Soy Auxiliar de Enfermería. Trabajo desde hace ya unos años en pediatría en un hospital de la Seguridad Social. Y ahora también soy Asesora Continuum, bueno casi, que aún no he terminado :D.
Hace casi dos años, la madre de un bebé prematuro que conocí en el hospital, me planteó la posibilidad de realizar una formación no reglada que me ofrecía la oportunidad de formarme en porteo (que en principio no sabía lo que era), lactancia, conocer el poder y beneficios del contacto, el trato con familias…
Pero sobre todo y más importante: me iba a enseñar a conocer las necesidades de los niños y a aprender a dar voz a los que acaban de llegar a este mundo. Algo que habitualmente no se tiene muy en cuenta y de lo que ya hablé anteriormente. Asignatura pendiente: Comunicación
También aprendería a ofrecer herramientas a los padres, empoderarlos y hacerles ver que sólo comunicándose con sus hijos, serían capaces de tomar decisiones sin tener que delegar más que en sus sentimientos, necesidades y sentido común.
Ah, se me olvidaba, y cómo no, un módulo de emprendimiento. Ese que iba a darme el empujón para desarrollarme profesionalmente fuera del hospital. Ese que iba a hacer que dejase a un lado “ mi mentalidad de funcionario “ y me iba a presentar un mundo diferente al que conocía hasta ahora. Ese módulo que me ha traído de cabeza, pero que ha hecho que nazca un nuevo proyecto dedicado y pensado por y para las familias…
Gracias a Asesoras Continuum Te cuido con-tacto poco a poco está viendo la luz… Este va ser mi granito de arena.
Con mi título de Auxiliar de enfermería, no encajaba en casi ninguna formación reglada relacionada con los temas que me interesaban, ya que todas van dirigidas a personal con titulación superior: enfermeras, matronas, pediatras…
Y a las que sí he podido acceder, que no han sido muchas, siempre se les da un punto de vista muy “técnico” y poco cercano.
A mi modo de ver son formaciones dirigidas a profesionales que tratan con enfermos, no a personas que tratan con personas.
Por lo general en las formaciones que se ofrecen al personal sanitario, “el lado humano“, el lado de las emociones, es fácil que quede en segundo plano, me explico:
– Puedo recibir un curso estupendo sobre lactancia materna, ofrecerme una teoría completísima y explicarme cómo solucionar una obstrucción, una mastitis…
– Pero rara vez me van a enseñar a ir más allá…a buscar el “por qué emocional ” a investigar qué conlleva esa mastitis para una madre agobiada, que posiblemente lo que necesite principalmente, es que la escuchen…
El mundo dentro de un hospital es un mundo aparte, un mundo que quien no lo vive, es imposible que se ponga en nuestro lugar, es un mundo en el que te tienes que hacer fuerte y no implicarte demasiado porque vemos tantas cosas, tanto sufrimiento, que o pones una barrera, o puedes pasarlo muy mal (Esto hay que decir que también supone un aprendizaje).
Es un mundo en el que las emociones, para todos, juegan un papel muy importante.
Pero sigo pensando, que una cosa no quita la otra y nunca debemos dejar de lado el lado humano.
En mi caso, trabajar con niños muy enfermos es muy duro… La relación con las familias que pasan procesos complicados en muchos casos es difícil y agotadora y nadie nos prepara para aprender a llevarlo, ni disponemos de apoyo psicológico en caso de necesitarlo. Así que cada uno lo gestiona como buenamente puede, sabe o quiere.
Este curso suponía para mi un reto personal y por qué no decirlo, realizar un desembolso económico importante, a cambio sólo de conocimientos. No me iban a dar título, ni puntos, ni créditos…
Dentro del microclima hospitalario he aprendido muchas cosas. Dar vueltas por varios hospitales y servicios (entre ellos servicios muy especiales como son neonatología, cuidados intensivos, urgencias…) te da tablas, muchas… Y aprendes y ves muchas cosas, sobre todo desgracias que ocurren en la vida de otros y su sufrimiento…
También vivimos muy buenos momentos y es gratificante, pero esas emociones todos sabemos gestionarlas…
Es una profesión también en la que todos los días se aprende algo y en la que no sabes quién te lo va a enseñar. Es también una profesión que me encanta y disfruto día a día.
Darme cuenta que quien más te enseña es el paciente, a mí en particular, los niños y sus familias, es algo que me ha costado asumir, pero creo que de momento ha sido de las mejores enseñanzas que me ha dado la vida.
Escuchar e interpretar necesidades es algo que desde el punto de vista puramente profesional nunca me había planteado.
Siempre me he limitado a cubrir esas necesidades, siempre las mismas para todo el mundo, generalizando, con protocolos… Nunca me había cuestionado por qué lo hacía, era mi trabajo y punto…
Ahora puedo decir que me siento mejor profesional ejerciendo el mismo trabajo.
Por eso para mí, Asesoras Continuum es LA FORMACIÓN, la formación que me ha abierto los ojos y me ha dado la oportunidad de darme cuenta de que es fundamental conocer y tratar a las personas de manera individual, aprender a valorar sus necesidades y por qué no, a anticiparme siempre que sea posible.
- Ser Asesora Continuum y ser personal sanitario no está reñido, es más, creo que esta formación debería ser una asignatura más .
- Ser Asesora Continuum le ha dado voz a los niños con los que trabajo.
- Ser Asesora Continuum es no sentirme el ombligo del mundo dentro del hospital, de cara a las familias, sólo por llevar un pijama de muñecos.
- Ser Asesora Continuum ha dado sentido y sensibilidad a muchas situaciones del día a día.
- Ser Asesora Continuum me ha hecho mejor profesional y mejor persona.
- Ser Asesora Continuum es saber respetar.
- Ser Asesora Continuum es dejar decidir
- Ser Asesora Continuum es no juzgar.
Marta Gonzalez
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