Hoy os quiero hablar de los bebés preparados para ser porteados desde el nacimiento.
Hay un debate que está presente en el mundo de la lactancia, y es el de hablar de los beneficios de la lactancia. Hay quienes piensan que, hablar de beneficios en algo que es lo natural y biológicamente predeterminado, es incorrecto. Que lo que correspondería es hablar de los perjuicios de la lactancia artificial.
Es algo que se comenta y discute, pero hay temas alrededor de la lactancia materna que son tan controvertidos y crean tantas discusiones entre las mujeres, que muchas veces se elige hablar de los beneficios de la lactancia materna para no herir la susceptibilidad de aquellas madres que no han podido o querido amamantar.
Esta cuestión se centra en la necesidad de hablar de la lactancia materna como la Norma, y la lactancia artificial como la excepción a esa regla. Pero sabemos que, aunque la lactancia materna sea lo que la naturaleza manda, pueden surgir, por un lado, dificultades en la lactancia que hagan que se tenga que recurrir a la lactancia artificial, y por otro lado, pueden haber dificultades sociales que hagan que se tenga que recurrir a la lactancia artificial.
No por nada el lema para este año de la Semana Mundial de la Lactancia Materna es ¡Amamantar y trabajar! Hagamos que sea posible. ¿Cómo es «hacer la lactancia materna posible» en un contexto laboral? Si en países como el mío, la licencia por maternidad se termina a los 45 días de nacido el bebé, la única manera en que la lactancia materna sea posible es a base del enorme sacrificio tanto de la madre como del bebé.
¿Puede a alguien parecerle normal dejar a un bebé de 45 días al cuidado de otra persona?
¿Puede ser la norma hacer esfuerzos increíbles y psicológicamente doloroso para poder seguir amamantando a nuestros bebés?
Ante esta realidad, es más políticamente correcto hablar de beneficios de la lactancia y no de los perjuicios que trae la falta de la misma, ya que socialmente a muchas mujeres a lo largo del planeta, y por distintas y diversas razones, se les hace infinitamente complicado instaurar o mantener la lactancia materna.
La cuestión es que esta disyuntiva es extrapolable al mundo del porteo:
¿Se debe hablar de los beneficios del porteo?
¿O es más apropiado hablar de los perjuicios de la falta de contacto?
Ya Cristina, otra de las Asesoras Continuum nos contaba en este post, que Nils Bergman (neonatólogo sudafricano conocido mundialmente por su compromiso en la implantación de los Cuidados Madre Canguro y su defensa para TODOS LOS BEBÉS) habla de que el bebé viene biológicamente preparado para ser desde el cuerpo de la madre. Todo lo que el bebé necesita, lo necesita en y desde el cuerpo de la madre. La información genética que el bebé trae es mother = other; esto quiere decir que todo para el bebé está en el cuerpo de la madre, y que lo que no sucede en el cuerpo de la madre es para él desconocido.
Claro que semejante afirmación causa dolor, bronca, y muchos sentimientos encontrados hacia nuestro lado racional y social. Pero…
¿Cómo se compatibiliza el tener el cuerpo disponible para nuestro bebé viviendo en una sociedad que nos quiere convencer que hay que compatibilizar lactancia con trabajo?
En una sociedad que nos dice que los bebés tienen que ser independientes ¿De que tenemos que dedicarnos a otras mil cosas “más importantes” que atender a nuestros bebés, como trabajar, mantener una casa, estar lindas y bellas a días de parida?
Sin embargo, seguimos hablando de los beneficios del porteo. Ya, luego de muchos esfuerzos denodados de madres primero y con un camino profesional como asesoras después, que llevan el porteo al plano científico, se está empezando a reconocer a nivel médico la importancia del porteo. Y es que nuestras crías, vienen a este mundo esperando ser porteados. Nuestros bebés son nacidos para ser porteados.
Portear y amamantar se complementan perfectamente. Muchas madres llegaron al porteo atendiendo la necesidad de alimentar a su bebé a libre demanda, buscando una ayuda para un momento lleno de amor, que no tiene horario ni duración definida.
En algunos casos será preferible establecer la lactancia antes de comenzar a portear, sobre todo si hay problemas con la instauración de la misma y el porteo es nuevo para nosotras. En otros casos el porteo ha llegado a ser el complemento ideal para lograr una lactancia exitosa, ya que facilita una posición fisiológica en la que el bebé se agarra mejor y/o se puede corregir postura y agarre mientras el bebé va sostenido.
Si quieres sacarle un buen partido a tu portabebés al amamantar sigue estos útiles consejos:
Date tiempo y no te sobre exijas
No todas las mujeres vivimos la experiencia del parto con la misma intensidad. Muchas necesitarán de tiempos más prolongados para recuperar su energía y vigor. Antes que todo debes escuchar las señales de tu cuerpo y darle el tiempo necesario a las nuevas experiencias. Es cierto, nuestro bebé necesitará contacto continuo, pero no te esmeres en querer lograr todo a la vez. Recuerda que una de las necesidades básicas de tu bebé ya está cubierta al amamantarle: estar entre tus brazos.
Elige el portabebés adecuado
Puedes lograr amamantar con diferentes tipos de portabebés ergonómicos. Debes escoger según la edad y el desarrollo de tu bebé. El fular y la bandolera se adaptan muy bien al cuerpo de un bebé recién nacido, posibilitando el ajuste tramo a tramo y soporte a su cabeza. Una mochila ergonómica se ajustará a un bebé mayor que ya logre sentarse por sí sólo, brindándole más libertad de movimiento y mejor visibilidad. Elegir el portabebés adecuado te dará seguridad y confianza para comenzar a probar diversas posturas al amamantar.
Descubre la postura adecuada
La postura básica con la cual nos iniciamos en la lactancia es la de cuna o semi tumbado, la más intuitiva a la hora de amamantar. Pero no es la única, existen además la postura en vertical (la más recomendada en algunos casos como reflujo, retrognatia o frenillo), la postura vientre con vientre, como también a la cadera.
En los siguientes videos podrás ver distintas formas de amamantar con distintos portabebés:
Fular:
Bandolera:
Mei tai y mochila ergonómica:
Debes considerar que no existe una única postura ideal para amamantar, ni una postura mejor para todas las madres y bebés. La mejor postura para ti y tu bebé será aquélla que ambos descubran porteando y practicando a diario, con la cual vayan cómodos y seguros.
Todo puede cambiar
A medida que tu bebé crezca y se desarrolle, sus necesidades irán cambiando. Tu bebé podría pasar de amamantar con frecuencia a pedirlo sólo en ocasiones. De estar todo el día en tus brazos a querer explorar por su cuenta todo a su alrededor.
En cuanto a su desarrollo físico, pasará de no tener control cervical y necesitar sujeción a controlar completamente su cabeza. Pasará de tumbado a gatear y de gatear a caminar.
Si a tu bebé no le gusta mamar en vertical y sólo prefiere que sea en postura de cuna o tumbado, no creas que esta preferencia durará constantemente, es posible que meses después de nacido prefiera amamantar sólo en postura vertical. También es posible que meses más tarde deje de mamar en el portabebés. Es normal pasar por cambios y es una bella invitación a descubrir juntos las nuevas experiencias.
Y por último, pero no menos importante: ¡Disfruta!
Si practicas el porteo a diario pero aún no logras una postura para amamantar que sea cómoda para ambos, ten calma y no desesperes. Lo importante es disfrutar la maravillosa cercanía que el porteo les brindará a ambos. Si no consigues hacerlo ahora, será en unas semanas o meses más y siempre puedes buscar una asesora de porteo que te entregará confianza y consejos muy útiles.
De todas formas la lactancia siempre será la mejor excusa para estar juntos en contacto continuo. Ya sabes, todo a su tiempo. Practica a diario pero sin exigirte demasiado y por sobretodo disfruta.
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