Los portabebés para mi bebé

Los portabebés para mi bebé

Estamos en julio, y yo metida de pleno en el síndrome de nido. Bueno, nosotros metidos en pleno síndrome del nido porque mi pareja esta exactamente igual que yo.

No nos preocupan las ropas, no nos preocupan cunas, ni cochecitos, no nos preocupa preparar su cuarto porque es el mismo que el nuestro y el de su hermana, no nos preocupan las cuestiones que suelen ser las más habituales.

Nos preocupan los portabebés y los pañales de tela que usaremos con nuestro bebé, principalmente los portabebés, porque el pequeño pegado a mi pecho, principalmente, no necesita más en realidad.

Así que mi mayor preocupación, y por extensión la suya, como experta en porteo, en la recta final de mi embarazo es preparar los portabebés de mi pequeño Erik.

Y como se que al mismo tiempo muchas también estáis preparando la llegada de vuestros hijos, y también es una cuestión que os genera duda, voy a contaros que portabebés estoy preparando yo para las primeras semanas y el motivo de que sean esos, para que os sirva de ayuda si es posible.

No os hablo en este post como asesora, os hablo como madre, como usuaria, si queréis unas recomendaciones como asesora, os remito al articulo que escribí hace poco para la Red Nuakea, Preguntas que nos debemos hacer para elegir un portabebés. Como veis en la foto, no somos los únicos apasionados en la casa por los portabebés que usaremos con el pequeño.

preparando portabebés

 

Su hermana también esta pendiente de cual usara ella con el pequeño, sin percatarse de que ella, con sus seis años recién cumplidos, prácticamente se acaba de bajar de ellos hace cuatro días. Pero los conoce, los reconoce, sabe lo que conllevan, los ha disfrutado y esta muy contenta de que su hermano tenga un lugar esperándole cuando nazca que es justo el que espera el pequeño.

Cuando nació ella, allá por 2009, la esperaba una bandolera muy sencilla de algodón, con anillas inadecuadas y un fular elástico (no demasiado bien ajustado ni colocado, las cosas como son), nada más y nació en junio.

Pasamos mucho calor con el fular elástico y mucho miedo por nuestro poco manejo con la bandolera. Menos mal que pronto, el mismo verano entraron en juego fulares finos tejidos, bandoleras mucho más adecuadas y ya fue un no parar.

Al pequeño le esperan muchas opciones, casi para poder elegir a diario, según la actividad y el día que tengamos en mente.

Como podéis ver en esta imagen (sin niña tumbada entera refregándose por todos los portabebés que huelen a mamá y a ella juntas) hay un poquito de todo, fulares, bandoleras, una emeibaby para papá, faltan MeiTais evolutivos de fular, pero es que somos muy de fular y bandolera la verdad.

selección de portabebés

¿Que fulares y que bandoleras? pues os lo desgrano brevemente.

Tenemos tres bandoleras preparados, dos de ellas de tejido de fular y una de tejido wax africano de algodón, el primer tejido africano que hace años llego a nuestras manos, frescas y ligeras las tres, con tejido de fular de gasa y de algodón y bambú la otra.

En cuanto a fulares, en la imagen hay tres, habría decenas de opciones, muchas más alternativas, yo cuento con el calor que hará en agosto y con la disponibilidad de la colección que tengo en talleres, para uso propio y para uso en asesorías en talleres. En imágenes un poco de todo, un fular tejido rígido con mezcla de lino muy domadito, un elástico de bambú, un fular tejido rígido de gasa fina y un fular semielástico también.

También esta preparada una Mochila Emeibaby, pero principalmente usaremos esos fulares y bandoleros, por agilidad, por ergonómica, por temperatura, por frescura y porque nos gustan, probablemente y viendo el desarrollo y evolución del pequeño, esta selección durara poco y se ira variando continuamente.

Infórmate bien de lo que es más adecuado para vuestro bebé y vosotros mismos, busca una buena asesora, que sepa más que de porteo, que os pueda acompañar para la elección del portabebes que más os pueda ayudar a vosotros.

No hay un mejor portabebés para recién nacidos, existe ese portabebés que es más adecuado para vosotros como familia, por vuestras circunstancias y peculiaridades y no tiene porque ser el mismo que para la familia de al lado por muy bien que les fuera a ellos.

portabebés

 

La banda sonora de tu maternidad

La banda sonora de tu maternidad

La música es algo que me ha acompañado a lo largo de mi vida, variando en gustos y también con altibajos. He tenido épocas en las que no podía vivir sin ella, escuchando música hiciera lo que hiciera, incluso para conciliar el sueño. En cambio he pasado otras épocas sin apenas escuchar música.

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Esto me ha pasado sobre todo desde que soy madre, hace casi cuatro años. Por alguna razón he estado mucho tiempo sin escucharla. No sé si por falta de tiempo o porque he estado enfocada en otras cosas.

Pero últimamente estoy volviendo a ella, vuelvo a necesitarla en mi vida, así como también dedicarme a lecturas puramente lúdicas.

Sabemos que escuchar música o cantar durante el embarazo es una forma de estimulación para el bebé. Y también una forma de calmarlo más adelante cuando ya lo tenemos en brazos, pues la música que escuchó mientras estuvo en el vientre, le puede retrotraer, una vez fuera del útero, a la seguridad y la calma que le daba nuestro cuerpo.

Si además bailamos al ritmo de la música, aunque sea con suaves balanceos, estaremos contribuyendo al pleno desarrollo de nuestro bebé.

He estado haciendo un repaso de las «bandas sonoras» de los distintos momentos de mi vida y también he estado buscando canciones que nos evocan la etapa de la maternidad y la paternidad. Soy consciente que hay gustos muy diversos, pero aún así, hoy quiero compartiros canciones que nos pueden inspirar en el camino que vamos a compartir con nuestros hijos.

 

Durante los nueve meses de embarazo, sobre todo cuando no hay hermanos mayores, dedicamos mucho tiempo a tocarnos la tripa y a conectar con ese bebé. Encontré esta canción de Alejandra Guzmán, Yo te esperaba. La compuso cuando estaba embaraza de su hija.

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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=jcH4hL0LVn8&w=560&h=315]

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Quién mejor que Rosa Zaragoza para transmitirnos ese poder que destilamos las mujeres en nuestro parto. Sabemos parir despierta ese instinto que tenemos dentro de nosotras.

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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=jC8lqAwBycs]

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Una canción de un padre dedicada a su bebé, cuando todavía está en el vientre de su madre y luego llega a sus brazos: Peinas el aire de La Caja de Pandora.

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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=5iXfYMImlL8?list=PL28029B937B9A285D]

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Hay unas cuantas canciones sobre lactancia, pero Leche de madre es una canción preciosa de Piñon Fijo, tiene una letra muy emotiva.

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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=GrtVcLtp8-E]

 

Es verdad, que cuando estamos en cualquier fase de nuestra vida, no necesariamente escuchamos únicamente canciones que versen sobre ella. Pero sí es verdad, que cuando lo hacen, nos sentimos identificadas y en cierta manera nos hacemos más conscientes de nuestro momento vital.

¿Qué canciones te inspiran o te han inspirado a ti en la maternidad?


 

*Photo credit: distraction via photopin (license)

12 cosas que aprendí de mi último parto

12 cosas que aprendí de mi último parto

No es ninguna novedad que me encanta mi trabajo, es extremadamente gratificante y un auténtico privilegio. Acompañar a las personas en la aventura de ser familia es una experiencia maravillosa, y me permite, sobretodo lo que más me gusta en el mundo: aprender.

Aprendo de las madres, aprendo de sus parejas, de los bebés, de las abuelas… y hasta de las suegras ;)…

No exagero si os digo que tranquilamente un 60% de lo que sé  y aplico hoy lo he aprendido de las familias con las que he recorrido este camino. El otro 40% son formaciones constantes e ininterrumpidas, ya os he dicho que me gusta aprender no?

He aprendido cosas buenas, que mejoran mi trabajo, y me ayudan a dar voz a las necesidades de los bebés, y a fomentar un vínculo sano en otros padres, estrategias, trucos, y mil y una versiones de las cosas que me demuestran que todo es posible y que después puedo proponer como alternativas a otras familias.

He aprendido cosas malas, que me han puesto a prueba y me han permitido cuestionarme muchas cosas y conocer de dónde vienen muchas familias de nuestra sociedad. Han sido retos que me han obligado a generar y buscar recursos y estrategias para cambiar también sus vidas y las de sus hijos y por supuesto la mía propia, y la orientación de mi trabajo.

Pero sin duda, de lo que más aprendo siempre, siempre, es de los partos. Hoy hace 10 días asistí a mi primer parto sin asistencia médica. He acompañado muchos, tanto en casa como en el hospital, pero todos de la mano amiga de comadronas expertas.

Quiero apuntar que este parto no fue asistido por personal sanitario, no por deseo expreso de la madre, ni mucho menos porque sea un servicio que yo ofrezca. Sino porque Guillem, nuestro querido bebé, decidió llegar al mundo sin darnos tiempo a llegar a la Maternitat. Guillen quiso nacer en su casa, antes de cruzar el umbral de la calle, en un frío suelo y sobre la toalla de su hermana.

De este parto y su posparto que aún acompaño y disfruto he aprendido como poco, una docena de cosas…

1. Que una pareja informada durante el embarazo se siente feliz, responsable, empoderada y consciente, y está preparada para afrontar cualquier adversidad o situación que ni se habían planteado con seguridad y aplomo, sin dudar, unidos por un mismo fin.

2. Que una madre dilata mejor y más rápido, estando tranquila en su casa, con su pareja y acompañada de alguien de su entera confianza que la conozca bien y sepa darle seguridad y apoyo incondicional, y le recuerde que ella y su bebé pueden conseguirlo, que les brinde el contacto justo, la mirada exacta y la sonrisa adecuada, para dejar que las cosas fluyan.

3. Que cuando tu pareja participa de un embarazo consciente, de una dilatación activa y de un parto libre, se siente útil y se empodera y ofrece como protector o protectora a la díada mamá-bebé la contención y el apoyo necesario, antes-durante-después del parto y jamás, jamás se siente amenazado por la presencia de otros agentes brindando apoyo.

4. Que el contacto con el agua a partir de una dilatación concreta, acelera enormemente el trabajo de parto, y conecta a la mamá con su cerebro primitivo y la ayuda enormemente. En ese momento se olvidan las formas, los fluidos, y hasta que son las 6,30 de la mañana. Se grita como la mamífera fuerte y valiente que se es, y se ve a esa mujer en todo su esplendor.

5. Que a una mujer de parto nunca es necesario hablarle, contarle lo que pasa, llevarle la contraria, o hacerla cambiar de idea,  proponerle cambios, posiciones o estrategias externas, que la perturben, todas las palabras sobran. Ella siempre sabe qué necesita y lo pedirá, sólo debes confiar en ella. Su instinto hará el resto, ella llevará tus manos a sus riñones cuando le alivie el calor, ella se abrazará a ti, cuando su coxis se abra, ella apretará tus manos cuando venga una contracción, y ella sabrá decirte cuando «tenemos que irnos ya» y no lo dudes, será el momento.

6. Que tu pareja se siente mejor y más partícipe si puede estar activa. Ellos se inquietan en la espera, y eso sube la adrenalina y el cortisol en el ambiente, cosa completamente desaconsejada en el trabajo de parto. Sin embargo son los mejores preparando infusiones, limpiando los restos de líquido del parket,  masajeando la espalda, trayendo toallas, ropa limpia o cuidando de los hermanos mayores y organizando la logística (taxis, vecinos, amigos, abuelos…)

IMG-20150617-WA00017. Que un parto es algo profundamente íntimo, pero un nacimiento es un acto social, porque es bien cierto eso de que los hijos son del mundo, y vienen a una comunidad.Así que acéptame un consejo: No críes sola: busca tu tribu.Haz amigos en tu barrio, conoce y quiere a tus vecinos, puede que un día tú o tus hijos los necesitéis y será hermoso sentirte tan querida. Puede que si te pones de parto y pares en tu portal, mientras llega el taxi necesites a esa vecina que vive en el primero;).

8. Que el personal de los servicios médicos de emergencias sufre y mucho, a diario, y tienen que atender constantes dramas humanos y vivir un parto les parece algo mágico, tocar la vida con las manos, y compartir algo así les cambia la vida. Y sí, han visto muchas pelis, y les obsesiona cortar el cordón 😉 pero son tiernos y humanos. Desde pequeña me emociono al ver pasar una ambulancia, y después de ir en una de ellas entiendo porqué. Son gentes muy muy grandes.

9. Que el personal sanitario que confía y cree en las mujeres nunca, nunca se siente amenazado, ni por madres informadas, ni por bebés naturales que nacen con prisa, ni por parejas empoderadas, ni por doulas o asesoras presentes en sus paritorios. Oirles repetir una y otra vez, «¡Así da gusto!», «¡Bien hecho mujer!», «¡Ya os decimos nosotras que podéis», «¡Ojalá todas dilatáseis así!», «Óle ese papi!, «Enhorabuena a tí también por hacerlo tan bien», ha sido para mí un regalo, y la constatación de que los que generan discursos contra nosotras, hablan desde el desconocimiento a nuestro papel y desde el miedo a perder sus privilegios de casta en favor de las madres y sus bebés.

10. Que los abuelos de nuestra generación hacen grandes, grandísimos esfuerzos por conseguir acallar sus miedos y respetar nuestras decisiones, tan distintas a las suyas, actualizar sus conocimientos por el bien de sus nietos y aceptar y perdonarse lo que ellos, por desinformación hicieron de otra manera. Son un ejemplo de contención, respeto, serenidad y apoyo incondicional.

11. Que cuando durante el embarazo, el parto y la crianza, integramos y compartimos la dicha y las inquietudes con los hermanitos mayores, ellos se sienten parte del proceso, protagonistas del gran cambio, «hermanos mayores» y en ese sentimiento no caben los celos, sólo hay lugar para el amor más explosivo y sincero.

 

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12. Que amo mi trabajo, porque es más que una vocación, es mi manera de cambiar el mundo, es para lo que sirvo, lo que adoro hacer, lo que se me da mejor, y lo único que no me cansa nunca, que me sigue motivando a seguir cada día, porque aprendo de las madres coraje, de los bebés felices, de las hermanitas pletóricas, de los compañeros y compañeras empoderados, de los abuelos «todo-amor», de los profesionales «profesionales»… y hasta de mi misma y de todo lo que soy capaz de hacer y aprender cada día y por primera vez.

Gràcies Mireia, Jordi, Guillem, Aina, avis.. per fer-me una més de la família.
Us estimo infinit.

Mamen Conte: Umuma, La Aventura de ser Familia http://Umuma.es

¿Embarazada o enferma?

¿Embarazada o enferma?

 

Yo siempre me había llevado más o menos bien con mi cuerpo. Yo le pedía y él me iba dando; él me pedía y negociábamos…

Pero ahora estoy embarazada y mi cuerpo ha decidido que se acabaron las conversaciones, que manda él ¡y punto!

 

Y me toca un poco las narices; primero, porque a veces me cuesta entender sus órdenes; y, segundo, porque es que no me da ni la más mínima tregua. Como me equivoque de respuesta me la lía parda.

Las náuseas a veces significan que descanse, otras que coma, pero en este caso ¡tengo que oler primero siempre lo que meto para dentro!, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad.

El cansancio suele significar, simplemente, que me eche una siesta, pero a veces me levanto de ella mil veces peor que antes de acostarme; supongo que porque no acerté con el número exacto de minutos que mi cuerpo quería dormir…

El que un alimento que hoy me da un asco horrible, mañana no y pasado sí, aunque solo si está cocinado de una determinada forma, no tengo ni la más remota idea de lo que significa.

Y todo el rato se me viene la misma frase a la boca: “Pero, ¿qué coño pasa?”. E Isaac por detrás: “… que estás embarazada…”.

A las embarazadas les decimos mucho: “No estás enferma, estás embarazada”. Compañeras Asesoras Continuum, compañeras matronas, compañeras ginecólogas, compañeras doulas: yo dejaría de decirlo… no cala. Es imposible que lo haga. Quizás hay que buscar otra manera de comunicar la idea que les queremos transmitir.

Yo SÉ que no estoy enferma. SÉ que debo estar mejor que nunca, o mi cuerpo no se hubiera metido en este berenjenal… SÉ que está llevando a cabo un complicado y delicado proceso que requiere de algunos «pequeños» daños colaterales.

Yo sé todo esto por mi experiencia laboral y por mi formación, pero no es la información que me manda mi cuerpo ni la que me manda el mundo exterior.

No estaré enferma, pero me duele estómago como cuando lo estoy, me mareo como cuando lo estoy, me canso como cuando lo estoy. Y no estaré enferma, pero el sistema me trata como si lo estuviera.

De mi primera cita con la matrona de mi centro de salud salí con una hoja con todas las citas que iba a tener a lo largo del embarazo: con ella, con el tocólogo, con el anestesista, para hacer análisis, para ver los análisis, para hacer ecografías, para monitorizar al bebé, etc, etc, etc. Salen más de una al mes.

Nunca he estado tan enferma como para tener que ir al médico más de una vez al mes.

No voy a entrar a juzgar si todas esas citas son necesarias o no, cada uno tendrá su opinión, pero el protocolo las marca; y la embarazada decidirá presentarse a ellas o no, pero el sistema ya le ha dicho que debería acudir. Y lo escucha mientras aguanta las arcadas que tiene todo el día…

Pues estar, no estaré enferma, pero lo parece.

Es posible amamantar durante el embarazo

Es posible amamantar durante el embarazo

En torno a la lactancia materna hay muchos mitos que la desinformación fomenta. Uno de ellos es que si estás amamantando y te quedas embarazada  tienes que destetar por la seguridad del bebé que está por nacer. El miedo más común de lactar embarazada es sufrir un aborto. Pero como reza el título de este artículo  en general es posible seguir amamantando durante el embarazo sin riesgo para el feto.

Personalmente no me he visto en esta situación. Mi hija se destetó al poco de cumplir los cuatro años y a los dos meses me quedé embarazada de nuevo. Si se hubiese dado el caso de que mi hija hubiese seguido mamando, te puedo asegurar que no habría impedido que siguiese haciéndolo. Aunque lo que no te puedo asegurar es si lo hubiese decidido por otras causas, que más abajo te detallo, o que ella misma se hubiese destetado sola durante el embarazo.

Vuelvo a reiterar que no hay pruebas que demuestren que  amamantar estando embarazada afecte al desarrollo del feto, como tampoco afecta al hermano mayor ni a la madre. En el único caso en el que se desaconseja la lactancia durante el embarazo es cuando se ha diagnosticado amenaza de aborto o parto prematuro, y no porque haya una relación directa clara y demostrada, sino más bien para evitar futuros sentimientos  negativos en la madre.

Sin embargo no solo son familiares, amigos o conocidos quienes nos pueden alertar erróneamente del «supuesto peligro» que conlleva seguiramamantando. A día de hoy todavía existen profesionales sanitarios (no todos) que aconsejan a la madre el destete inmediato, sin que exista ningún riesgo de aborto o parto prematuro.  De hecho rara vez contraindican las relaciones sexuales en estos casos y también se producen contracciones durante las mismas. Esta recomendación solo obedece a una falta de actualización y reciclaje por parte de estos profesionales o a prejuicios personales.

Si tienes intención de seguir amamantando a tu hijo durante el embarazo lo que sí debes tener en cuenta es con lo que te puedes (o no) encontrar, para no tener falsas expectativas:FotoAndreaSanchez

Es normal que durante el embarazo tengas más sensibilidad en los pezones y esto te haga estar incómoda durante las tomas. De hecho algunas madres deciden destetar por no soportarlo.

Puedes sentir agitación del amamantamiento. Esto es un sentimiento de irritabilidad y rechazo hacia tu hijo, al amamantarle, que no puedes controlar. Puede ocurrir bien por los cambios hormonales que suceden durante el embarazo, un cambio en el agarre que sientes como mucho más fuerte, o mayor sensibilidad en los pezones, como he comentado antes. Hay muchos factores que pueden influir en esa reacción y no son todos físicos. El saber que es algo normal puede ayudar, aunque hay mamás que necesitan reducir el tiempo de la toma o incluso se plantean el destete.

La producción de la leche disminuye alrededor del cuarto mes de embarazo. Esto, dependiendo del niño, puede llevarle a destetarse por sí solo.

Puedes sentir contracciones mientras tu hijo mama. Estas remiten cuando termina la toma. Esto sucede por la hormona oxitocina, implicada en la lactancia. Esta hormona está presente igualmente en los orgasmos. Por lo que si nuestra matrona o ginecólogo, sin motivo aparente, nos recomiendan el destete, del mismo modo nos deberían recomendar no mantener relaciones sexuales durante el embarazo. Sin embargo, como comenté antes,  eso no ocurre.

 

Cada caso es distinto, habrá mamás que vivan su lactancia durante el embarazo con mayor, menor o ninguna molestia. En ocasiones será la propia madre quien decida destetar por no sentirse bien con la lactancia, por los motivos que he comentado antes.

Que decidas destetar no quiere decir que no vayas a atravesar tu pequeño o gran duelo

Cada una lo vivimos a nuestra manera.
No se aconseja un destete brusco, sino adecuado a la edad del niño. No es lo mismo que el pequeño tenga un año y aún no le interese demasiado la alimentación complementaria, que un niño de dos años que ya come más o menos de todo. Lo ideal es “no ofrecer, no negar”, y con niños más mayores pactar tomas más cortas.

Por otro lado puede que sea el niño el que se destete solo debido a la disminución de la producción o el cambio de sabor en la leche. Incluso los hay que tras el nacimiento de su hermanito deciden volver a engancharse, aunque entre estos, algunos  ya habrán olvidado cómo mamar.

 

Por todo esto no podemos predecir cómo se desarrollarán los hechos.

Cada caso es diferente y dependerá tanto de cómo se sienta la mamá, como del niño.

¿Y tú? ¿Te sentiste cómoda amamantando a tu hijo durante tu embarazo? ¿Quieres compartirlo con nosotras?

 

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