Durante el nacimiento de un bebé ocurren, en pocos instantes, cosas que le marcan de por vida.
Pasamos de un medio acuoso a uno seco, de una temperatura estable a notar frío, de estar alimentados en todo momento a conocer la sensación de hambre… y esto no es más que lo que todos apreciamos, hay mucho más.
Los bebés nos irán mostrando sus sensaciones de formas diferentes.
Día a día iremos reconociendo las señales de nuestro bebé a la hora de mostrarnos su desagrado. El más fácil de identificar es el llanto.
El llanto es una señal tardía de que algo estaba pasando. Y es así de “insoportable” por algo, porque es algo que tenemos que atender. Es una llamada hacia el cuidador.
Y hablo de esto con perspectiva hacia cuidar la salud de nuestro bebé.
El llanto no atendido tiene unas repercusiones fisiológicas que alteran el funcionamiento de sus sistemas.
- Cuando no atendemos el llanto de nuestro bebé sus niveles de cortisol aumentan. Cuanto más se incrementa y dura el llanto más sube el cortisol. Ocurre un estrés psicológico.
Niveles altos de cortisol actúan como inmunosupresores, debilitando al recién nacido y su capacidad de combatir infecciones. El miedo o el dolor activan también cascadas bioquímicas inducidas por el estrés.
- Aumenta la frecuencia cardíaca, que varía según la intensidad y duración del llanto.
- Se eleva la presión arterial.
- Disminuye la circulación cerebral.
- La sangre que llega a los tejidos está menos oxigenada.
- Los cambios en el flujo sanguíneo cerebral y presión en combinación con la vascularización inmadura del recién nacido puede producir alteraciones del desarrollo por hemorragias intraventriculares (en casos severos).
- El llanto puede dar lugar a la aerofagia que provoca una disfunción digestiva normal.
- Les bajan los niveles de glucosa.
Aquí te muestro sólo unos cuantos aspectos muy importantes sin mencionar que reducir los episodios de llanto promueve una mejor mejor relación de apego.
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Con esta breve explicación quiero desterrar ese mito de quelos pulmones se hacen grandes o de que nos manipulan de alguna manera.
El llanto es un mecanismo de supervivencia, que debe ser atendido por el bien del bebé y la familia. El llanto puede ser muy perturbador (aparte de lo que te cuento arriba). Y eso repercute en el bienestar familiar.
Es una necesidad para una buena salud futura de ellos, para su buen desarrollo como ser humano y para contribuir a una mejor sociedad.
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