¿Sabes cómo fue mi parto? Una cesárea programada para un embarazo gemelar.
El hospital, acorde a su política de cesáreas me informó de que no subiría con las niñas a planta, y que a todas las mamas con cesárea nos llevarían a la REA. Aunque protesté pidiendo más opciones no se me ofreció ninguna otra solución.
Lo peor fue que ni por un momento imaginé que estaría en la unidad de recuperación durante ¡10 horas!,
10 horas separada de mis bebés.
10 horas en que las] niñas además fueron separadas entre ellas, Verónica para ser llevada a planta y donde su papá la veía por un cristal y Susana a ingresar en neonatos donde tuvo una visita de 15 minutos y donde le dieron su primer biberón.
10 horas aisladas las tres.
Por suerte las 10 horas pasaron y al fin me reencontré con mis niñas y empezamos a recuperar el tiempo perdido con mucha paciencia y manteniendo mucho contacto físico, siendo el porteo uno de nuestros pilares.
Meses después, descubrí un documental que me abrió los ojos , desde la realidad científica. Un documental cuyo “leiv motif” es “NUNCA SEPARAR AL BEBE DE LA MADRE”
Un documental que muestra un trabajo comenzado en los años 70 en Bogotá (Colombia), es decir hace casi 50 años.
– ¿50 años y todavía hay hospitales que promulgan la separación? –
En este documental se habla de un bebé diferente al que la sociedad nos muestra. Se describe al bebé como un ser autónomo, no indefenso, capaz de procurarse oxígeno, calor, protección y alimento por sí solo siempre y cuando se encuentre en el sitio adecuado: el pecho de su madre.
Y no solo eso, por contra, si el bebé no se encuentra en el pecho de su madre, el bebé comienza a estresarse.
– Aquí me puse en la piel de mis hijas esperándome durante 10 horas en una cuna de metacrilato cuando lo que esperaban encontrar era a su mamá 🙁 –
Se habla de que el éxito de la lactancia exclusiva y por ende la supervivencia del bebé, depende en gran medida de que el contacto madre-bebé no se vea interrumpido ni interferido en las primeras horas de vida.
– Aquí comprendí parte de lo que pasó con mi lactancia y cual pudo ser uno de los orígenes de los problemas que tuve. –
Se cuenta también como el RN si no es perturbado, es capaz de arquear la espalda, reptar por el pecho y llegar a mamar sin ayuda de ninguna clase, al cabo de una hora desde el transcurso de su nacimiento.
– Esto es algo que a día de hoy me pone los pelos de punta de la emoción cuando veo como los bebés lo hacen.-
Se habla de cómo un bebé en el pecho de su madre mantiene las constantes vitales más estables y con mejores valores (saturación, temperatura…) que en una incubadora.
– ¿No te parece increíble esta afirmación? A mí me impacto muchísimo. –
O de como un bebé tiene que realizar más esfuerzo (bajando su saturación de oxígeno) cuando bebe de un biberón que cuando mama.
– Creo que si hacemos una encuesta en la calle, solo el 1% dirá que es más fácil mamar que tomar un biberón, ¡hasta donde ha llegado el marketing de los biberones! :-S –
Y resumiendo, que en el pecho de su mamá, el bebé puede cuidarse a sí mismo en todos los aspectos, no es la madre la que cuida.
Por lo tanto:
NUNCA HAY QUE SEPARAR AL BEBÉ DE LA MADRE
La tarea del padre o enfermeras en PROTEGER y apoyar todo lo que puedan a la díada madre-bebé.
En el documental se definen los cuidados madre-canguro como (en el documental por un error de traducción se define como Método, siendo incorrecto llamarlo así):
Contacto piel con piel madre-bebé desde el nacimiento y de forma continua (0 separación)
Amamantamiento desde el nacimiento con lactancia exclusiva
Soporte a la díada madre-bebé con todo lo que sea posible o esté a nuestro alcance
Este documental es del doctor Nils Bergman y se titula “Restaurando el paradigma original” .
Si vas a ser mamá pronto, no dudes en verlo cuanto antes.
Si ya lo has sido también te interesa, es un documental para TODAS LAS MAMAS Y PAPAS.
¡Compártelo con tus conocidos!
Un bebé intraútero tiene contención constante, alimentación continua y calor. Cuando nace ese bebé, espera que su mundo sea lo más parecido posible a lo que ya estaba viviendo. Sus necesidades de contención, alimento a demanda y calor se verán plenamente cubiertas sobre el cuerpo de su madre, sin pasar por ningún tipo de separación, al menos durante los primeros días.
Un bebé recién nacido necesita el contacto piel con piel para desarrollarse plenamente, ya que este contacto continuo desencadena en él los procesos neurológicos necesarios para un correcto desarrollo de su cerebro.
En cuanto un bebé es separado de su madre, éste siente peligro, pues su cerebro está todavía muy poco desarrollado y su programa biológico le «dice» que lejos de su madre su vida corre peligro. El bebé entra en un estado de alerta e hipervigilancia, sus niveles de cortisol empiezan a aumentar. El cortisol es la hormona del estrés y además es inhibidora de la oxitocina, la hormona del amor, el vínculo y las relaciones sociales. Este desequilibrio hormonal, afecta negativamente en el desarrollo del cerebro, además de que modificará su respuesta ante situaciones de estrés incluso durante su vida de adulto.
Por eso, citando a Nils Bergman: lo ideal sería la SEPARACIÓN CERO.
Que el bebé pueda ir adaptándose y conociendo su nuevo mundo desde un lugar seguro: el cuerpo de su madre.
Nils Bergman recordando el ejemplo de la plomada que usó Jill Bergman el día anterior
Lamentablemente, muchas veces estas expectativas que tiene el bebé al nacer no se ven cumplidas. Hace un mes escaso, tuve la suerte de poder asistir al curso de Nils y Jill Bergman, Kangaroula. Nils y Jill explicaron que lo que espera un bebé al nacer es «lo óptimo», el ideal, la meta. Y lo ejemplificaron con una plomada : cuando el bebé es separado de la madre, o nace con un parto muy medicalizado, o no inicia la lactancia materna en las primeras horas, esta plomada se aleja de la línea vertical, de su centro de equilibrio. Esto no siempre se puede evitar, pero lo importante entonces es intentar dar una respuesta de contención y volver lo antes posible a ese punto, al ideal, al cuerpo de la madre.
También es cierto, que muchas veces no hemos sido capaces de dar esa respuesta de contención que espera nuestro bebé tan pronto como fuera recomendable. Y ahora hablo como madre que no pudo y no supo darle esa bienvenida esperada a mi bebé. Pero sí empecé a hacerlo pasados unos días, ya en casa. Mi bebé lloraba muchísimo y yo no sabía qué le pasaba. Le daba pecho a demanda, dormía con él, lo tenía todo el día literalmente encima y, aún así, lloraba y lloraba. No fue hasta que acepté que mi bebé necesitaba un tiempo de desahogo, un tiempo para recuperarse por lo que habíamos pasado, que no empecé a darle esa contención tranquila que necesitaba. Y todo empezó a fluir.
El contacto piel con piel tiene ese mágico poder de recuperar el tiempo perdido, de curar, de unir, de fortalecer el vínculo, de regular la temperatura, de dar seguridad y de volver a ese equilibrio que esperan nuestros bebés. Pero también está relacionado con la resiliencia. Por eso pienso, que aunque hay cosas que no se podrán recuperar nunca, sí tenemos la capacidad de darles todo el contacto del que carecieron en un momento dado, ya hayan pasado días, semanas, meses o incluso años.
Nunca es tarde para empezar a dar contacto. Sólo imagina lo reconfortante que es que te den un abrazo sentido y prolongado. Esa es la magia de la que hablo. Y está al alcance de todos nosotros.
Si tu hijo o hija no tuvo lo que esperaba cuando nació, si por cualquier motivo no fuiste capaz de proporcionárselo, no te sientas culpable. En aquel momento, como ahora, hiciste todo lo mejor que pudiste, con tus conocimientos y con tu mochila a cuestas. Simplemente empieza hoy a darle contacto. Hay muchas formas para hacerlo, puedes dormir con tu hijo si así lo desea, hacerle masajes, darte un baño con él, abrazarlo mucho, auparle siempre que lo pida y más, portearla, leerle cuentos abrazados, y cualquier cosa que se os ocurra.
Muchas madres me han contado los maravillosos efectos que tiene el contacto sobre sus hijos, aun cuando no empezaron de la mejor manera. ¿Qué experiencias tienes tú? Estaré encantada de escucharlas 🙂
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