hombres que quieren formar una familia lo que realmente es importante, para que cuando lleguen y dado el caso, vayamos todos hacia un mismo fin: promover el desarrollo feliz de todo ser humano que decide quedarse aquí, nazca en el momento que nazca sin olvidar que

«para el bebé nada tiene sentido si no es visto desde el cuerpo de la madre». (N. Bergman)

11638530_10153408289249907_584353801_o

Porque en un medio hospitalario, las familias tienen que sentirse acogidas, sea lo que tenga el bebé, más o menos grave, nazca en la condición que nazca, pero siempre vistas desde el más profundo respeto hacia la salud y el desarrollo de las personas.

Así que hoy doy las GRACIAS a mi amiga, a sus compañeras/os que hacen posible que estas cosas poco a poco cambien y cada uno ocupe el lugar que le pertenece, desde la responsabilidad, el respeto y la empatía.

La mejor madre del mundo

La mejor madre del mundo

La mejor madre

 

Tengo una gran suerte. Gracias a mi trayectoria como miembro activo de una asociación de lactancia y ahora como asesora continuum he visto y veo a muchas madres y a muchos bebés. Siempre me ha fascinado la relación que hay entre ambos. Esas miradas, esos silencios que dicen tanto…

Un tema recurrente que preocupa a todas las madres que conozco es como ser la mejor madre posible para sus hijos. Hay mujeres que hacen titánicos esfuerzos para alcanzar esa única y a veces –en apariencia- inalcanzable meta. Y es que ser la madre perfecta es más difícil de lo que un@ puede pensar. Sobre todo desde que existen las redes sociales y éste mundo tan interconectado que es internet.

Imaginemos que nuestro hijo pone una reclamación porque no está satisfecho con la madre que le ha tocado. Pongamos que se va a una página de esas de contactos (me la invento y la llamo e-mami) y pone un anuncio para encontrar a la madre perfecta:

Me llamo bebé y estoy buscando una madre de repuesto porque la mía no me gusta y busco las siguientes características:

  • Que no sea muy gorda, ni muy flaca (ya se sabe, que esté dentro de los “percentiles”).

  • Que coma fruta y verdura cada día y una dieta muy saludable y variada para que yo aprenda que eso es lo que mola (y nada de tener chocolate escondido en el armario).

  • Que lea mucho para que yo me convierta en un ávido lector.

  • Que haga deporte para que yo me convierta de mayor en un deportista de élite.

  • Que esté arregladita para que yo crezca con un apropiado sentido de la moda.

  • Que tenga estudios de nivel superior para yo querer imitarla y convertirme en ingeniero como mínimo.

  • Que sea muy PRO: pro-lactancia, pro-colecho, pro-pañalesdetela, pro-porteo, pro-educaciónlibre, pro-crianzaconrespeto…

  • Que me dé el pecho de forma exclusiva y a demanda (y con ojos amorosos y nunca una queja).

  • Que sepa cocinar, hacer postres, crochet, coser, manualidades, goma eva, patchwork, origami, pintar al óleo… y así pueda hacerme en casa cualquier cosa que me pidan en el cole, ¡cualquier cosa!

  • Que haga muchos, muchos cursos para ir subiendo de nivel (de madre básica a madre súper pro), como por ejemplo: masaje tailandés con hula-hula para bebés, músico-terapia aplicada al cambio de pañal, bio-descodificación del resfriado común, etc.

Esto es una lista básica (y en clave de humor, no se me enfade nadie), pero seguro que a ti se te ocurren muchas cosas más. Y es que no será por “preceptos”, “recetas” y “consejos” en esto de la maternidad…

Y mientras las madres están (o estamos) tan ocupadas buscando la perfección, nuestros hijos lo ven de otra manera…

.

¿Sabes esa vez que intentaste hacer aquel plato con “carita feliz” que viste en internet y te daba vergüenza presentárselo a tu hijo por el “poco parecido” con el original? Tu hijo se lo comió feliz pensando que era un “monstruo que molaba un montón” y que su madre era la mejor cocinera del mundo.

.

¿Sabes aquella vez que viniste a verme llorando porque le estabas dando a tu bebé lactancia mixta y no conseguías el resultado que querías? Mientras me hablabas tu bebé te miraba embelesado, totalmente enamorado de esa madre que siempre le daba de comer cuando tenía hambre.

.

¿Sabes cuando me contaste que tenías la casa hecha un desastre y siempre ibas hecha unos zorros? Tu hijo era el más feliz del parque sentado en tu regazo, aunque vistieras ojeras y un chándal manchado y tu marido no tuviera corbata que le combinara.

.

¿Te acuerdas de cuando me contaste que no ibas al grupo de crianza para que no te miraran mal cuando le dabas a tu hija de alta demanda un chupete con el que consolarse cuando debías atender a tu otro hijo? Mientras te sentías lo peor, tu hija estaba más tranquila y tu peque era feliz jugando a pelota contigo.

Las madres, por lo general, nos exigimos demasiado y a veces pensamos que lo hacemos mal o que cualquier otra madre lo haría mil veces mejor que nosotras.

Pero ¿sabéis una cosa?
Nuestros hijos no nos cambiarían por ninguna otra.

Muchas veces sufrimos y penamos y nos perdemos momentos preciosos porque no es lo que esperábamos o lo que se esperaba de nosotras… Intentando alcanzar la meta imposible, nos perdemos la belleza del camino.

.

¿Quieres saber lo que tienes que hacer para ser la madre perfecta? Sin conocerte de nada te puedo decir con total seguridad que:

.

Seas de teta o de biberón, sepas cocinar o no, seas ingeniera o no, en chándal o de chanel, lectora de libros o de etiquetas…

.

 No tienes que hacer nada especial para serlo, para tu hijo ya eres:

.

La mejor madre del mundo.

Abrir chat
¿En qué puedo ayudarte?
Hola, soy Nohemí. ¿En qué puedo ayudarte?