Hubo un tiempo en el que mi visión de la maternidad era tan miope como yo misma.
Hubo un tiempo en el que confiaba en lo que me decían “aquellos que sabían” que era lo mejor para mí y mi hijos, aunque mi instinto ya sospechaba algo.
Hubo un tiempo en el que me caí con todo el equipo al darme cuenta de lo engañada que estaba.
Hubo un tiempo en que tuve que levantarme, lamerme mis heridas y encontrar un sentido al sin sentido que me rodeaba.
Hubo un tiempo en el que mi forma de sanar incluía exponer mi visión de la maternidad y la crianza
Hubo un tiempo en que esa exposición la hacía con cierto orgullo y alguna dosis de soberbia,
Hubo un tiempo en que creí que salvaría a los bebés del mundo de sus propias madres (proselitismo en toda regla).
Hubo un tiempo en el que sentí que fallé tanto que me tocó empezar casi toda mi vida de cero.
Y entonces empecé a mirar el mismo mundo con otros ojos.
Asumí mi responsabilidad por ignorante y dejar que otros tomaran decisiones por mí y ese día empecé a dejar de decidir yo por las demás.
Me propuse identificar mi ego disfrazado de paternalismo y combatirlo.
Decidí cambiar el “sufrimiento” al ver historias de desapego y violencia asumida por acciones positivas que contribuyan al cambio general y por disponibilidad para acompañar el cambio individual.
Soñé que podía inventar una formación para enseñar no solo conocimientos, sino la forma de utilizarlos para conseguir lo que queremos.
No, no somos Mary Poppins
No vamos a evitar que se aplique el método estivill en muchos hogares, no, no vamos a evitar todas esas lágrimas y gritos.
No vamos a cambiar la mentalidad de aquellos que llegan a la m/paternidad creyendo que es un derecho conseguible a toda costa
No vamos a transmitir a los m/padres a la primera que el respeto a los hijos es algo más profundo que no solo no darles bofetones.
No, no tenemos varitas mágicas ni píldoras de azúcar a lo Mary Poppins para que todo sea idílico.
Pero cada vez que una madre que cree que dejar llorar a su bebé es inocuo, incluso bueno, cada vez que unos padres ansiosos por demostrar lo buenos p/madres que son intentar masajear a su bebé cuando éste no quiere, cada vez que una madre que se afana por dar “una cucharadita más” de esa papilla que el bebé escupe o cada vez que unos padres que lo han sido a golpe de talonario y agencia se cruzan en su vida con una asesora continuum, sé que se ha plantado una semilla.
Ni nosotras ni esos padres y madres sabemos qué efecto va a tener en ell@s y en sus bebés nuestro trabajo. Porque no todas las semillas crecen, no todas dan fruto, no todas en el tiempo. Pero esa da igual, porque eso ya es cosa de ellos, su responsabilidad, su libertad, su capacidad, su voluntad.
La nuestra, como dijo una vez un hombre sabio, es seguir sembrando semillas, a veces con gozo y a veces con lágrimas.
Gracias a todas las que estos años me habéis acompañado. A las que habéis confiado en mi trabajo y en mi forma de llevarlo a cabo. Gracias por vuestra paciencia con mi propio aprendizaje. Gracias por llevar el Continuum a rincones donde yo nunca habría llegado sola.
Gracias por ejemplificar que #SomosContinuum es mucho más que un hashtag.
Nohemí Hervada Directora de Asesoras Continuum Dedicado a E. y a todas las preciosas personas que esta formación me ha permitido conocer.
Hola, primero de todo presentarme, soy Marta auxiliar de enfermería y trabajo en pediatría desde hace ya unos cuantos años…
Conocí la formación Asesoras Continuum por casualidad hace ya un tiempo e hice con ellas su formación con la segunda promoción.
Y aquí sigo… sintiéndome una más de esta tribu de lokas, trabajando desde mi pequeño espacio para intentar dar voz a los que aún no la tienen.
Hoy quiero hablaros de porteo con bebés nacidos prematuros y para eso, quiero presentaros a Bea e Ignacio, padres de 3 niños que se llevaron la sorpresa casi con el primer test de embarazo de que iban a venir dos bebés más. ( En embarazos múltiples la hormona hcg se duplica, de ahí sus fundadas sospechas… y su intuición no falló ).
¡En breve iban a ser 7 en casa!
Telmo y Tomás llegaron al mundo a las 30 semanas de gestación, pesando poco más de 1kg cada uno y teniendo que empezar la vida con una carrera de fondo nada más asomar la cabeza al mundo.
Los bebés que nacen de forma prematura son verdaderos súper héroes y, como era de esperar, en este caso están superando poco a poco y con mucho amor la primera prueba que les ha puesto la vida…
Nacer antes de tiempo
» El mundo de los prematuros » es muy desconocido para una gran parte de la sociedad y, en muchos aspectos, también para los los mismos profesionales que luchan a diario por salvar sus vidas.
Se subestima tanto nuestras habilidades y capacidad, la medicina ha querido intervenir tanto en los procesos relacionados con el parto, que las mujeres hemos perdido totalmente la confianza en nosotras mismas, en nuestros cuerpos y peor aún, en nuestros hijos.
Sin embargo como dice el neonatologo sudafricano Nils Bergman
PARA EL BEBÉ NADA TIENE SENTIDO SINO DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL CUERPO DE SU MADRE.
ES LO QUE ÉL ESPERA Y ESTAR JUNTOS ES LO QUE AMBOS NECESITAN.
Facilitando el contacto, una necesidad fundamental
Esto podemos traducirlo como que un bebé al nacer, y más si es prematuro, continúa necesitando a su madre para todo. Su cuerpo es vital para él, es su hábitat natural.
Y NECESITA estabilizar sus constantes vitales sobre su cuerpo, regular la temperatura sobre su cuerpo, sentirse protegido sobre su cuerpo, alimentarse de su cuerpo… en definitiva, necesitan adaptarse a la vida extrauterina sobre el cuerpo de su madre.
Y aquí es donde puede intervenir el porteo más que nunca.Facilitando el contacto, que, en definitiva, es lo que más necesita.
Utilizar un sistema de porteo adecuado te dará la posibilidad de tener las manos libres y poder seguir con tu vida, incorporando a tu hijo en ella. Esta es una de las muchas ventajas del porteo. Y tu bebé estará siempre contigo, sobre tu cuerpo, donde necesita completar su desarrollo.
Te animo a leer o releer este artículo de mi amiga Nahia, con el que podrás aprender más sobre lo que implica el porteo en la vida del bebé y conocerás los beneficios que aporta el porteo desde el punto de vista del desarrollo neurológico y psicomotor: «El porteo y los hitos del desarrollo»
Y cuando son dos… ¿cómo lo hacemos?
Pues lo primero es decirte que ¡¡¡se puede!!!
¡Claro que se puede! Si el cuerpo de una mujer es capaz de gestar dos bebés, ¿por qué ponemos en duda que vaya a ser capaz de seguir ofreciendo todo lo que estos necesitan?
Evidentemente portear a dos no es tan “ fácil “. Muchos pensaréis que es una locura, sobre todo cuando vayan creciendo, pero…
¡Querer es poder! Y si se quiere, todo es intentarlo
Encuentra tu fórmula para portear
Existen tantas opciones como familias…
Puedes combinar carro y porteo
Portear tú a uno y el padre u otro adulto al otro …
Siempre pensando en vuestros deseos, circunstancias y necesidades de vuestra nueva vida….
Lactancia en múltiples
¿Crees que es posible amamantar a dos bebés a la vez? ? Y si han nacido prematuramente?
Como ocurre en el embarazo, si un cuerpo ha gestado a dos, por lo general, puede alimentar a dos.
La CONFIANZA es un elemento fundamental para poder lograrlo.
Necesitas creer en ti, en el poder que tiene tu cuerpo y por supuesto, en tus hijos y en su capacidad para saber qué hacer cuando no se interfiere negativamente.
Pero siendo realista, para logarlo necesitarás algo más: priorizar necesidades.
Intenta delegar obligaciones, la casa, los hermanos mayores, comidas, limpiezas, compra, la ropa…
Aprovecha la ayuda que te ofrezcan y pide que te ayuden con estas cosas que realmente te vienen bien.
No necesitas ayuda con los cuidados de tu/tus recién llegados, para eso ya estás tú.
Es un poco absurdo que te ayuden con tus bebés para que tú pongas la lavadora. La lavadora la puede poner cualquiera, ella no notará la diferencia, tus bebés te necesitan a ti.
Esta experiencia es única, solo la vas a vivir una vez. Quizás tengas más hijos, o no, da igual. Lo importante es vivir el hoy con tus bebés.
Una ayuda extra nunca viene mal
No dejes de buscar ayuda profesional si la necesitas, si crees que algo no va bien, si hay algún problema o si necesita asegurarte de que todo va bien. Una Asesora Continuum, una asesoras de porteo y/o lactancia, grupos de madres con las que puedas compartir tus experiencias, dudas y miedos.
Escuchar otras experiencias muchas veces nos ayuda. Saber que hay gente como tú, que está pasando por las mismas o similares circunstancias… eso te puede dar la oportunidad de abrirte y disfrutar tu maternidad al máximo …
Y, sobre todo, nunca olvides que ERES INSUSTITUÍBLE para tus bebés y que SIEMPRE PUEDES ofrecer tu cuerpo como su hábitat.
Mil gracias a los dos por dejarme contar vuestra historia y por permitirme compartir momentos tan mágicos ¡Las fotos lo dicen todo!
Testimonio de Bea
Hoy, 17 de noviembre, es el día del niño prematuro.
La verdad que nunca hubiese imaginado que este día me hiciese sentir un pellizco en el estómago como el que hoy siento.
Brutal momento en el que tu cuerpo ya no puede seguir siendo el mejor de los refugios para tus hijos… esa primera piedra que cae sobre la espalda de cualquier madre que sabe de lo que hablo.
Y el camino que viene después… ese camino en el que pareces andar sobre el mismo barro.. ese camino en el que pareces llevar el corazón fuera de ti, como el que lo ha dejado a la intemperie en un descampado.
Con 30 semanas comenzaron mis guerreros su andadura sin mí… sin que fuera mi cuerpo el que les diera ese horneado que aún necesitaban, pasar de ser su todo a sentirte espectadora pasiva de su lucha es duro.
Y con todo… Afortunada, afortunada porque hoy siento ese pellizco pero con ellos cerca, a nuestro lado.
Si los hijos son grandes maestros estos guerreros son “Cum laude” en la asignatura de la vida.
Hoy leí “nacer temprano vivir en grande” y me llegó al corazón. Creo que es exactamente así.
Desde este espacio que me brinda Marta quiero aprovechar para agradecerle habernos dado la llave de nuestra propia confianza para hacer frente a esta maternidad y poder disfrutar y crecer junto a nuestros pequeños guerreros. Ojalá todos los padres tuviesen la fortuna de dar con profesionales como tú.
También quisiera mandar fuerza a todos los padres y madres que están atravesando momentos difíciles. Todo mi apoyo y reconocimiento.
Para despedirme no puedo dejar de recordar aquellos ángeles que nos acompañan sin poder tocarlos porque su cuerpo ya no está, pero su recuerdo y enseñanza sigue en cada uno de nosotros.”
Esta semana desde el programa Gente de Hoy de DescubriéndoMe Radio , Myriam Ponte y Patty Galván entrevistaron a Nohemí Hervada, directora de nuestra formación para hablar sobre qué es una Asesora Continuum y quién puede optar a esta formación. Se habló además sobre lactancia, porteo y mucho más.
Aquí te dejamos el podcast para que lo disfrutes:
El año 2016 empieza con mucho proyectos ilusionantes para Asesoras Continuum.
Está ya en marcha la 4ª promoción de alumnas formándose con nosotras, y muchas de las promociones anteriores siguen en nuestro programa de formación continua.
Además de eso, en este mes de febrero por primera vez en España se organizan unas Jornadas de Actualización para Profesionales de Porteo (#IJAPP2016) y Asesoras Continuum, junto a la Escuela de Asesoras de Porteo Mimos y Teta y Ergo somos patrocinadores del evento organizado por De Monitos y Risas.
Tras haber asistido a eventos europeos y comprobar el nivel de las escuelas de porteo de diferentes países, estamos muy contentas de saber que nuestras escuelas están en el más alto nivel. No sólo por conocimientos y técnica o por haber desarrollado nuevos conceptos en el porteo, sino por la forma de transmitirlos y por ser pioneras en nuestro país en la profesionalización de esta figura.
Estas Jornadas constan de una parte on line y otra presencial, para facilitar el acceso a parte del programa a todos los interesados, vivan donde vivan.
PAra más información e inscripciones esta es la web con la información del evento y este es el mail de contacto: jornadas@monitosyrisas.com
ES un honor que las 3 formadoras del Módulo de Porteode Asesoras Continuum seamos ponentes en estas Jornadas, lo que demuestra el trabajo que estamos haciendo en este sentido con nuestra formación. Y es un honor además compartir cartel con profesionales de la talla del Dr. Henrik Norholt, investigador y conferenciante internacional sobre temas de contacto y desarrollo de los bebés.
Esperamos que el día 13 de febrero en la parte presencial de las Jornadas podamos no sólo enseñar, sino aprender y compartir con todas vosotras que asistáis un día de fiesta del porteo.
Súmate y ayúdanos a difundir el evento con el hastag #IJAPP2016
Estamos de promoción del curso para la 4ª promoción de nuestro curso de formación. Llevo unos días respondiendo correos y atendiendo llamadas de teléfono de mujeres que quieren tener más información sobre nuestro proyecto.
En estas llamadas lo normal es que quieran despejar sus dudas sobre si la inversión merece la pena. .
Preguntan sobre el temario, sobre el equipo docente, sobre la forma de presentar las clases. Preguntan sobre la certificación, si es oficial, si es reconocida, si realmente les va a servir para algo…
He de decir que como creadora del proyecto y propietaria de la marca es un orgullo tener 3 promociones de mujeres y una gran lista de candidatas para las próximas ediciones. Sobre todo en un momento económico delicado para tantas personas, sabiendo que nuestra oferta, a primera vista, parece tener un coste muy elevado.
Es un lujo haber rebasado las plazas cada promoción y un honor escuchar y leer a tantas mujeres decir que su sueño es poder hacer nuestra formación en un futuro cercano.
Pero hay algo que quizás no sabéis. Algo que va más allá de conocer nuestro Temario y nuestra forma pionera de presentarlo.
Elena López y Mercedes Granda con Kerstin Uvnäs-Moberg
Conocéis de nuestra cabezonería en demostrar que el sistema colaborativo, y no el competitivo, funciona
Conocéis un poco de nuestras vidas porque hemos querido compartirla con vosotras.
Conocéis el trabajo que desarrollan nuestras alumnas en sus propios emprendimientos.
Pero eso no es lo mejor de Asesoras Continuum.
Lo mejor de #SomosContinuum no son nuestras clases, aunque sean la caña.
Lo mejor de #SomosContinuum no son las formadoras y colaboradores aunque tengamos SIN DUDA a los mejores.
Lo mejor de #SomosContinuum no es la experiencia acumulada que intentamos transmitirte.
Lo mejor de #SomosContinuum no es nuestra forma de trabajar desde la profesionalidad, el respeto y la honestidad
Lo mejor de #SomosContinuum no es haber arriesgado a crear algo nuevo a pesar de incredulidad, críticas y baches y haber demostrado que nuestro producto es único y vale la pena.
Lo mejor de #SomosContinuum no es nuestro éxito profesional.
Lo mejor de Asesoras Continuum no depende de mi, ni del equipo que trabaja conmigo.
Pincha en la imagen para ver las fotos
¿Queréis saber qué es lo mejor de #SomosContinuum ?
#SomosContinuum es:
Es escuchar una nota de audio en un grupo de whatsapp de una de nuestras alumnas emocionada y agradecida por una iniciativa del resto de sus compañeras
Es saber que hay un grupo de personas que han encontrado en nuestra formación un grupo de personas con las que comparten algo más que comentarios de clases y tareas.
Es constatar que se crean lazos que resisten más que los fulares que usamos para nuestros bebés.
Es sentirte orgullosa de haber servido de lugar de encuentro de personas separadas en la distancia física, a veces por miles de kilómetros, pero conectadas.
Es sentir que hay almas gemelas a pesar de todas las diferencias
Es sentirse parte de una red que acompaña, consuela, ayuda, comparte, ríe, llora, escucha, aconseja, llama la atención si hace falta, actúa, llama, propone, sugiere.
Es comprobar que nuestro lema «Un proyecto que cambia vidas» es una realidad y no sólo un slogan
Asesoras Continuum es un negocio de formación on line y asesoría a las familias. Y en un mundo en el que la palabra «negocio» nos trae connotaciones negativas, somos la prueba de que hay negocios hechos desde el amor. Y todo lo que se hace desde el amor, aunque no está exento de fallos, siempre da buen fruto.
Hoy escuchando esa nota de audio he llorado de emoción por esa maravillosa persona que ha recibido una dosis de cariño que le parece inmensa y que la abruma.
Y he llorado de alegría porque el día que empecé a pensar en hacer formación soñaba no con tener socias y alumnas: soñaba con tejer una red de compañeras con un mismo objetivo. Una red tejida con hilos de cariño y respeto.
Como formadoras, intentamos mantener cierta distancia personal de las alumnas porque se necesita a para hacer nuestro trabajo de forma profesional, pero lo hacemos sabiendo que tenemos ya un grupo de mujeres Continuum, que entienden nuestro trabajo, nuestro proyecto. Que lo viven y lo defienden. Las «madrinas» de las nuevas alumnas, las veteranas. Esas que nos ayudan a que no se nos pasen las cosas importantes que ocurren a nuestro alrededor.
Esas personas son el alma de nuestro trabajo.
Esas personas son prueba viviente de lo que significa #serContinuum.
Ellas y las que apuestan por nosotras son sin duda LO MEJOR DE ASESORAS CONTINUUM
Si quieres ser parte de la 4ª promoción date prisa y si te gusta nuestro trabajo comparte el post con el hastag #serContinuum
[Tweet «#serContinuum es …
RT y cuéntanos qué es para ti lo mejor de #serContinuum»]
PD: Dedicado a todas las Continuum, pero especialmente a Nahia
Soy la hermana mayor de una familia numerosa. Y soy la mayor de toda una legión de primos, por ambas partes. Me pasé toda mi infancia oyendo frases como esa.
A los hermanos mayores nos otorgan un papel en la dinámica familiar que condicionará toda nuestra vida. Muchos rasgos de carácter vienen influenciados por el lugar que se ocupa dentro del orden de nacimientos en la familia. Mucho se ha escrito sobre ello desde la aparición de laBirth order theory (Teoría del orden de nacimiento).
Según Frank J. Sulloway, del Instituto de Investigación Social y de la Personalidad de la Universidad de Berkeley (California, EE UU):
«El entorno explica al menos el 50% de las variaciones en la personalidad, como sabemos gracias a los estudios en genética del comportamiento, así que también influye bastante en el desarrollo de las diferencias. El orden de nacimiento conforma la personalidad y el comportamiento mediante mecanismos biológicos, psicológicos, sociales y antropológicos»
Tiene todo el sentido por varios factores:
Los primogénitos llegan a un hogar sin experiencia previa en el rol de padres
Son los recipientes de todas las expectativas irreales sobre la m/paternidad
Pagan el precio de ser cuidados por adultos que desconocen cómo son y qué necesitan de verdad los bebés y niños
Generalmente con ellos los padres aprendemos «sobre la marcha», y muchas veces entre lágrimas, la diferencia entre lo que debe ser y lo que es.
El tiempo que se les dedica no se comparte con hermanos, disfrutan de más tiempo en exclusiva con su madre (y/o padre) del que tendrán sus hermanos.
Cuando llegan hermanos se les asigna, en mayor o menor medida, el rol de cuidador, modelo, ejemplo …
Crecen «de golpe» a nuestros ojos sencillamente porque llega un bebé, comparado con el cual, el primogénito parece ahora muy mayor.
Pasan de ser criados en solitario a sentir «la comparación» constante. Lo que antes funcionaba ahora no es válido: «Ahora eres el mayor, ya no te puedo llevar en brazos»
Reciben del entorno mensajes contradictorios sobre el bebé que llega. A veces para evitar «celos» oyen cosas como : «Mira el bebé qué tonto es que no sabe hablar y se hace pis encima, pero tú no, tú ya eres mayor»
Estos y otros factores personales, familiares, culturales y sociales influyen para que nuestros hijos mayores, a veces, en vez de disfrutar de la llegada de los futuros compañeros de vida, juegos y aprendizaje, se sientan desconcertados, solos, perdidos, frustrados, enojados y empujados hacia adelante a un camino para el cual no estaban preparados.
«Todas las familias felices se parecen, sólo las infelices lo son cada una a su modo»
Tolstoi -«Anna Karénina»
Cómo hacer más llevadera la situación de ser «el hermano mayor»
Lo primero es reconocer que siguen siendo niños. Que como todo cambio introducido dese fuera, va a requerir un tiempo de ajuste. No es fácil adaptarse a cambios tan bruscos, y este posiblemente sea uno de los que más les afecte en su corta vida. Ponernos en su lugar y reconocerles el derecho a enfadarse por ello es lo primero. Pretender que siempre van a comportarse según la imagen idílica de amor fraternal suele ser una utopía.
Por supuesto que aman a sus hermanos, pero en ocasiones el resto de emociones negativas asociadas a esa llegada podrá más que el cariño. Sobre todo porque el cariño cree con el roce, y sobre todo en los niños, no es algo intelectual. No van a querer al bebé porque sí, porque «es tu hermano/a». Le querrán a medida que se vinculen con él. Cuando lo sientan así, no cuando les impongamos que ha de ser así.
Si se ha compartido con ellos el embarazo, si han visto ecografías, si les hemos ido explicando cómo crece, cómo se mueve… si para ellos tiene entidad, el vínculo ya comenzó a crearse. Pero va a requerir de tiempo y contacto para que crezca y se desarrolle.
Mientras tanto, lo que van a percibir es el enamoramiento colectivo de todo su entorno hacia otro ser que no son ellos. No hará falta hablar, dará igual que la abuela luego les diga que él es más guapo, ellos se dan cuenta de que ahora hay una especie de agujero negro de luz que atrae las miradas, las sonrisas y el amor. Requiere tiempo aprender que el amor que se da a otro no es a costa del que nos dan a nosotros. Esa lección de vida aún hoy muchos adultos no la tienen clara, no exijamos a nuestros hijos la madurez que a veces nos falta a nosotros.
En una ocasión un hijo mayor estaba de compras con su madre y su hermana pequeña. Al cabo de un rato de cruzarse con extraños que sonreían y saludaban a la pequeña, que le alababan lo preciosa y simpática que era , el niño le dijo a su madre:
-«Mamá, ¿soy invisible?»
Así se sienten nuestros hijos mayores muchas veces: invisibles.
De ahí que el rol que suelen asumir, impulsado por la propia familia y sociedad, sea el de «cuidador»: Si todo el mundo mira al pequeño y yo cuido al pequeño me mirarán también a mí.
Por supuesto es mucho más complejo que todo esto, pero este escrito va para todos los padres, para quienes criamos hijos mayores y medianos y pequeños. Para que seamos conscientes de que no podemos ni debemos criar a todos nuestro hijos de la misma forma, es imposible y sería injusto. Pero sí debemos hacer lo posible por empatizar con las emociones que sienten, todas ellas, respetar su derecho a estar molestos sin catalogarlo de «celos» o «envidia».
Demonizando lo que sienten, que no es sino necesidad de reafirmarles que les queremos aunque ya no sean los bebés adorables de hace años, aunque ahora sean esos niños permanentemente malhumorados, que parecen no estar nunca satisfechos con nada, enfadados con nosotros y con el mundo… demonizando todo eso no les ayudamos a gestionarlo.
Hagámosles sentir que a pesar de todo eso que sienten y que a veces nos desborda y nos sobrepasa, les amamos. Y sabemos que ellos nos aman. Y aman a sus hermanos, y aún les amarán más.
Y ahora os hablo como hermana mayor y no como madre:
Lanzar a un hijo por muy mayor que sea, el mensaje de que ahora es él el cuidador del siguiente hijo les deja en cierto sentido huérfanos. Lo que cree cuando le colocamos en esa situación es que si puede cuidar de otro es porque puede cuidar de sí mismo sin nuestra ayuda, y no es así. Nuestros hijos tienen que sentir que aún son niños, que nosotros seguimos siendo sus cuidadores, que seguimos siendo incondicionales, con o sin hermanos.
Aumentar su responsabilidad dentro de la dinámica familiar y respetar su creciente autonomía es una cosa, imponerle un rol que no es el suyo es otra bien diferente.
Porque luego pasa lo que pasa… como podéis ver en este vídeo. Cuando además del rol por orden de nacimiento se da la circunstancia de la diferencia de género, podemos, sin querer, alimentar estos patrones tóxicos desde la infancia.
Dejemos a nuestros hijos ser eso: hijos. No son padres sustitutos chiquititos.
Criemos para que no asuman que son los directores de la vida de sus hermanos, sino compañeros de viaje en el más amplio sentido de la palabra.
Si eres habitual de las redes sociales y/o de la blogosfera maternal seguro que has leído a menudo sobre las guerras entre madres.
Al parecer hay que estar en algún bando.
Hay muchos donde escoger y todas pertenecemos, sabiéndolo o no, a alguno:
.
Teta o biberón
Estivill o González
Colecho o Supernanny
Trabajar fuera de casa o quedarse a criar a los hijos
Carrito o Porteo
Porteadoras con lo básico o coleccionistas de fulares
Papillas o sólidos
Libertad o límites
Escuelas o Homeschooling
Y así hasta el infinito…
Parece que necesitamos reafirmar lo que hacemos o no hacemos en contraposición con el resto. Es como si siguiésemos en la etapa de la reafirmación desde el No que tienen los niños pequeños.
Personalmente hace tiempo que me hastían los debates en ese tono, tanto las defensas como los ataques. Entre madres me refiero, cuando se trata del ámbito profesional aún mantengo el radicalismo que me da la, hasta el momento, evidencia científica.
Pero estoy convencida de que el juicio entre madres nunca va a dar nada positivo.
Primero porque a nadie le gusta que otro le enmiende la plana y le diga que lo que hace se debe mejorar, ¡sobre todo si no han preguntado! Y segundo porque en demasiadas ocasiones el juicio no aparece para mejorar la situación del juzgado sino para reafirmar la posición de superioridad de quien juzga.
En ambos casos si lo que se espera es eso: el mayor bienestar de un tercero ( el bebé) el enfrentamiento con su progenitor y/o cuidador, no es la vía más inteligente.
Como escribía el oro día mi compañera Elena López, el transfondo siempre es la culpa que planea sobre las madres como los buitres sobre los cadáveres que devoran los leones… esperando su parte del pastel.
Culpas, miedos, juicios y castigos
Hemos crecido con la culpa como compañera de viaje, sobre todo las mujeres. Imagino que porque es un medio fantástico de controlar. El miedo ha sido la herramienta de control por antonomasia, y si no, miremos la historia de la política y las religiones. Si no quieres hacer algo de motu propio, ya se encargaba alguna autoridad de meterte miedo para que lo hicieras aun sin querer.
Conseguir infundir más miedo al castigo que yo te infrinjo si no haces lo que quiero,
que el que le tendrías a la consecuencia natural de no hacerlo.
Y no hay que irse a la Edad Media ni pensar en el infierno en llamas. Seguimos viviendo en la tiranía del miedo. Otros miedos, otros castigos, que al final lo que hacen es quitarnos la capacidad de analizar las consecuencias de nuestras decisiones y la responsabilidad de vivir aceptándolas.
La culpa funciona de forma parecida al miedo con un agravante: nos juzgamos, castigamos y sometemos nosotros mismos, con un criterio que nos viene de fuera, que muchas veces no es real.
Y esa culpa nos muestra una visión de nosotros mismos que es dura de ver por lo que escogemos mirar a otro lado. Y en demasiadas ocasiones por no juzgarnos nosotros, juzgamos a los demás.
Y como el tuerto en el reino de los ciegos, intentamos ver que los demás están o son peores. Como si eso en realidad nos curara nuestra ceguera por muy parcial que sea. Si no veo de un ojo no me va a devolver la vista que tú no veas de ninguno.
Desde la culpa no se construye, en mi opinión, nada duradero. Ser madres ha supuesto para muchas deconstruir muchas de las bases, creencias y principios sobre lo que se asentaba nuestra forma de ver y entender lal vida. Y sin suelo firme donde pisar sólo nos quedó construir otro nuevo. Hacerlo desde la culpa es poner un mal cimiento.
Pongo un ejemplo: Si no he dado la teta sólo me corresponde a mí plantearme, si quiero panteármelo, por qué o por qué no lo hice. Soy adulta, tomé una decisión y soy responsable de vivir con las consecuencias. Y parte de esas consecuncias puede ser aceptar que he influido en la salud de mi hijo y en la propia. Por supuesto tengo derecho a sentir que tomé la mejor decisión posible en mis circunstacias personales y particulares, o que me faltó información y ayuda. Y tengo derecho incluso a pensar en que me equivoqué. A todo eso tengo derecho. Pero cuando me molesta ver a la que da teta, incluso a la que presume de ello, y siento en su decisión un ataque hacia mí, no me juzga ella, me estoy juzgando yo. Porque en algún lugar recóndito siento que me tengo que justificar por haber violado alguna ley superior que me dice que tendría que haberlo hecho. Quien ha hecho el trabajo de vivir con responsabilidad no carga contra otros por sus propias decisiones.
He puesto ese ejemplo porque es el tema que más ampollas levanta, porque es quizás, el tema que a mí más me ha hecho cambiar mi forma de ver a las madres, los juicios, las culpas y los egos. Porque es precisamente en ese campo en el que más herida he visto y no sólo por dar o no dar teta, sino por sentirse juzgada desde dentro y desde fuera.
Y en esta marea de debates y clubs de buenas y malas madres, en el que los requisitos para ser de uno u otro son tan arbitrarios como los propios juicios, aparecen los padres y dicen que quieren entrar en el juego.
Y se crea otro debate con infinitos debates internos. Y el panorama se convierte en un circo de 3 pistas donde se ven reflejadas las mismas actitudes que en el resto de la sociedad, pero eso sí, envueltas de términos como “consciente” “natural” “responsable” y etiquetados casi a la fuerza con todo tipo de “ismos”.
Y lo que debería ser una oportunidad de conocimiento y crecimiento para todos, se convierte en un foro y no precisamente de debate, sino de discusión en la peor acepción de la palabra.
Padres que se sienten fuera porque su mujer da teta y colecha
Madres que se sienten incapaces de criar a un marido inmaduro que tiene celos de sus propios hijos
Padres que se sienten mal porque quieren que su mujer sea la madre que ellos quieren que sea
Madres que no quieren que los hombres entren a opinar sobre maternidad
Padres que se sienten molestos porque su mujer decide sobre su maternidad sin tenerles en cuenta
Padres que confunden paternidad con maternidad
Madres que confunden maternidad con paternidad
Padres que confunden maternidad con ataques a la paternidad
Madres que confunden paternidad con ataques a la maternidad
Madres y padres que confunden maternidad y maternidad con machismo y/o feminismo
Padres buscando un espacio propio para entenderse y entendernos
Madres que quieren invitar a los padres a sus espacios y vivencias
Padres que a falta de espacio propio invaden el ajeno
Madres que no quieren invitar a los padres a sus espacios y vivencias
Padres y Madres con más ego que sentido común
Padres y madres juzgando que los demás tienen más ego que sentido común
Madres y padres que escribimos sobre las vivencias de otras madres y otros padres
Y digo yo, que soy madre, que estoy divorciada del padre de mis hijos, que he vivido cómo afectan los hijos a la vida de pareja, que vivo la compeljidad de afrontar una nueva relación de pareja cuando tienes hijos que te demandan atención casi exclusiva, que tengo un hijo varón que seguramente algún día será pareja de alguien y/o padre, que tengo una hija que a lo mejor será madre, con o sin pareja… ¿qué mensaje quiero transmitirles?
Tengo claro el que no quiero:
No quiero que mis hijos crezcan en un mundo de luchas entre bandos. No quiero que escojan si quieren más a mamá o a papá. Si mamá y papá siquiera plantean esa pregunta, son mamá y papá quienes necesitan crecer y madurar.
Creo en la capacidad de cada ser humano para tomar sus propias decisiones, en el derecho a equivocarse y en el derecho a cambiar de idea.
Soy la madre que puedo llegar a ser dentro de mi objetivo de ser la madre que quiero ser. Con mis incongruencias y mis limitaciones. Y le reconozco el mismo derecho a cada madre y padre que me rodea.
No tolero la violencia, ese es el límite de mi capacidad de respeto. Pero tampoco quiero defender ese derecho siendo violenta yo.
Tarea difícil, lo sé, pero en eso estamos. Y como Martin Luther King, yo también sueño:
Voy a proponerte un ejercicio para tu memoria: Intenta recordar tu época de estudiante. Piensa en algún profesor de esos que aún recuerdas. De los que conseguía que te apeteciera no faltar a sus clases, que consiguió despertarte pasión por una asignatura o un tema que quizás, a priori, no era de tu interés. ¿Lo tienes? Ahora piensa en qué tenía de especial con respecto a todos los demás. Seguramente has tenido en tu vida escolar decenas de profesores, pero sólo unos pocos dejan esa huella.
A lo largo de nuestra vida vamos conociendo muchas personas de las que aprendemos.
Aprendemos de lo que nos enseñan, de lo que no nos enseñan, pero sobre todo aprendemos mucho del cómo.
Aprendemos más de su aCtitud que de su aPtitud.
A estas alturas ya todo el mundo sabe que un buen asesor no es sólo aquél que tiene muchos conocimientos en su campo. Un buen asesor, es aquél que sabe transmitirlos de tal modo que cumpla su función. Que le sirva a la persona que le pregunta.
La semana pasada Elena López nos explicaba la importancia de saber asesorar en porteo, y yo hoy quiero hablaros de cómo ser una buena asesora de lactancia.
He empezado queriendo que recordéis a alguna persona que os inspiró en vuestra infancia y/o juventud, porque al final, esa es la meta. Algunas personas piensan que para ser una buena asesora de lactancia hay que saberse muy bien la teoría, conocer al dedillo los compuestos de la leche materna, saber distinguir patologías por los síntomas, ver frenillos y clasificarlos por grados, saberse todo lo relacionado con la fisiología de la lactancia… y es cierto. Todo eso hay que saberlo. Pero no basta.
En un campo como el de la lactancia, que es como siempre digo: multifactorial, complejo, en el que confluyen tantos aspectos a tener en cuenta y no sólo los físicos… es un campo como este no basta con saberse muy bien la teoría.
EL otro día relataba en un post para mi blog mi primera visita a una asesora de lactancia tras el parto.
Imaginad: madre primeriza, dolorida, asustada, preocupada… Mi bebé no había hecho pis ese día y a mí me dolía el pecho, tenía incluso una herida en la areola. En la clínica sólo supieron darme pezoneras y decirme que me pusiera crema hidratante en la herida ( sí, crema hidratante de la cara… sin comentarios). Afortunadamente yo sabía de la existencia de los grupos de apoyo y de las monitoras de lactancia ( como se llamaban en esa época en esta asociación en concreto). Así que el mismo día que salí de la clínica, sin poder apenas sentarme del dolor de la sutura de la episiotomía y las hemorroides, fuimos a buscar ayuda como quien va a Lourdes.
Para resumir la historia, decir que las palabras que me dedicó esta persona fueron literalmente:
-«Esto está muy mal. Este niño lleva mucho sin comer, seguramente le ha bajado la glucosa y la glucosa es el alimento del cerebro»
Si os digo que empecé a temblar… sólo acertaba a decir:
-«Pero ¿está bien? ¿le he causado daño cerebral a mi bebé? ¿Se va a poner bien? ¿Es irreversible?
Y todo eso mientras lloraba presa del pánico. Pánico como pocas veces en mi vida.
Me imaginaba siendo la causante de lesiones cerebrales en mi hijo. Y yo sólo había intentado ser la mejor madre del mundo, como todas. Quería un parto natural porque sabía que «era lo mejor». Dije que no le dieran biberones porque quería que tomara teta. Aguanté el dolor porque creía que es: lo que hay que hacer. Y en ese momento, con esa frase sólo me veía como una perfecta irresponsable que le había causado a su hijo poco menos que parálisis cerebral.
¿Creéis que es exagerado?
Si habéis sido madres y os habéis topado con este tipo de comentarios o similares en medio de una dificultad, sin duda sabéis que no es exagerado.
Una madre recién parida es básicamente una máquina de preocuparse. Biológicamente esto tiene todo el sentido, porque es lo que hace que sepamos si todo va bien, y si no, que hagamos algo para solucionarlo.
Por eso el trabajo de las asesoras de lactancia es tan delicado. Por eso no me cansaré de insistir en que no basta con saber, no basta con conocerse el Lawrence de memoria. Ni siquiera basta con acumular diplomas. Eso está bien, pero no basta.
Hay que reconocer que nuestra actitud, nuestro mensaje, nuestro lenguaje corporal, nuestro vocabulario, el tono, las miradas… todo ha de ir en consonancia con lo que queremos: TODO. Y lo que queremos no es demostrar cuánto sabemos y que sabemos arreglar cualquier problema que se nos presente.
Uno de mis talleres presenciales AsesorArte: Taller Habilidades de Comunicación para Asesoras de Lactancia
Si esa es tu actitud, seguramente tendrás muchas batallitas que contar de lactancias salvadas y muchas madres dándote gracias cada vez que te ven. Como decía un sabio: «Ya tienes tu propio pago». Pero para mi la actitud adecuada, la que intento transmitir a mis alumnas es:
«Las asesoras de lactancia estamos para contribuir a que las madres consigan lactancias exitosas y placenteras»
Eso pasa por mostrar cómo pueden hacerlo ellas y sus bebés, no sólo con hacérselo nosotras.
Eso pasa por saber cuál es el problema, sí, y buscar soluciones, pero no ganamos nada con añadir culpa a la que ya traemos todas las madres de serie.
Para conseguir amamantar , y más cuando hay problemas, la madre necesita empoderarse y confiar en que ella puede. Y mostrarle cómo. Echar más leña a la hoguera de la sempiterna culpabilidad materna lo único que hace es ponérselo aún más difícil, sea cual sea la dificultad que tenga que vencer.
En mis casi 9 años como asesora de lactancia, he visto muchas cosas. Yo misma actuaba al principio de una forma que sólo el tiempo y el deseo de estar a la altura de la confianza que me otorgaban las madres han ayudado a pulir y mejorar.
Una buena asesora no aprende sólo de los libros y los cursos, aprende sobre todo de observar a las madres, a los bebés, y de replantearse siempre su propio trabajo, su propia actitud, sus propias formas de trabajar y sobre todo desde dónde lo hace.
No digo que a veces no seamos nosotras las responsables de haber «salvado» una lactancia… pero sólo en un sentido, y mucho más pequeño del que creemos, por eso odio esa expresión. Porque al final, quien está toma tras toma con el bebé en brazos, a pesar del sueño, luchando contra su miedo, con el dolor a veces, con la inseguridad, con el sentimiento de ser una mala madre y una incompetente, con las críticas y la falta de apoyo… esas son las madres, no nosotras. Las lactancias las salvan las madres y sus bebés.
Así que si eres una asesora de lactancia o te estás formando o quieres formarte en el futuro, pregúntate:
¿Tengo claro que debo trabajar mi aCtitud y no sólo mi aPtitud?
¿He resuelto mis propias «heridas» para no añadir esa carga emocional personal en mi trabajo con otras madres?
¿He entendido que mi trabajo nunca es juzgar a las madres y sus familias?
¿Soy crítica con mi propio trabajo para aprender de mis propios errores?
¿Soy humilde para aceptar aprender de quien en principio parece que no tiene nada que enseñarme?
Si has respondido que sí… felicidades… estás en el camino. <3
Llevo más de 10 años asesorando en temas de lactancia.
Años que han ido marcando una evolución, no tanto en conocimientos como en la forma de transmitirlos y aplicarlos.
Ahora que me dedico a formar Asesoras Continuum, una de las cosas que intento grabar en las alumnas y que yo he aprendido con el tiempo es que nosotras no juzgamos a las madres ni sus decisiones. Dicho esto, pues sonar incongruente la pregunta del título de este artículo.
¿Debe una asesora de lactancia preguntar a una madre el motivo de por qué quiere destetar?
Quizás tú tengas tu propia respuesta, yo te invito a leer y a que conozcas mi forma de ver este asunto.
Va por delante que esa pregunta la haría solo dentro del marco de una madre que me pide asesoramiento para el destete. En ese caso hablo como asesora de lactancia, dejando a un lado mis propias opiniones sobre el tema en cuestión.
No me cansaré de repetir que una de las cosas que tenemos que tener en cuenta a la hora de asesorar es que nuestra opinión no importa.
Nuestra opinión de un asunto está condicionada por múltiples factores que la hacen única y aplicable a nuestro caso particular, así que para asesorar de forma adecuada, hemos de dejar nuestro punto de vista personal al margen y centrarnos en la persona a la que asesoramos y en información fiable, no en opiniones ni prejuicios.
Dicho esto, cuando una madre me pide consejo para destetar, sí le pregunto con delicadeza por qué quiere destetar. No para emitir un juicio o hacerla cambiar de opinión, sino porque en la realidad hay 2 tipos de razones para destetar:
las verdaderas
y las falsas
O dicho de otro modo:
Porque la madre quiere
O porque “algún otro quiere”
Mi trabajo es asegurarme que la madre sepa distinguirlo.
Hay 2 tipos de razones para destetar:
Porque la madre quiere
Porque algún otro quiere
Os pongo un ejemplo real:
-Una madre que quiere destetar porque el dentista le ha dicho que hasta que no destete no puede arreglarle la dentadura, ya que ha de administrarle antibióticos y usar anestesia local.
Si en este caso no le hubiera preguntado a la madre el motivo, seguramente esta madre no sabría que ese no es un motivo real para dejar la lactancia si ella quiere continuar. ¿Os suena este ejemplo? LA mayoría de las veces el destete no surge por voluntad de la madre, o al menos la idea inicial no parte de ella.
¿Por qué quieren destetar a veces las madres?
Una madre que oye a su pediatra vez tras ves decirle: -«¿Cuándo vas a quitarle el pecho si ya no le aporta nada?»
o a su médico : -«Dar tanta teta te está afectando. Te vas a quedar sin calcio»
o a la esteticista: -«Hasta que no destetes no puedo hacerte este tratamiento»
o a la amiga: -«Hasta que no destetes no vas a tener vida propia»
y así Ad infinitum…
Oímos todo tipo de “razones” para destetar de mano de profesionales de todos los ámbitos, de familiares, de “amigos”, hasta de la propia pareja.
«Razones» sin fundamento médico ninguno, «razones» que no son sino prejuicios.
Y lo grave es que este tipo de mensajes van dejando huella. Huella en la madre que se cansa de nadar contra corriente, de dar explicaciones, de pelearse para que le empasten una muela, o le operen la miopía o le depilen.
Algunos van más allá y apelan al bienestar del niño con mensajes amenazadores sobre su salud: -“se va a quedar raquítico” o su desarrollo: – “va a desarrollar un complejo de Edipo” o “está demasiado apegado a ti, así nunca va a ser un adulto independiente” .
Parte de mi trabajo como asesora continuum es divulgar la realidad de lo que significa la lactancia, incluyendo que ninguna madre debería destetar si no quiere.
Coaccionar a alguien con mentiras para que destete debería ser punible, y mucho más si se hace en nombre de la salud. Es un asunto muy serio ya que la lactancia es la práctica normal de alimento para los bebés y niños humanos sus primeros años de vida, y como tal, impedirla o acortarla por prejuicios personales o culturales tiene serios perjuicios para la salud del niño y la madre.
Pero como toda relación con 2 partes, puede que seas tú quien decida finalizarla, y estás en tu derecho de hacerlo.
En ese caso, mi trabajo es informarte de cómo hacerlo de la forma menos traumática posible con el niño, teniendo en cuenta que seguramente él no piensa ni siente cómo tú.
Sea como fuere, el fin de la lactancia es un momento de duelo (para uno o para ambos), una etapa importante que acaba, y merece ser vivida de forma consciente y respetuosa, no con imposiciones externas.
Así que, si eres una madre que quiere destetar… lo primero pregúntate:
¿Por qué quiero destetar?
Nohemí Hervada Asesora de Lactancia
Directora de Asesoras Continuum
¿Qué relación tiene el Porteo con el desarrollo normal de un bebé? ¿Influye en el bebé ser porteado? Compartimos este interesante artículo de Nahia Alkorta publicado originalmente en euskera en su blog Sabeletik Mundura
«Tomando como punto de partida un bebé sano nacido a término aparentemente sin ningún problema de salud ni diversidad funcional, ¿cómo se relacionan los principales hitos del desarrollo y el porteo?
Para entender el porteo como una herramienta básica y fundamental en el desarrollo óptimo de un bebé, debemos tomar en consideración que el porteo en sí, también evoluciona (o debería evolucionar) junto con el bebé. Es decir, el porteo será la herramienta para facilitar ese desarrollo siempre y cuando, se vaya respetando el desarrollo en sí.
Tomando en cuenta el desarrollo psicomotriz y su correlación con el porteo debemos tener en cuenta lo siguiente:
El bebé recién nacido (a término y sano), las primeras horas/días es capaz de reptar sobre el pecho de su mamá.
El bebé tiene reflejos y han de tenerse en cuenta.
El bebé, por lo general, no tiene control cefálico.
Toda la musculatura y el estructura ósea del bebé, es moldeable.
La fontanela, la columna vertebral y la cadera son especialmente sensibles y de vital importancia.
El parto puede ser un gran condicionante a tener en cuenta (instrumental, medicalizado, cesárea…).
Todo lo que hagamos desde el embarazo (o incluso antes) tiene su efecto, pero sin olvidar la gran capacidad de adaptación y resilencia del ser humano.
Por lo general, el porteo se debería adaptar día a día y la situación ideal para el desarrollo sería del suelo a los brazos, y viceversa, pasando por el pecho de mamá cada vez que el bebé lo demande, a través de la observación, a las características personales y del momento, pero especialmente teniendo en cuenta las siguientes fases:
Bebé que aún no sostiene la cabeza:
Un bebé que aún no tiene control cefálico debe llevar la cabeza sujeta para evitar lesiones y sobre-esfuerzos en la columna y zona lumbar. Además, la contención se asimila a la sensación intrauterina y la adaptación al mundo extrauterino será mejor. El portabebés tiene que adaptarse perfectamente a su cuerpo y dar buena sujeción de cabeza sin ejercer presión.
Bebé que sostiene la cabeza.
Un bebé que sostiene la cabeza por sí mismo, tiende a tolerar menos, cuando está despierto, que el portabebés se la sostenga, por lo que debemos adecuar el movimiento a su capacidad para no sobrecargar, y sostenérsela cuando descanse. El portabebés tiene que adaptarse y permitir ofrecer la movilidad y el sostén de cabeza cuando sea necesario con facilidad.
Salto cognitivo hacia los tres meses: se fija más, reacciona a los estímulos.
Sobre los tres meses suele haber un salto significativo a nivel cognitivo y empiezan a fijarse en el medio que les rodea, a descubrir el mundo desde la seguridad de nuestro pecho. Puede ser un momento adecuado para alternar el porteo a la cadera con el delantero o de espalda, siempre teniendo en cuenta que en los ratos de descanso debemos ofrecer sostén de la cabeza.
Bebé que se mantiene sentado.
Un bebé que se mantiene sólo sentado suele tener una madurez y un desarrollo físico mayor, la musculatura y su estructura ósea ya han evolucionado mucho y por lo tanto, puede ser un buen momento para abrir el abanico de posibles portabebés (si su apertura natural de caderas lo permite): mei-tais, mochilas ergonómicas…
Bebe que gatea.
El desarrollo de un bebé que es capaz de desplazarse tanto física como cognitivamente es adelantado. El porteo debería permitirle avanzar en ese proceso, por lo que los ratos de porteo y de suelo debería ser intercalados. Utilizando el porteo como lugar de protección frente a la nueva realidad que se empieza a descubrir y de descanso, ya que el gasto energético tanto en el esfuerzo físico como en el mental es muy alto.
Bebe que anda.
Un bebé que camina se encuentra con un sinfín de posibilidades que pueden llevarle a emociones explosivas, sustos, alegrías… y debe tener un sitio seguro donde poderlas gestionar. Un lugar de protección, de amparo, de amor… el portabebés debería ofrecernos todo eso, de manera rápida, para alternar con el rato de juego.
Pero ¿por qué desarrollo óptimo a través del porteo?
El movimiento al ser porteado es un ejercicio de baja intensidad que va ejercitando su musculatura.
Descubrir los nuevos estímulos a centímetros de la expresión de la persona de referencia ofrece al bebé información continua de la realidad que le rodea.
El contacto en sí, es una herramienta muy poderosa del sistema neuroendocrino.
Y ¿qué correlación existe entre el porteo y los principales hitos del desarrollo?
A nivel postural, el porteo trabaja, de manera indirecta y sin hiperestimulación forzada, la estructura ósea y la musculatura. El movimiento permite que el bebé se ejercite, sin tener que hacer ningún esfuerzo. El porteo deberá adaptarse siempre a su postura natural y sus necesidades físicas y cognitivas.
Pasará de no control cefálico a control cefálico, a ser capaz de apoyarse sobre los antebrazos, a voltearse, arrastrarse, gatear, ponerse de pie, caminar, saltar… y no parar.
El porteo nos puede ayudar a encontrar momentos de sospechas de que algo no vaya del todo bien, puesto que la observación al bebé es mucho más continua y cercana.
En cuanto a la manipulación, el porteo y ser parte de la realidad del adulto a todas horas, le ofrecerá múltiples oportunidades para practicar desde el contacto, intentar coger los objetos que nos rodean, practicar la psicomotricidad fina cogiéndonos el pelo, la nariz, la boca… Manipular cosas en el portabebés con la seguridad de estar siempre bajo vigilancia evitando muchos riesgos.
Al ser participe activo de la vida del porteador interactuará con más gente y no será apartado por lo que obtendrá muchas más oportunidades de analizar las estructuras del lenguaje, la expresión facial, la tonalidad… y a aprender que los estímulos (los que él mismo emite) obtienen respuesta.
La socialización se realizará en un entorno seguro, desde el portabebés junto a la persona de referencia. Es decir, no se sentirá solo ante el desconocido, en entornos no seguros, evitando situaciones de estrés y segregación de cortisol.
El porteo es una herramienta estupenda para que el desarrollo del bebé sano sea óptimo a todos los niveles y la crianza y el día a día del adulto sea mucho más fácil, generando así un entorno mucho más feliz para todos. La estimulación será ininterrumpida, y siempre desde el hogar, desde el sitio más seguro, junto a la persona de referencia. Mientras su musculatura se trabaja de manera involuntaria, se estimula la socialización, la memoria, el lenguaje, la vista, el olfato, el tacto… y la vida, entendida como algo vivo y en constante movimiento: Un Continuum.»
No deberíamos hablar de beneficios del porteo en el desarrollo,
sino de perjuicios de NO PORTEAR en el desarrollo del bebé.
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Así mismo Asesoras Continuum no se responsabiliza de las opiniones personales de los autores de los artículos que incluimos.
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