Dos partos… Dos lactancias… La misma madre
Naciste de mis entrañas una mañana de calor
Naciste de mis entrañas en una fría mañana de invierno
Papá estaba esperando para poder ver tu color
Papá te cogió con sus manos, yo no podía creerlo
Pese a un gran desgarro, en la sala solo había amor
Pese a un pequeño desgarro, en el coche solo había amor
Sin fuerzas te quedaste, el parto fue agotador
Con fuerzas llegaste, el parto fue prometedor
Solos empezamos la aventura de la lactancia, con el corazón
Con experiencia, empezamos la aventura de la lactancia al unísono
Mamá y papá ponían todo de su parte para que fuera a mejor
Tú solita supiste qué hacer desde el minuto uno
Aunque costó un poquito, todo fue descubridor
No costó nada y todo era un lindo camino
La lactancia se estableció porque fuiste un luchador
La lactancia se estableció, las dos éramos uno
Disfrutamos 3 años de ella y todo era amor
Seguimos disfrutando de ella, hasta el día en que tú me digas un “no”.
Con este pequeño relato, con este poema, juego de contrastes, quería contaros que mis dos lactancias han sido exitosas pese a lo diferentes que fueron los partos y situaciones que viví con mis dos hijos.
El mundo de la lactancia no siempre es un camino negro en el que las mamás solo encuentran problemas, también hay lactancias exitosas. También hay lactancias bonitas desde el primer día. También hay lactancias de esas en las que no tienes más que dar a tu bebé lo mejor de ti durante el tiempo que lo necesite.
Le diste un sitio donde crecer durante nueve meses
Que nadie te robe ni tu parto ni tu lactancia
“Tal vez tengáis ocasión de
contemplar un espectáculo más
maravilloso que el que ofrece un
bebé mamando del pecho de su
madre, pero dudo que sea en esta vida”
Adrian Cordellat