Después de escuchar cierto programa de radio de cierta «periodista» (los pongo entre comillas porque creía que un@ periodista tenía que ser imparcial y no manipular los hechos, ¡ilusa de mi!) me han venido unos pensamientos a la mente…

Si le preguntásemos a cualquier bebé del mundo si prefiere estar pegadito a mamá o solo en la cuna, ¡sabemos perfectamente lo que diría! ¿O no?

Y si le preguntásemos si prefiere leche directamente del pecho de mamá o unos polvos reconstituidos de una botellita de plástico con una tetina de silicona, ¿qué? También sabemos la respuesta, ¿verdad?

Para mi el colecho es una de las 3 claves para una crianza feliz, aquí te cuento cuales son las otras dos. La lactancia materna no es una de ellas porque es sinónima de crianza.

 

Colecho

 

¿¿¿¿Entonces, dónde está el problema????

El problema reside en que ser acunado y amamantado son derechos fundamentales del bebé, ¡pero son decisiones de una madre!

El problema es nuestra falta de empatía. Las madres y los padres anteponemos lo que creemos que es nuestro bienestar antes que el del bebé.

Antes de que me lluevan los abucheos por madres indignadas, por padres escandalizados o por la susodicha pseudo-periodista, veamos la definición de empatía y déjenme acabar mi teoría.

empatía.
1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.
(Real Academia Española © Todos los derechos reservados)

Lo que comúnmente se podría llamar ponerse en la piel del otro.

¡Allí está el quid de la cuestión! Para identificarse con el estado de ánimo del otro hay que reconocerlo y no juzgarlo con una mirada sesgada por prejuicios aprendidos. Y en el caso de los bebés no atribuirles comportamientos adultos cuando su cerebro es incapaz de ello.

Ejemplo: en cuanto dejo al bebé en la cuna se pone a llorar, también conocido como el síndrome de la cuna con pinchos.

Interpretación nº1: El bebé me está manipulando para que le coja en brazos

Reacción extrema: ¡¡¡A mi no me manipula nadie, que llore, ensancha los pulmones!!!
Reacción Estivilizada: No llores cariño mamá (o papá) está aquí, te tengo que enseñar a dormir, te voy a dejar 2 minutos para que aprendas (2 minutos o lo que estipule la tabla).

Interpretación nº2: El llanto ante la sensación de separación de su cuidador activa la respuesta biológica del bebé de reclamar protección.

Reacción deseada: No te preocupes cariño te cogeré en brazos el tiempo que haga falta
Reacción real de una servidora: ¡Me cago en la leche, con la de cosas que tengo que hacer! Y allí tenemos una multitud de respuestas: te pongo en el portabebé y sigo, te cojo otra vez y lo volveré a intentar en un rato, busco a quien te coja en brazos y sigo con mis cosas ¡o mejor busco a quien haga mis cosas y sigo contigo, etc..

Es sólo un ejemplo para ilustrar el hecho de que ante una situación tenemos un gran abanico de interpretaciones, reacciones y respuestas posibles (y obviamente habría muchas más de las que contemplo).

Otro ejemplo (esta vez desde el punto de vista de la sociedad): las madres trás tener un bebé tienen que volver al trabajo.

Interpretación nº1: (digamos que la española…): el bebé no necesita a su madre si tiene a unos cuidadores cualificados que cuidan de ellos (¡y de unos cuantos más!) durante la laaarga jornada laboral. La OMS recomienda lactancia materna en exclusiva los 6 primeros meses así que después ¡Adiós teta, hola bibe!

Reacción de demasiadas: ¡Esto es lo que hay!
Reacción de algunas: ¡Ay que la baja maternal es de 4 meses! Me busco la vida para alargar la baja un par de meses. Y/o me busco la vida para sacarme la leche en el trabajo haciendo malabares con mis horarios y los comentarios de algunos compañeros. Y cuando vuelvo a casa intentamos recuperar estos momentos perdidos!

Interpretación nº2: (digamos de los paises nórdicos): el bebé necesita a su madre o figura de apego los primeros años de vida.

Reacción: facilitar la conciliación tanto en la duración de la baja maternal, en la remuneración por quedarse en casa con tu bebé como en la flexibilización de los horarios sin perjudicar la carrera de quién lo escoja.
No como una servidora que se ha tenido que montar un negocio para poder conciliar aquí lo puedes leer y que aún así se lo tiene que replantear (pero eso da para otro post).

 

Semana internacional de la lactancia materna 2015

¡Fíjate en en lema de este año de la semana de la lactancia materna!

 

Con este segundo ejemplo quiero ilustrar que yo no culpo a esas madres sino a la sociedad que les lleva a tomar esta decisión de la que hablaba antes. Esa decisión que nos guste o no va en contra de los derechos fundamentales de los bebés.

Porque en realidad, aquella falta de empatía de madres y padres hacia sus bebés, en la gran mayoría de las veces, se debe a una falta de empatía de la sociedad hacia ell@s y nosotr@s. Sin hablar de la falta de apoyo en todos los aspectos de la maternidad desde la atención al embarazo hasta la escolarización.

Seguramente a muchas madres lactantes les ha pasado que sólo por dar el pecho a su hij@ al lado de otra mujer ésta le empieza a decir que ella no pudo por… y te da una larga lista de razones a lo mejor muy legítimas pero que tu no has pedido en ningún momento. Incluso a veces acaba con un «total se crían igual de bien con biberón».

¿Por qué? Sólo porque al verte le entran los remordimientos y las culpas. Las culpas de lo que no quisieron, no tuvieron la fuerza o realmente no pudieron hacer. Pero señoras, eso no es culpa mía, y seguramente ni suya, en todo caso lo será de la sociedad.

Muchas madres se quejan de la presión que sienten por no dar el pecho. Porque es de todos sabido que es lo más sano. También es más sano comer verdura y no patatas fritas. Pero si le das una bolsa de Lays a tu hijo para la merienda no te pones a contarle tu vida a la que come una manzana al lado tuyo!

Y quienes se sienten presionadas para dar el pecho o colechar que se metan en la piel de las que los hacen y ¡os aseguro que la presión es mucho mayor y mucho más generalizada!

La evidencia científica está y por mucho que algunos la quieran ocultar y tergiversar seguirá estando! Las madres no deberíamos de luchar entre nosotras por lo que yo he hecho y que tu has hecho, sino que deberíamos unirnos, para conseguir para todas las que lo quieran tengan lo que realmente deberíamos tener!

El enemigo no son otras madres sino la sociedad y la cultura que no obliga a ir en contra de nuestros instintos y de los derechos fundamentales de nuestros criaturas.

Para acabar os dejo con un vídeo muy divertido que resume parte de lo quiero transmitir (¡aunque no miréis como están la mayoría de los portabebés!).

https://youtu.be/jePmMqqQNas

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