Hace un mes te escribía sobre mi experiencia con “niños de alta demanda” y hoy te quiero hablar sobre mis 5 años de colecho (compartir el lecho)

¡Dios mío! 5 años ya sin dormir del tirón. Ahora me explico por qué mis ojeras ya son parte de mi barbilla

El colecho es uno de los actos más egoístas que he hecho en mi vida. Para mí, dormir con mis hijos es una necesidad para sobrevivir ya que son niños que no duermen toda la noche del tirón.

Cuando yo te hablo de colecho no te estoy hablando de la idea romántica de “mami linda abrazando a sus hijos en una preciosa cama mullidita con toda la familia dormidita en fila”. Te estoy hablando de colecho real. Te estoy hablando del colecho “pie-cara-mano-codo-teta-omóplato-brazo-retorcidos” y gira otra vez.

No te voy a mentir, yo también en algunas ocasiones preferiría dormir sola, pero soy madre y esta es mi elección ¿te cuento por qué?

Mis hijos tienen despertares nocturno, y estar con ellos en la misma cama siempre ha sido la forma más “fácil” de continuar con el descanso familiar sin que esos despertares lleguen a mayores.

colecho 1Esto exactamente es lo mismo que debió pensar mi “tátara-tátara-tátara-bisabuela” paleolítica cuando se puso a tener “chiquillos” como una loca y seguramente hasta sea hereditaria esta manía nuestra de no dormir toda la noche sin despertares y compartiendo el lecho (co-lecho).

Como tanta gente a mí alrededor se preocupa por mí y por mis hijos ante el hecho de que durmamos juntos, me he puesto a investigar y me he quedado alucinada. Mira lo que he averiguado:

Resulta que la supervivencia de nuestra especie ha venido determinada en gran medida porque a mí  “tátara-tátara-tátara-bisabuela paleolítica” se le fue la cabeza y se puso dormir con sus hijos mientras los amamantaba cada vez que lloraban en lugar de dejarlos en la cueva de al lado. Ella seguro que en su día fue una moderna incomprendida, pero pensó:

– Tengo la sensación de que yo soy la fuente de alimento, calor, protección, consuelo y soporte de este bicho indefenso que se despierta mil veces por noche y que además llora como un mamut castrado. Y adicionalmente, resulta que cuando le meto el pezón en la boca se calla automáticamente… Pues debe ser que es así como funciona un bebé humano ¿no?

Con esta idea en la cabeza mi “tátara-tátara-tátara-bisabuela paleolítica la modernilla” empezó a buscar información. Leyó un montón de “cuevas pintadas”, pero nada… ahí no había datos concluyentes sobre el riesgo de que un bebé que duerme sólo sufra bajadas del azúcar corporal (hipoglucemia) y/o asfixia (apnea), así que decidió por su cuenta y riesgo, dormir con sus hijos en la misma cama.

– ¡Toma ya! “¡Qué crack la Yaya oye!”. Y dicen que lo hizo por instinto (que lista la tía ¿no?… Instinto…)

Yo ahora sé que posiblemente el “triptófano” que lleva la leche materna tuviera mucho que ver con el hecho de que sus hijos durmieran mejor cuando estaban con ella siendo amamantados durante la noche, porque los científicos de hoy han averiguado que esta sustancia actúa en el cerebro como inductor del sueño.

Ugga Los Goods

Mi “Yaya Paleolítica” era una modernilla – Ugga Los Goods

Hay otro tema del que últimamente se habla mucho y es del “vínculo afectivo”. Otros científicos de nuestro tiempo se han dado cuenta de lo crucial que resulta esto del “vinculo” para la salud, tanto física como psíquica de los bebés. Algo que afecta incluso a su desarrollo neuronal. Y pienso yo que esto también debió haberlo intuido  la “Yaya Paleolítica”, porque en toda la historia de la humanidad resulta que padres e hijos han dormido juntos favoreciendo así el vínculo. ¿O será al contrario?

– ¿Será que los actos de mi “tátara-tátara-tátara-bisabuela paleolítica la modernilla” condicionaron la supervivencia de nuestra especie?

– ¿Será que somos sus descendientes los que sobrevivimos y por ello todos los humanos seguimos necesitando contacto, afecto, lactancia y colecho?

Por lo visto, los primos que vivían un par de pueblos más allá, los que se extinguieron, tenían otras costumbres y por eso ya no hay gente como ellos en el mundo… A ver si va a ser eso y va a ser endémico de la especia humana esto de que mis hijos no duerman del tirón 9 horas seguidas…

Lo que yo sí tengo claro, es que la decisión de dormir o no con nuestros hijos, ha de ser una opción totalmente libre de los padres y de cada familia. Con este texto en clave de humos no pretendo convencer a nadie de que meta a sus hijos en su cama. Más bien lo que pretendo es que entiendan que esto del colecho no es una “modernidad”, es una necesidad que algunas familias cubrimos como nuestro instinto nos invita a cubrir. Y lo hacemos exactamente igual que lo hacía una mujer paleolítica, porque….

….lo que diferencia a su bebé del mío es “NADA”.

En fin, yo ya no tengo dudas. Si te vuelven a preguntar por qué duermes con tus hijos no te mates a dar explicaciones. Limítate a sonreír, pon cara de Paleolítica y reenviales este post, verás que no te vuelven a preguntar.

Hasta pronto y que duermas bien…

Ana del Río

www.anadelrio.es

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