Tacto nutritivo con masaje infantil

Tacto nutritivo con masaje infantil

Este fin de semana estuve en una formación de monitoras sobre masaje infantil.  Y vengo a compartirte hoy la importancia de esos momentos tan íntimos que podéis tener tu bebé y tú.

Existe una técnica, que desarrolló Vimala McClure, que  mediante unos movimientos de masaje favorecen el contacto nutritivo.  Es una experiencia bonita y si tienes opción y conoces alguna monitora de masaje infantil cercana para poder hacer el curso, seguro que te gustará.

  • El tacto es un elemento que ayuda a formar vínculos. Y esto es sumamente interesante cuando hablamos de partos tan intervenidos que a veces parece que “eso que nos tenía que nacer” no florece de forma espontánea. No es raro escuchar a alguna mamá que te cuente que miraba a su bebé como si no lo reconociera. Y es muy difícil aceptar ese momento, pero tenemos en nuestras manos una gran herramienta para poder volver a ese centro que tanto necesitamos como  mamá y bebé.

 

  • El tacto es el primer sentido que se desarrolla dentro del útero y el último en dejarnos. Los bebés necesitan ser tocados, y bueno… los adultos también: ¿quién no sale con mejor humor después de un masaje? 😉 .  Durante el masaje, sepas o no la forma de hacerlo,  con el sólo hecho de acariciar a tu bebé, de tener contacto visual, de cantarle, de hablarle, estás fomentando un vínculo que cada vez es más fuerte y que, además, te ayuda a entenderle mejor.

 

  • Mediante el tacto, conocemos mejor a nuestro bebé,  como madre o padre aprendemos a responder mejor a sus necesidades. Liberamos hormonas de bienestar y es  una herramienta maravillosa que se puede compartir en familia. Los padres, que a veces se sienten un poco desplazados por la nueva situación familiar, encuentran con el masaje una excelente forma para fomentar el vínculo con su bebé.

 

He podido vivenciar en primera persona cómo se acercan una madre y un padre con esta consciencia hacia sus bebés y es realmente muy bonito de ver y sentir, por qué no. Nos han regalado unos bonitos momentos este fin de semana. A mí, personalmente, esa mirada de conexión que hay entre mamá y bebé, ese entendimiento que surge entre ellos es algo que me provoca una serenidad que, como muchas hemos sentido en primera persona, no puedes casi ni explicar.

 

Fomentemos el tacto, masajear a nuestros bebés, el piel con piel, la cercanía, el olor, el calor de mamá, de papá de los hermanos y hermanas… y facilitemos esa hermosa visión de ver crecer a niños más felices.

 

Si con tu bebé no tienes tiempo ni de ducharte, te proponemos esto…

Si con tu bebé no tienes tiempo ni de ducharte, te proponemos esto…

Si con tu bebé no tienes tiempo ni de ducharte, te proponemos esto… un portabebe, y te voy a contar cómo y porqué. Solemos hablar de los múltiples y variados beneficios del porteo.

Charlamos y debatimos sobre los beneficios para los pequeños a muchos niveles y desde variados enfoques.

Conversamos de los beneficios que lleva asociado para los propios porteadores.

 

  • De las situaciones que nos ayuda a solventar el porteo de forma indiscutible.
  • De la libertad de movimiento y de acción que nos proporciona.
  • De la belleza de esas dos respiraciones acompasadas durante un largo paseo.
  • De la sincronía de esos dos corazones al mismo ritmo, mientras los pequeños descubren nuestro complejo mundo pegados a nosotros.
  • De ese baile, movimiento necesario para el desarrollo armónico que nos proporciona.

 

ñSi, muy bonito todo…

¿Y el día a día? ¿la parte más práctica? ¿las barreras diarias y más cotidianas? ¿Los entuertos más variados a solventar todos los días?

Asumamos que todas y todos vamos al baño, todos y todas necesitamos una ducha al final el día (por pararnos en dos actos más que cotidianos), todos y todas comemos y necesitamos cocinar.

Y ahí están los portabebés, son tan necesarios de puertas para dentro como de puertas para afuera, cada familia decide cuando y donde les da uso por supuesto.

Pero es indiscutible la capacidad que tienen para  facilitarnos la vida, el poder llevarlos contigo cuando es lo que esperan para hacer comidas, cenas, lavadoras, aseos personales y ajenos varios soluciona muchos de esos momentos.

Por ejemplo, sobre todo, una buena ducha para retomar fuerzas de cara a la noche, cuando tienes bebés pequeñitos, que suele ser tan movida como el día, nos da la vida y ánimos para afrontarlo.

Pero a veces no es posible, parece que tienen que alinearse veinte estrellas con quince planetas para que ese hueco aparezca, y no todos los días, y a mi personalmente tener que perseguir ese hueco me provoca una importante irritabilidad

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Si además tienes otros hijos la cosa se complica, un poco más o un mucho más, porque justo cuando parece que podrás darte esa ducha, tu hija mayor necesita que la atiendas, porque justo cuando parece que se abre esa posibilidad, tu pareja tiene que ponerse con la cena y todo al tiempo no se puede hacer, por ejemplo.

Porque si es tu primer bebé y tienes una pareja que asume ese momento del día para que tu te des una ducha (normalmente fugaz y bien rápida) puede resultar más sencillo (no siempre). Pero cuando pasas de ser tres a ser cuatro, las mamás nos ponemos el disfraz de mama-pulpo (como siempre dice una buena comadre) y parece que nos cuesta encontrar un hueco que por otro lado es más que huidizo.

Pues ese rato lo puedes salvar con un portabebés también!. Igual no te lo habías planteado, pero hay portabebés específicos para piscina y playa, puedes usarlos también para el baño y la ducha. Se secan rápido, te proporcionan seguridad y comodidad y el momento «ducha-precipitada» se puede convertir en un rato de diversión y alegría si el pequeño lo acepta de buen grado.

Conviertes así, un momento de lo más común, en una fiesta, en un circo de tres pistas, para ellos y para ti.

portabebes ducha

 

Ya de otras tareas más escatológicas no hablamos, porque ese suele ser justo el momento en el que tu baño, se convierte en el camarote de los hermanos Marx si o si, y de eso amiga, ya si que no te libra ni un portabebés. XD

¿Y tu? ¿Para que usas los portabebés en el día a día? ¿En que te ayudan y no habías pensado que lo harían?

5 regalos soñados para una mamá

5 regalos soñados para una mamá

¿Estás en la búsqueda del regalo soñado para una mamá y su bebé?, bueno te daré una pequeña ayuda. No te aseguro que sólo uno sea el indicado, pero no te preocupes: no necesitarás ir a una multitienda, ni tienda de puericultura, ni navegar horas por Internet. El regalo o los regalos soñados para una mamá son mucho más sencillos de lo que te puedes imaginar. Aquí te los detallo:

 

Compañía

¡Viste que sencillo! sólo necesita tiempo contigo, tiempo de conversaciones, tiempo de abrazos, de caricias, de miradas cómplices. Hacerla y hacerlos sentir que no están solos, que hay alguien que se preocupa de ellos y piensa en ellos, no te digo que estés las 24 horas junto a ellos, pero que a veces una llamada, un mensaje, una visita ya es suficiente para sentir compañía.

La maternidad muchas veces se vive en soledad y las madres son personas muy interesantes, llenas de vida y con ansias de hacer muchas cosas, de cambiar el mundo para sus hijos. No tengas miedo de regalar parte de tu tiempo, ambos se beneficiarán de sólo momentos inolvidables.

Escuchar

Sí, las madres necesitan vomitar muchas veces, pero no siempre esperan o necesitan un consejo de regreso, sólo que las escuchen, créeme que tienen historias muy divertidas, muchas relacionadas con su bebé o bebés, pero no creo que tengas el valor de perderte esas historias y recordarlas en el tiempo con una carcajada o sonrisa en tu rostro. Una conversación junto a un té o algo que compartir,  créeme será un regalo soñado.

 

Reírse juntos

¿ Cuántas veces al día te ríes con ganas? Si te sientas a pensar te darás cuenta que muy pocas o quizás hoy mismo no te has reído con nada ni nadie. Te cuento, hoy pase un día muy divertido y ¿adivina? sí, estaba con 4 mamás, me reí por horas, acompañándonos, compartiendo y escuchándonos. Así que ya sabes, nos gusta reír y muchas veces a carcajadas, sólo si lo vives me creerás.

 

madres, regalo soñado para una mamá

 

Ayudar a cuidarse para cuidar

¡Este es mi regalo favorito!, un regalo soñado, aunque debo confesar que el siguiente me pone los pelos de punta. Las madres, al igual que cualquier otro ser humano necesita tiempo para cuidarse y sentirse bien, un baño de tina a solas, un nuevo corte de pelo, una tarde en un spa, un rico masaje relajante, no te digo que tú se lo regales. Pero puedes cuidar de sus pequeños mientras ella disfruta de cuidarse un par de minutos o horas, ¡si quieres hacer los dos, mejor aún!!!. 

Una caja mágica

Bueno llegamos al último y al que les mencioné que me pone los pelos de punta. Ésta caja mágica sólo la puede enviar una persona como su nombre indica. Utiliza mucha creatividad para colmarla de sorpresas, y aún más de magia.  Afortunada y amada se sentirá con esta caja mágica, usa tu imaginación y llénala de amor.

Bueno ya he terminado con mis 5 regalos soñados, espero que te ayuden a encontrar el más indicado para esas dos personas que tanto quieres. Son regalos llenos de buenas intenciones y lo más importante llenos de momentos que son los regalos que quedan en el tiempo.

Los niños buenos no lloran

Los niños buenos no lloran

Los niños buenos no lloran, desde el otro día me retumba esta frasecilla porque ya la hemos escuchado unas cuantas veces desde que nació Erik y voy a ser muy poco correcta en este post, tan poco correcta como aquellas personas que no se paran a pensar antes de hablar o no miden como hablan de una persona que esta delante y presente aunque sea una persona de un mes de edad.

La gotita que colmo el vaso fue la señora panadera de mi barrio, con la que mantuve, mantuvimos (íbamos los cuatro juntos una buena mañana de domingo) este singular dialogo para besugos, puntualizo, besuga ella, nosotros tenemos muy claras las cosas.

*Advertencia, no ha sido en una sola visita, ni en una sola conversación, me he tomado la licencia de agruparla en la misma para ahorrarnos espacio, por supuesto hemos cambiado de panadería para evitar un homicidio cualquiera de esas mañanas de domingo.

  • Panadera: Uy! has tenido un hermanito!! Que bien no, ahora ya eres la hermana mayor y te toca cuidarle mucho, ayudar a los papas y ser muy buena y responsable (levantada general en el clan Ruíz-Solís de cejas, la mujer ha tenido a bien mezclar todo lo que más molesta en una sola frase, ole ella!).
  • Sira: Si, hemos tenido un bebé, me gusta mucho mi hermanito, pero ya lo cuidan mis papás, igualito que a mi.
  • Panadera: (obviando la respuesta ya ácida de la niña, no sabe lo que la espera si continua…pero ella continua) ¿Y como se llama el hermanito?.
  • Sira: El hermanito, el bebé, se llama Erik.
  • Panadera: Uy! que raro (no lo entiendo porque parece el nombre de moda, en los parques levantas una piedra y salen tres Erik) ¿Y tu? ¿Como te llamas tú?.
  • Sira: Sira, me sigo llamando Sira como el domingo pasado (ains!) también es raro, pero mi mamá dice que Pepes y Marías ya había bastante (Oye, a mi me contesta eso una niña de seis años y ya pillo que va hasta el moño y es mejor dejarlo).
  • Panadera: (Esta es la gota que colmo el vaso) ¿Y el bebé es bueno?.
  • Sira: El bebé? Erik? esto…(aquí ya me miro pasándome la pelota a mi directamente).
  • Mamá (Esto, yo misma): ¿Bueno? si, el niño es muy bueno, como todos los niños no? no hay niños malos.
  • Panadera: Si, si, si que hay! algunos niños son malos, lloran mucho ¿El hermanito es bueno o llora mucho?. (Mirando de nuevo a Sira que ya se escondía detrás de su padre, el cual viendo venir la tormenta ya me miraba con una sonrisa en la cara).
  • Mamá: TODOS LOS NIÑOS SON BUENOS, punto. Que lloren o no lloren, Erik llora bastante más que su hermana, no los hace más o menos buenos, Erik llora bastante y es muy bueno, básicamente porque no le ha dado tiempo a ser malo, no como a otras, buenos días. (todo esto en la puerta ya, con mi pequeño en una bandolera dormidito y con mirada y posición bastante agresiva por mi parte, como merecía la señora besuga)

 

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No hemos vuelto por la panadería, es una lastima porque hacen un pan exquisito, completamente opuesto a su trato a este respecto.

Y es que estoy hasta el moño (por ser correcta) de escuchar lo del niño bueno-niño malo. Esta comparación que establece esta, nuestra sociedad de hoy día de que el niño que no reclama lo suyo, que no llora, que no demanda lo que le corresponde, que el niño que no es como un muñeco es malo, me enferma.

Un bebé es un bebé y no tiene ni la culpa ni la responsabilidad sobre esas expectativas irreales y lejanas que nos hemos creado sobre lo que necesita un bebé pequeño, en este caso de un mes.

Llorar es el único recurso que tiene un bebé chiquitín para reclamar nuestra presencia y contacto, porque necesita algo, sea lo que sea:

  • un cambio de pañal,
  • teta,
  • comunicar que siente dolor
  • que necesita una caricia,
  • sentirnos para saber que existimos,
  • olernos,…

todo ello sólo para sobrevivir.

 

El pequeño bebé no sabe si esta confortablemente colocado en una magnifica cuna con dosel o en una cueva sobre una piedra al alcance de cualquier depredador. El bebé solo sabe que nos necesita y punto, y sólo nos lo puede hacer saber por su llanto.

A nivel personal creo que hay unas ideas poco claras en general o lejanas de lo que necesita en realidad un pequeño humano. Una idea idílica y poco ajustada a las necesidades intensas, vibrantes de un bebé real, de carne y hueso y no de libro.

Creo que muchas madres y padres llegan a la crianza sin saber «qué es eso de la demanda real» de un bebé. Y esa realidad, muchas veces cruda y dolorosa, los desborda, haciéndoles pensar que ese niño que llora y demanda (aquí luego vienen las etiquetas) más de «lo necesario» y seguro más de lo que ellos tenían en mente. Y entonces es malo, y la sociedad que los rodea se lo refrenda y confirma. Puedes leer a mi compañera Ana, sobre una real alta demanda, clicando aquí.

Y ahí, justo ahí, es donde tenemos mucho trabajo que hacer y mucha conciencia que generar y es responsabilidad de todos, vamos a comenzar por no decirle a un bebé de un mes que es malo porque llora, por mucho que sea el único cliché que se nos ocurre para decirle a unos padres entablando conversación, en ocasiones es mejor callarse.

 

Y tú ¿qué opinas? ¿Los niños buenos no lloran?

Mi parto respetado, un sueño hecho realidad

Mi parto respetado, un sueño hecho realidad

Hoy vengo de nuevo al blog para contaros nuestro parto respetado: real, mimado, disfrutado en extremo, explosivo y revelador.

Hace unas semanas os contaba cómo fue el recorrido que hacen en nuestro, ahora más que nunca, hospital de referencia: Fundación Hospital de Alcorcón. Podéis leer el post pinchando aquí.

Y prometí volver y contaros si la realidad se ajustaba a lo pintado y mostrado en esa visita, y a lo percibido al entregar nuestro plan de parto en su momento, post que también podéis leer pinchando aquí.

Ahora puedo deciros que sí, a todo sí, y aún más allá.

Ha sido el parto que soñábamos,
el parto que esperábamos
y nuestro parto, ni más, ni menos.

 

El pequeño Erik

He pensado que no quería contar nuestro parto por escrito, aún se me saltan las lagrimas recordándolo y me emociono mucho, y creo que lo haré durante mucho tiempo, porque fue nuestro al 300%.

Así que mejor quiero contároslo de viva voz. Como se lo cuento a mis comadres con una taza de té por  medio, de tú a tú. 

De cerca, que es como se cuentan estas cosas.

Allá vamos…

 

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=vy7vOSCfE9Q&w=853&h=480]

  • Gracias a mi marido Raúl por estar, por ser, ayer, hoy y siempre amor.
  • Gracias a mis estrellas por enseñarme lo que significó su efímera presencia
    en mi vida y los cambios que trajeron consigo.
  • Gracias a mi hija Sira por enseñarme a ser madre, no la mejor, pero sí
    la suya, la suya y la de Erik.
  • Gracias a Erik, por traerme tanto y tan bueno durante su camino a
    mis brazos y por las miradas que me lanza desde ellos.
  • Gracias a mis comadres y compañeras por hacerme grande, gracias a todas y cada una de ellas (si os nombro a todas no acabo y eso es un puro lujo en sí mismo).
  • Gracias al FHA por tener claro el camino hacia un parto normal.
  • Gracias al personal del bloque obstétrico y maternidad por
    devolverle el sentido a la palabra normalidad.
  • Gracias a Asesoras Continuum, al proyecto y a cada una de ellas.
  • Y gracias a la chispa, que encendió un día, hace años, mi vocación por la maternidad.

GRACIAS

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