Te escribo desde el pasado para que me leas en el futuro

Te escribo desde el pasado para que me leas en el futuro

 Te escribo desde el pasado para que me leas en el futuro.

«Lo que te voy a contar te hubiera gustado saberlo hace tiempo, a pesar de esa sensación de disponer de amplios conocimientos.
Pero la teoría es eso: teoría, y ahora te escribo y te cuento desde el sentir, desde lo que es válido, desde el sentimiento y la sensación, desde el instinto y el saber ancestral del disfrute de ser madre.
Desde el pálpito, el latido y la sapiencia de llevar un pequeño cuerpo pegado a ti, siendo parte de tu propio ser.»

Así comienza una carta que me escribo a mí misma, para darme esos consejos que ahora, desde la experiencia me guardo para una futura maternidad, y no son conocimientos, son sentimientos, que al final, son los que valen.

Me escribo a mí misma, porque en su momento no me escuché de forma plena, no supe interpretar del todo las señales fuertemente emitidas, algo se perdió en el mensaje, y de nada vale ahora reprochármelo, pero es de ley recordármelo a mí misma para una futura nueva vida, incierta, pero aun así probable.

  • Nada corre tanta prisa como agotar y beber todas sus risas, sentir su aliento cálido y acariciar esos pies redondos y suaves.
  • Nada puede estar por delante de contar sus deditos, de acariciar su pelusa, de aspirar miles de veces al día su aroma.
  • Nada es tan urgente como tocar cada centímetro de su piel mil veces cada minuto y sentir su calor, un calor que cura, que recompone, si le dejamos.
  • Nada es tan apremiante como escuchar cada latido, cada inspiración de su cuerpecito durmiente, cada suspiro lanzado en sueños.
  • Ningún libro te cuenta de forma fiel cómo suena su primera palabra, esa que nunca volverás a oír de igual manera, porque cada vez suena diferente
  •   Nada te resonará igual que su primer paso firme en esta vida, seguro, confiado y de tu mano, al contacto de tu piel.
  • Párate a contar, tocar y sentir su deditos siempre que puedas
  • Nadie devuelve ese tiempo que has perdido en tareas, urgencias, carreras, día a día, sin exprimir cada minuto, cada segundo a su lado.
  • Así que en el fondo los consejos se condensan en estar, en ser, y quizás menos en observar, en saber. Más en sentir, palpar, vivir y menos en contrastar, comparar y medir.Nuestros hijos son bebés un día de cada vez.

Y yo misma me aconsejo recordarlo, y vivir cada uno de esos días como si fueran años, desde el puro disfrute, sin relojes, solazándonos en nuestro propio ser con ellos y siendo nosotros mismos para, por y con ellos.

Dar @NohemiHervada

 

Esmeralda Solís, MADRE, Pedagoga y Maestra de Educación Especial, Asesora en crianza, lactancia y porteo, artesana y asesora continuum. Nacida en Gijón (Asturias) y asentada en Alcorcón (Madrid).
Abrir chat
¿En qué puedo ayudarte?
Hola, soy Nohemí. ¿En qué puedo ayudarte?