Hace tiempo, leí una entrada en Monitos y Risas, acerca de qué pasa si te caes porteando. Soy torpe, tengo muchas cosas buenas, pero admito que soy de las que se da con la misma piedra, en sentido literal, 2 veces no, todas las que pase por allí.
Pero bueno, eso ya lo tengo asumido jjjj así que, cuando leí la entrada del blog, pensé que ¡¡menos mal!! que a mí nunca me había ocurrido, pensaba que cuando porteo, siempre voy con muchíiiisimo cuidado incluso cuando voy con el porteado y los 2 asalvajados que están a su alrededor.
Si, son mis otros 2 hijos, y no los etiqueto, es que me han salido así de fábrica, son muy movidos ellos. Pues como ya os podréis imaginar, ocurrió, y además, de la forma más tonta posible y por otra parte, me pasó, por lista.
¿Y por qué? porque me caí mientras miraba por el rabillo del ojo a una pareja que hablaban entre ellos y me miraban y cuando oí…. «pregúntala» pues justo ahí, cuando yo ya estaba más ancha que las gallinas, que estaba haciendo un repaso mental al nudo y al fular que llevaba, decidió aparecer un escalón, pero un escalón de los grandes, ¡¡¡el padre de los escalones!!, y allá que me fui, caí en plancha.
Mi hijo llorando en la espalda, porque el pobre estaba durmiendo, yo tirada en el suelo con mi marido ayudándome a levantar… una estampa vamos…
¿Resultado? pues de lógica aplastante, la pareja me preguntó si estaba bien y continuó su camino… me imagino que al centro comercial más cercano a comprar el carrito mucho más seguro… ¡¡¡donde va a parar!!!
Cuando llegué a casa, con las rodillas doloridas, las manos arañadas y con un dolor enorme en mi ego y una vergüenza aún más grande, me dio por pensar en lo solas que nos sentimos a veces las que porteamos.
Porque si se cae alguien con un carrito, no pasa nada, nadie achaca al carrito el golpe. Yo creo, que incluso si se cae alguien con una mochila comercial, alias colgonas, tampoco pasaría nada, ha sido un traspiés. Pero yo me caí llevando a mi hijo en un fular a la espalda ¡¡¡¡locaaaa!!!... jjjjjjj.
Pero ¿sabéis?, enseguida se me pasó, porque, cada vez somos más las familias que porteamos. Cuando vamos por la calle, y vemos los carros vacíos o llenos, la mayoría de las veces con la compra y a los padres con el niño en brazos, nos concienciamos de la correcta posición de nuestra espalda, y de los beneficios tan enormes que supone el criar en brazos, pegaditos a nosotros.
Y además, ¿Y si en vez de llevarle atado, le hubiera llevado a caballito, a hombros, o a la cadera? Hasta en eso el porteo les protege, porque tenemos las manos libres para protegerlos o protegernos.
Y porque cuando nos encontramos a alguien que portea ergonómicamente, nos solemos sonreír o mirar, como si nos conociéramos. Crea un sentimiento de tribu.
De hecho, hace poco, Red Canguro ha abierto su grupo en facebook y en sitios donde la gente pensaba que no había nadie más , resulta que hay un montón de personas cada vez más informadas, y que ven más allá de las marcas comerciales, los anuncios de neón , y las parafernalias.
¿Y tú? ¿De verdad crees que somos poc@s?
Por cierto, me curé las heridas, limpiándome bien con agua a chorro para quitar la arenilla, luego con jabón, y me eché clorhexidina (cristalmina), lo dejé al aire y se acabó. A mi hijo porteado no le ocurrió absolutamente nada, salvo que se despertó.
Y si la familia que me vió, lee esto, gracias por el interés, no nos pasó nada y espero que acabasen porteando. Que caerse le puede ocurrir a cualquiera, vaya con bebé, sólo o con bastón.
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