Consejos para el posparto
Nada de lo que te digan te prepara para el posparto.
Aún así, sigamos intentándolo. Sigamos diciéndoles a las que vienen detrás que, seguramente, se recuperarán antes de un parto no intervenido, que meter al bebé en cama con ellas les dará alguna hora de sueño más, que el contacto constante con su bebé hará que se entiendan y que todo fluya…
Hoy vengo con unas ideas mucho menos transcendentales. Traigo unos truquillos de los que se descubren con la necesidad. De esos que todas tenemos. A lo mejor solo resultan prácticos para mí y desde luego que no pretendo aconsejar que nadie haga las mismas chorradas que yo, pero por si a alguien le sirven ¡ahí os los dejo!
TRUQUILLO 1.
Yo creía que el truco de botar en la pelota de Pilates para calmar al bebé era de sobras conocido pero el otro día hablé con unos papás ¡que no lo sabían! Cuando lo probaron quedaron alucinados, así que lo nombro por si queda más gente que no se ha enterado… Ah, ¿sabéis que también puede funcionar si ponemos la pelota entre nuestra espalda y la pared? Por cambiar un poco de postura, más que nada…
Otros recursos: mirar por la ventana, caminar, bailar… Pero, atención, el baile que mejor me funciona a mí es a ritmo de la banda sonora Dirty Dancing; cuanto más guarro el movimiento, mejor. Si tienes energía ese día, hazlo al límite de la dislocación. Yo creo que funciona tan bien por la combinación del balanceo con el sube y baja. A mi hija la deja seca. Otro truco menos conocido es meterse debajo de la campana extractora. “¡¡¡Campaaaaaana y se acabó!!!!” le llamamos en casa, por su tremenda eficacia. Si sois muy jóvenes me temo no entenderéis este chascarrillo… Y, al final, hagas lo que hagas, con el niño a la teta, por supesto.
TRUQUILLO 2.
Este truco puede herir sensibilidades. Así que, por si le puedo ahorrar el cabreo alguien:
• Por supuesto que todo el mundo tiene que ganarse la vida, a veces en puestos que nos generan a los demás muy pocas simpatías, pero esas personas no tienen la culpa.
• Por supuesto que las ONGs merecen todo el respeto y la admiración del mundo y necesitan que muchos nos hagamos socios.
• Por supuesto que es vergonzoso que haya tanta gente en nuestro país sin recursos que tenga que recurrir a pedir en la calle.
Dicho esto: cuando vayas paseando y veas ya a lo lejos que te va a abordar alguien con “¿tienes un minutito para una encuesta?” o “¿te apetece hacerte socio?”; cuando estés en una cafetería o en el metro y no te apetezca que te vendan un mechero o ni si quiera que te hablen: sácate una teta. Así, sin más. Sácate una teta para dar de mamar, pero sin mucha prisa en ponerte al bebé… No hay fallo, nadie se acerca a hacerle una encuesta a una tía que tiene una teta de fuera.
TRUQUILLO 3.
Los bebés de pocos meses solo necesitan dos cosas: el cuerpo de mamá (con todo lo que eso implica: comida, calor, protección, etc) y un poquito de suelo. Y de uno a otro deben bailar, de los brazos al suelo y del suelo a los brazos. Pero está complicado porque no en todas las habitaciones de la casa es fácil dejar al bebé en el suelo. Al final la gente opta por meter al bebé en una hamaca y la pasea al baño, a la cocina… Pero eso no es lo más beneficioso para el desarrollo motor del bebé. Nuestra solución: hemos cortado en tres una colchoneta de yoga algo gordita y hemos puesto un trozo en la cocina, uno en el baño y otro en la habitación donde está el cambiador y la ropa de la peque. El trozo de colchoneta tendrá que crecer en cuanto aprenda a girarse.
En el salón tenemos puesto de manera permanente un suelo de puzle, pero cuando nos movemos por la casa (y la niña no va porteada) ya solo la trasladamos a ella, no vamos arrastrando por ahí una hamaca ni una manta de actividades.
Al llegar al baño, dejas al bebé en la colchonetita que está en el suelo y te sientas a mear tranquilamente. Tranquilamente…, bueno, mientras le miras y le haces “gugu tata, ahora te cojo cariño, es un momentito”.
TRUQUILLO 4.
Encontrar un sujetador de lactancia a nuestro gusto es toda una aventura. Yo no quise comprar ninguno por adelantado, porque no sabía que talla comprar. Quién sabe cómo se te van a poner las tetas cuando suba la leche, y quién sabe cuánto van a bajar después, si es que bajan…
Fue en las primeras semanas, cuando apenas salía a la calle, siempre medio desnuda, con las tetas de fuera goteando leche por toda la casa… cuando descubrí por casualidad que el mejor sujetador de lactancia es un bikini de triangulo. “Sujetador de cortinilla”, le llamo.
La verdad es que no tenía sujetador que ponerme porque, como os dije, no quise comprar hasta ver de qué tamaño se me quedaban las tetas, pero tampoco me podía poner los de siempre (ni por tamaño ni por comodidad para dar el pecho a la niña). Así que rebuscando por los cajones en plan “¿qué demonios me pongo para no empaparme yo, ni a la niña, ni dejar regueros por el pasillo?”, apareció un bikini… Es muy cómodo, se “abre” con una mano, no aprieta, es rápido, si se moja de leche seca pronto…
¿Nos cuentas tú ahora cuáles son truquillos para el día a día con un recién nacido? ¿Tienes un secreto para eliminar las ojeras?, ¿un truco infalible para sacar las manchas de caca?, ¿una canción mágica que te salva la vida? ¡Contribuye, todas lo necesitamos!
Y, sobre todo, no os olvidéis de decirles a las siguientes que miren a los ojos a su bebé, que lo acaricien, que le hablen y lo escuchen, que lo lleven con ellas y compartan con él cada momento del día.