por admin | 28,Ene, 2016 | Maternidad
Cuando nos convertimos en madres una avalancha de consejos y «buenas prácticas» se arroja encima de nosotras.
Estamos puérperas, con un cocktail hormonal que nos hace estar más sensibles y, en muchas ocasiones, sentirnos inseguras.
No hemos parido antes, no hemos amamantado, nunca hemos tenido un bebé tan pequeñito que dependiera día y noche de nosotras y… ¡lo queremos hacer tan bien!
Nos asaltan mil dudas y no sabemos a quién hacer caso.
Si tenemos suerte, nos animamos a acudir a un grupo de apoyo a la lactancia o a la crianza, a hablar con una matrona o asesora sobre nuestras dudas.
En general, los grupos funcionan fenomenal y encontramos respaldo y apoyo. Pero en otras ocasiones nos sentimos juzgadas y no sabemos cómo encajar en ellos.
Por miedo a ser juzgada, a que alguien me hablara «regular» o de forma paternalista, no acudí a un grupo de apoyo cuando fui madre por primera vez. Y me hubiera encantado, porque me habría proporcionado seguridad y un lugar de desahogo.
Los profesionales que trabajamos con personas y especialmente con madres, ya que la maternidad es algo muy íntimo, tenemos una doble responsabilidad:
- Transmitir información verídica y contrastada
- Cuidar el trato personal.
Y en Asesoras Continuum nos lo tomamos muy en serio.
Por un lado la información que proporcionamos es rigurosa y contrastada, actualizada, ya que seguimos en continua formación.
Pero más importante aún, nos formamos para ver más allá.
Más allá de la composición de la leche materna o de la producción de oxitocina.
Más allá de la nutrición saludable o de la importancia del tacto y el contacto,
en Asesoras Continuum miramos a los ojos de la persona que nos habla.
Escuchamos y respetamos.
Porque, lo que es bueno para mí, quizás no lo sea para ti.
Igual que no hay un portabebés perfecto para todos -intentamos buscar el idóneo para ti y tu hijo- no hay una respuesta única al resto de interrogantes que surgen alrededor de la maternidad y la crianza.
Lo importante es tu tranquilidad y la de tu hijo, tu felicidad y la de tu hijo. Que encontréis vuestro camino valorando distintas opciones y pudiendo elegir. Sin que nadie te juzgue, sientiéndote libre.
Porque tú y tu hijo sois lo importante para nosotras.
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por admin | 22,May, 2015 | Crianza
A menudo nos preguntamos qué nos ha hecho llegar donde estamos y criar como criamos.
Seguramente conocéis el dicho africano que dice que para criar a un hijo hace falta una tribu,
pues eso es muy cierto y vale sea cual sea la opción que crianza que elijas.
Aunque las que hemos elegido la crianza «con apego», crianza respetuosa, crianza natural, crianza autorregulada o como quieras llamarla (yo la llamo crianza Continuum, jejeje no hace falta que os diga porque) a menudo vamos a contra corriente y nos sentimos aisladas. Muchas no tenemos a nuestro alrededor gente tanto de la familia o amigos que hayan optado por este tipo de crianza y con el primer hijo menos aún.
Las que vivimos la crianza así, no hacemos las cosas porque sí, porque los han hecho así con nosotras o porque lo hacen todos así a nuestro alrededor. Nos preguntamos el porqué, buscamos información, evidencia científica en libros o en internet para apoyar o avalar lo que nos dictan nuestro instinto.
Ahora, echo la mirada atrás y pienso dónde se han torcido las cosas, aunque ha sido para mejor desde luego. Cual o cuales han sido los puntos de inflexión que me han hecho elegir la crianza Continuum?
Curiosamente para mi estos puntos de inflexión han sido cosas graves, traumáticas que me llevaron a un camino que luego seguí recorriendo porque me sentía mucho más a gusto. Como dice el dicho no hay mal que por bien no venga… ¡Ay que horror cuando lo pienso!
El primer punto de inflexión fue que enfermarán mis dos padres de cáncer. Te preguntarás cómo eso te encamina a la crianza Continuum? Pues porque informándome sobre la enfermedad empece a darme cuenta de lo enferma que está nuestra sociedad y a replantearme mi alimentación entre otros. Así que cuando me quede embarazada desde luego quise el mejor alimento para mis bebés y al esperar dos me informe bastante sobre el tema y acudí a un grupo de apoya a la lactancia para múltiples.
¡Todo empieza con la teta! ¡Pero la teta bien dada! A demanda, sin horarios, confiando en que el bebé sabe y que mientras le damos cuando pide recibirá lo que necesita. Y si hay un problema para eso están las asesoras de lactancia y los grupos de apoyo. Aunque estoy generalizando y obviamente se puede dar el pecho y no seguir en la crianza Continuum o criar así con lactancia artificial porque hay tantos caminos como vidas.
Pero una vez interiorizas que el bebé sabe y respetas sus ritmos, ya sueles coger el camino de la crianza Continuum. Se suele acompañar de una manera de dormir, el colecho, de una manera de introducir la alimentación complementaria, el Baby Led Weaning, de un contacto más cercano, con el porteo y/o el masaje, una forma de criar en general y a veces incluso de educar siguiendo el respetar sus ritmos.
El segundo punto de inflexión fue la muerte de mi bebé al nacer. Como estaba embarazada de mellizos a pesar del trauma que me supuso tuve que seguir con la crianza de mi otro bebé y desde luego me incito a hacerlo con más empeño y más ganas si cabe de hacerlo mejor.
Yo creo que eso fue lo que me empujó a querer ayudar a otras madres, en participar en el grupo de lactancia de manera activa y en hacerme asesora de porteo y Asesora Continuum. Porque a veces de lo peor sale lo mejor.
Y ahora cuando echo la mirada más atrás todavía, y recuerdo un tiempo en el que el método Estivill no me parecía tan malo, en el que me parecía exagerado que un niño de dos años siguiera mamando y otras lindezas por el estilo, me doy cuenta que la maternidad (y paternidad) es un camino con sus curvas sus cruces en el que sigues de un lado u otro. Y que como dice el dicho en Francia sólo los tontos no cambian de opinión.
¿Y tu te has parado a pensar que te ha hecho elegir el tipo de crianza que vives? ¿También han sido originados por algo grave?