Mamá no te escondas… Sé que hoy no hemos podido dormir como querías, ni ayer, ni el mes pasado… Sé que en cuanto me pongas en el fular y des dos pasitos, me quedaré dormidita feliz y tu seguirás haciendo mil y una cosas mientras yo babeo sobre tu pecho…
Sé que cuando me esté despertando me darás el pecho con una sonrisita y nos perderemos en miradas que sólo puedo compartir contigo. Me harás cosquillas y carantoñas, tal vez hoy también sea día de masaje y tendré un extra de mimos.
Sé que a veces, aunque no me lo digas, necesitas estar sola un rato… no te escondas, lo entiendo. Sé que me quieres, mucho muchísimo y yo a ti también. Sé que te gustaría ir a la peluquería sin estar pendiente de mí, depilarte, arreglarte un poco más para salir a la calle… y muchas veces, no te dejo tiempo.
Sé que cuando me voy con papá, los abuelos o la tía a pasear, no siempre aprovechas para descansar. No te escondas mamá. A mí no me importa si en la cocina hay una pila de cazuelas por limpiar, si los cristales están llenos de mis manotazos y lengüetazos, si la ropa no está planchada… Prefiero verte sonreir.
No te escondas si necesitas llorar. No te escondas si necesitas que nos separemos unos ratitos. Sé que en cuanto te sientas mejor me volverás a mirar como solo tú sabes…
Sé que a veces vas al baño solo para respirar, que cuando puedes alargas la ducha un poco para estar sola y que aunque te caigas de sueño, cuando me duermo, muchas veces aprovechas para ver un poco la televisión. No te escondas.
Hay días en los que no sé qué me pasa, me siento incómoda, cansada, dolorida… y solo pido estar cerca de ti. En ocasiones incluso me enfado si me coge papá… Sé que el me quiere mucho y que quiere estar conmigo… pero esos días solo te necesito a ti. Sé que esos días son horribles para ti, que en cuanto puedes rompes a llorar sin saber por qué, incluso te llegas a marear de lo cansada que estás, que te duele la cabeza… No te escondas mamá.
No te culpes, lo que el espejo te devuelve esos días no es lo que yo siento… Tu ves ojeras, un bigote y unas cejas sin arreglar, canas que empiezan a asomar, arrugas que antes no tenías… Y yo sólo veo amor. Amor incondicional. Amor puro. Amor que siempre llevaré conmigo.
Sé que hoy estás agotada, llevo todo el día al pecho, lloro si te alejas… no te escondas en el baño. Puedes decirme lo que sientes, puedes llorar conmigo, llorar nos hace libres mamá. Es lo que me dirás dentro de pocos años, yo lo sé, solo hace falta que tú lo recuerdes.
Sé que hoy te tocará trabajar conmigo en brazos, y aún así, lo harás con una sonrisa por poder hacerlo.
No te escondas. Tú también sabes que esos días, esos días en los que te sientes mala madre, estás siendo la mejor madre del mundo, como el resto de días. No te escondas y pide ayuda si la necesitas, pídela porque si se pide, se obtiene. Al menos, eso he aprendido yo de ti, cada vez que te necesito ahí estas, sea con la mejor de las caras o con ojeras… ahí estás.
Mamá gracias por estar hoy a mi lado, por estar siempre ahí, pronto, muy pronto, no te necesitaré tanto y nos echaremos de menos, ese día también, sé que estarás ahí. Te quiero mamá, no lo olvides.
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