Cuando papá portea… ¡no sabes lo que te pierdes tío!

Cuando papá portea… ¡no sabes lo que te pierdes tío!

Hoy voy a hablar de porteo. De lo que te puede llevar a portear, o a tener tan siquiera esa opción cómo algo válido y necesario en la crianza de tu o tus hijos.

Existe mucha información al respecto, sí.

Aún así se ve a muchas familias para quienes la primera opción es hacer el pack completo: carro super chulo – manejable – pliegue fácil, y que además ocupe poco espacio (yo también estuve ahí).

Y en el mejor de los casos, alguien te regala una mochila de esas, muchas veces no ergonómica, pero bueno… cuentan que puede ser una posibilidad a utilizar para facilitarnos las cosas.

La verdad que nosotros buscamos ese carro, esa cuna… (que no usé apenas) y cómo la economía no daba para mucho fuimos muy cuidadosos eligiendo lo que mejor se adaptaba a nuestras necesidades y nuestro bolsillo.

Quería hablar de esto sin hablar de mi familia, pero la verdad que no se cómo enfocarlo ahora mismo, así que voy a contarte como llegamos nosotros al porteo.

Cuando nació mi bebé, pasó del carro. Ahora entiendo bien porqué 😉 Pero bueno, tampoco me importaba llevarlo en brazos.

Un día mi pareja me dijo: -Hay unos pañuelos dónde llevas a los bebés…

¡Imagina! ¡Un fular! cuando tan siquiera me había planteado ni una mochila que era lo que conocía o en lo que me había fijado, y bueno.. Lo miramos y compramos uno. Aprendimos a hacer un par de nudos. Aunque la verdad que el empeño lo puso mi pareja. ¡Que majo!

Cómo le agradezco que fuese tan apañado con las instrucciones porque yo me aburro con eso de seguir el paso a paso 😛 total… que lo conseguimos y fue un éxito, en todos los sentidos.

Hace poco mi pareja le explicaba la opción de portear a unos amigos que recientemente han recibido a su querida bebé. Necesitan desplazarse en transporte público. Su amigo, un poco dudoso de hacerle caso por probar una mochila y dejando a un lado los prejuicios, ha accedido a probarlo, todavía tenemos que vernos y dejarle lo que tengo en mi arsenal y les pueda servir 😛 .

Pero algo que me gustó escuchar en mi pareja fue:

No Sabes lo que te pierdes

papa porteaY esa es la cosa. Es tan maravilloso, esa acción tan simple y sencillaque de verdad, tienes que probarlo.

Nosotras ya lo sabemos, porque sabemos que es llevar a un bebé en nuestra barriga, pero los papás no… y créeme cuando te digo que si hablas con algún padre que portee por primera vez y le miras a los ojos cuando te cuente su experiencia no podrá dejar de emocionarse.

Porque eso es el porteo, un acercamiento tan instintivo, tan humano que hay que poder vivirlo. Ya sea en brazos infinitos, como en esas telitas tan chulas y mochilas que existen por ahí.

¡Portea siempre seguro y ergonómico!.
Un abrazo grande y feliz porteo 😉

Mi parto respetado, un sueño hecho realidad

Mi parto respetado, un sueño hecho realidad

Hoy vengo de nuevo al blog para contaros nuestro parto respetado: real, mimado, disfrutado en extremo, explosivo y revelador.

Hace unas semanas os contaba cómo fue el recorrido que hacen en nuestro, ahora más que nunca, hospital de referencia: Fundación Hospital de Alcorcón. Podéis leer el post pinchando aquí.

Y prometí volver y contaros si la realidad se ajustaba a lo pintado y mostrado en esa visita, y a lo percibido al entregar nuestro plan de parto en su momento, post que también podéis leer pinchando aquí.

Ahora puedo deciros que sí, a todo sí, y aún más allá.

Ha sido el parto que soñábamos,
el parto que esperábamos
y nuestro parto, ni más, ni menos.

 

El pequeño Erik

He pensado que no quería contar nuestro parto por escrito, aún se me saltan las lagrimas recordándolo y me emociono mucho, y creo que lo haré durante mucho tiempo, porque fue nuestro al 300%.

Así que mejor quiero contároslo de viva voz. Como se lo cuento a mis comadres con una taza de té por  medio, de tú a tú. 

De cerca, que es como se cuentan estas cosas.

Allá vamos…

 

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=vy7vOSCfE9Q&w=853&h=480]

  • Gracias a mi marido Raúl por estar, por ser, ayer, hoy y siempre amor.
  • Gracias a mis estrellas por enseñarme lo que significó su efímera presencia
    en mi vida y los cambios que trajeron consigo.
  • Gracias a mi hija Sira por enseñarme a ser madre, no la mejor, pero sí
    la suya, la suya y la de Erik.
  • Gracias a Erik, por traerme tanto y tan bueno durante su camino a
    mis brazos y por las miradas que me lanza desde ellos.
  • Gracias a mis comadres y compañeras por hacerme grande, gracias a todas y cada una de ellas (si os nombro a todas no acabo y eso es un puro lujo en sí mismo).
  • Gracias al FHA por tener claro el camino hacia un parto normal.
  • Gracias al personal del bloque obstétrico y maternidad por
    devolverle el sentido a la palabra normalidad.
  • Gracias a Asesoras Continuum, al proyecto y a cada una de ellas.
  • Y gracias a la chispa, que encendió un día, hace años, mi vocación por la maternidad.

GRACIAS

Maniobra de Hamilton, que no te la cuelen

Maniobra de Hamilton, que no te la cuelen

Estos días de atrás he presentado mi plan de parto en el hospital de referencia donde nacerá mi bebé, Erik, en agosto.

Llevaba nuestro plan de parto muy pensado, muy meditado, muy sopesado por ambos, por mi pareja y por mi, pensando en lo que recibirá nuestro bebé en su primer aliento en este mundo.

Tenemos claro el papel que juega el hospital y sus profesionales en nuestro parto y tenemos claro cual es el nuestro. Tenemos claro que el suyo gira entorno al nuestro.

Lo entregamos en la primera consulta con las matronas (en mi hospital de referencia, Hospital Fundación Alcorcón se hacen tres visitas con las matronas) cuya intención es informar sobre sus protocolos de parto respetado y de baja intervención y ver que esperas tú. Las otras dos son para información de analgesia y la tercera para visita a paritorios.

En nuestro caso, llevábamos un meticuloso plan de parto elaborado, con todos los puntos claros, se sorprendieron gratamente al verlo, y revisamos juntas las tres una de las copias, leyendo punto por punto.

El nuestro es un plan de parto muy estructurado, pasando por la llegada y acogida al hospital, el ambiente esperado, el transcurso de la dilatación, expulsivo y alumbramiento, control y alivio del dolor, atención al recién nacido y proceso siguiente al parto.

También contemplamos que preferimos en una hipotética cesárea. Igualmente planteamos qué esperamos en planta, tanto para mi como para el bebé y las opciones que preferimos en cada momento en cualquier situación.

 

Mi bebé

 

Tenéis derecho a pedirlo todo, todo lo que esperáis, todo lo que deseáis, todo lo que soñáis, hacerlo.  Aún cuando os conste que en ese hospital donde vais a parir se hace así, no esta de más reflejarlo de nuevo por vuestra parte. Es vuestro parto, de vuestro bebé y vuestro.

Repasamos el plan de parto punto por punto y todo era acorde a los protocolos del hospital y a lo que nosotros queríamos, hasta que llegamos a la denegación de inducción mecánica y química.

La inducción mecánica, la maniobra de Hamilton, me explicaron las matronas, que se hacia de forma rutinaria en la visita al ginecólogo de la semana 40 de embarazo. En mi anterior parto no llegue a esa semana, mi pequeña  Sira nació en la semana 39+5.

Mi cara de sorpresa debió alertarles, y mi gesto de disgusto les llevo a darme una explicación que iba a pedir yo misma a renglón seguido. ¿Porque una Hamilton en la semana 40 si un embarazo puede llegar y pasar perfectamente, si mamá y bebé están perfectamente sanos, a la semana 42?.

[Tweet «¿Porque una maniobra innecesaria de inducción mecánica del parto en la semana 40?»#AContinuum #PartoRespetado]

La explicación me resulto cuanto menos peregrina y así se lo dije. Su argumento es que así no llegábamos a una inducción posterior, perdiendo de vista la posibilidad de que no fuese necesaria esa inducción de ninguna de las maneras.

 

4778_1158618732506_406583

 

Les indiqué que rechazaba esa maniobra, como bien explicaba mi plan de parto, y me hicieron la sugerencia de que en la misma visita lo negociase con el equipo de ginecología. Y volví a aclarar sus ideas, la palabra negociable sobraba en esa conversación, no es negociable lo que sé que no es beneficioso para mi y para mi bebé y para nuestro parto.

No hay negociación posible, no tengo nada que ceder, es una decisión firme, argumentada y lógica. No nos harán una Hamilton en la semana 40 por protocolo.

Salí de la consulta contenta porque todo lo demás en el plan de parto estaba perfecto y aceptado, pedirían permiso para grabación, incluso apenas pestañearon ante la petición por escrito de la entrega de la placenta. Reconozco que soy un poco puñetera, porque en realidad no tengo nada que me mueva a tenerla, pero quería ver sus caras viéndolo por escrito.

Sopesando: las sensaciones fueron buenas, pero, siempre hay un pero. Durante casi una semana después de la visita, me sentí muy intranquila, muy alterada, incluso llegue a imaginar de mil maneras esa visita de la semana 40 y a tener pesadillas con la maniobra de Hamilton.

Esa que ofrecen como una «ayuda» o un «empujoncito», «te voy a hacer una maniobra y en dos días tienes a tu bebé en brazos», esa es la forma habitual de nombrarlo, no directamente por su nombre.

 

4778_1158618692505_132226

 

Me ha llevado a reflexionar mucho sobre el tema. Si yo que estoy informada, que tengo a mano fuentes fiables de información, que estoy formada de forma profesional en maternidad y que manejo los términos y conceptos respecto a parto y embarazo me sentí así de intranquila, incomoda e insegura:

¿Como se sienten las mujeres que llegan sin ningún tipo de información al respecto?, sobre todo ¿Como se sienten después, cuando descubren que fue eso que les hizo el ginecólogo que fue doloroso y acelero su parto?.

Se me ocurra un par de formas de nombrar esa sensación:
violadas, agredidas, robadas, asaltadas.

 

Informaros, y con esa información, tendréis las riendas de vuestro parto, aún más firmes, cogidas en vuestras manos.

 

MÁS INFORMACIÓN

El Parto es nuestro (www.elpartoesnuestro.es)

Matrona Online (http://matronaonline.net)

Mis hijos necesitan a su padre, no necesitan terminar el curso.

Mis hijos necesitan a su padre, no necesitan terminar el curso.

En breve me voy a vivir a Nueva Zelanda. Mi marido lleva allí 3 meses y medio y en todo este tiempo una de las frases que más he escuchado ha sido “claro, te esperas a que los niños terminen el curso”.  Adriana tiene 5 años y en septiembre en España empezaría primaria, y Yago tan solo tiene 3 años. Allí el curso empieza en febrero, pero que la gente no sepa eso, es normal.

 

Lo que más me ha sorprendido ha sido esa preocupación por terminar el curso unos niños que ni siquiera están obligados a estar escolarizados.

A nadie se le ha pasado por la cabeza decir “vaya, 3 meses sin su padre, cuanto antes os vayáis mejor”.

¿Por qué esa obsesión por terminar el curso?

Adriana entra a primaria y ya sabe leer y escribir. Aquellos padres que sus hijos no han alcanzado los niveles “esperados” empiezan el verano con preocupaciones innecesarias pensando en qué manual utilizar durante las vacaciones para que sus hijos se pongan al día o practiquen lo aprendido y así no pierdan el famoso “hábito de estudio”.

Me gustaría contribuir a quitar estas preocupaciones de la cabeza de muchos padres con una pequeña explicación del cerebro humano.

Paul MacLean habla del Cerebro Triúnico para explicar los rastros de evolución existente en la estructura del cerebro humano.

 

 

Cerebro Triúnico

 

 

El cerebro reptiliano es el que controla el comportamiento de la supervivencia, los instintos, las funciones automáticas como el respirar o hacer la digestión.

El cerebro mamífero o sistema límbico es en el que reside el aprendizaje, los instintos pueden modificarse con la experiencia. En él se controlan las emociones y los instintos. La experiencia y el conocimiento permiten que se interactue correctamente.

Por último nos encontramos con el cerebro humano, que es el de los mamíferos más evolucionados. Es la corteza cerebral y es responsable del pensamiento avanzado, la sapiencia, la razón y el habla.  Se compone de dos hemisferios, el derecho y el izquierdo.

El hemisferio izquierdo es analítico y lógico. Es la parte donde se encuentra la lógico-matemática, el conocimiento, la orientación espacial y el razonamiento.  Este es el hemisferio que nuestra sociedad se preocupa más por desarrollar.

El hemisferio derecho es en el que se encuentran las emociones, imaginación, intuición, arte, ritmo, propiocepción.

Los dos hemisferios se relacionan entre sí y se comunican, están unidos por el cuerpo calloso. No podemos decir que un hemisferio es más importante que el otro, el uno necesita del otro para realizar tareas, así que debemos tener en cuenta siempre que se deben conciliar y no intentar eliminar o superponer uno por encima del otro.

«El hemisferio izquierdo analiza en el tiempo,
mientras que el derecho sintetiza en el espacio.»
Jerre Levy en «Psychobiological Implications of Bilateral Asymmetry»

En nuestra sociedad actual cada vez estamos poniendo más en un segundo plano el desarrollo de lo controlado por el hemisferio derecho, y desde los primeros años de vida intentamos, a toda costa, sobreestimular la parte izquierda.

Cuando nace un bebé el cerebro que está al mando es el mamífero y reptil, su principal preocupación es la supervivencia y la seguridad. Cuando ésto lo tiene cubierto se puede dedicar a aprender otras cosas.

Durante el 6,7 y 8 primeros años de vida va tomando control el hemisferio derecho y a partir de ahí empieza a controlar el hemisferio izquierdo.

En nuestros métodos de enseñanza tradicional nos estamos esforzando en que desarrollen lo antes posible la parte lógico-matemática y de lecto-escritura. Cuanto antes aprendan a leer, escribir, sumar y restar mejor, erróneamente pensamos que  más inteligentes serán nuestros hijos.  Pero existen distintas inteligencias y las unas necesitan de las otras para un futuro exitoso.

Nos olvidamos por completo de esa parte emocional, imaginativa, de curiosidad libre, artística etc… esa inteligencia que traen los niños de forma innata.

Sin embargo según nos hacemos adultos demandamos cada vez más cursos de coaching emocional y de desarrollo personal. Buscamos desarrollar eso que de niños nos hicieron desaprender. Empiezan a salir a flote esas necesidades que el sistema y la sociedad hicieron que dejaramos de lado.

Por todo esto me da mucha pena cada vez que la principal preocupación de la gente sea que terminen el curso los niños.

¿A nadie se le ha ocurrido pensar en el transtorno emocional que supone  el no tener cerca a su padre? 

Os dejo una reflexión más:

¿Cuánta gente mayor ha aprendido a leer y escribir en una residencia de ancianos? Pero ¿a cuantos ancianos conocéis que hayan sido capaces de tocar el piano empezando de cero?

 

TE QUIERO PAPÁ

TE QUIERO PAPÁ

Después de una semana intensa de trabajo, hoy voy a exponer al mundo una experiencia que he tenido la suerte de vivir y un pensamiento íntimo que me apetece compartir con todos vosotros.

Hay veces que lo íntimo tiene que salir y hoy es el día.

Está semana a nuestro centro han venido, a diferentes actividades, una gran cantidad de padres, cosa que me ha encantado y me demuestra que hay un cambio en marcha.

Que la crianza no es sólo cosa de uno, sino de dos, y que hay padres que les gusta implicarse en todo tanto o más que a la madre.

Han venido papis al grupo de lactancia para apoyar a esa mamá que necesitaba llorar acompañada, han venido papás solos, con su bebé, para contar, escuchar, exponer todo lo que sabían y para recibir información que necesitaban.

Han venido papás simplemente a disfrutar con sus bebés de una actividad lúdica y divertida…

Todos ellos felices, contentos, viviendo esos momentos mágicos con sus peques.

Y yo, viéndolo desde fuera, me he sentido feliz, orgullosa, con una sonrisa de oreja a oreja y con ganas de aplaudir a cada uno de ellos y así agradecerles tal implicación en la crianza de sus hijos.

Por eso, quería dar las GRACIAS a todos los papás que están y acompañan a sus hijos en la crianza y que dan todo para que sus hijos estén felices y en todo momento acompañados.

Estoy segura de que en algún momento vuestros hijos os lo agradecerán. Aunque sea sólo con un… TE QUIERO PAPÁ.

Como no podía ser de otra forma, yo quería dar las GRACIAS A JOSE, a mi marido, a ese padre incondicional que ha dado y da cada minuto de su vida por nuestros hijos.

Que se ha implicado desde el minuto uno al saber que yo estaba embarazada de nuestro primer hijo y que 5 años después y con dos hijos, lo sigue haciendo como el primer día.

.

GRACIAS CARIÑO.

GRACIAS POR SER EL PADRE TAN MAGNÍFICO QUE SIEMPRE HE QUERIDOPARA MIS HIJOS.

ELLOS SEGURO QUE TE DIRÁN: TE QUIERO PAPÁ

.

IMAGEN POST 2

Abrir chat
¿En qué puedo ayudarte?
Hola, soy Nohemí. ¿En qué puedo ayudarte?