¿Cómo deben viajar los niñ@s en los automóviles?

¿Cómo deben viajar los niñ@s en los automóviles?

Hoy os he querido acercar un tema que me preocupa bastante, la segurida vial.
De vez en cuando me preguntan si los niños pueden ir en portabebés en el automóvil y definitivamente la respuesta es  NO.
Os he querido acercar a Cristina Barroso, una de las almas detrás de la página web A Contramarcha.

Sin duda, interesante lo que nos ha querido contar. Gracias Cristina por acceder y ofrecernos este espacio.

Lo primero me gustaría agradeceros la labor que realizáis desde A Contramarcha en la concienciación y difusión de información sobre seguridad vial infantil. ¿Nos podéis contar por qué y cuándo surgió A Contramarcha?

Buenos días Nahia. Para nosotros es un placer que nos hagáis un hueco para tratar este tema tan importante. ¿Cómo surgió A contramarcha? Pues en realidad, al principio surgió como fuente de apoyo a las tiendas que empezaban a introducir este tipo de sillas. No es fácil llegar un buen día a los establecimientos de toda la vida con una silla bajo el brazo que es todo lo contrario a lo que ellos conocían hasta la fecha y poner junto a la silla una enorme cantidad de información completamente nueva y contraria a lo que todo el mundo les había contado hasta ese momento. Así que pensamos que la mejor manera de conseguir que la gente fuera entendiendo la complejidad de todo esto, era dejarles su propio espacio de consulta/reflexión para que en la tranquilidad de su casa o de la oficina fueran investigando y buceando en la información. Ese fue el objetivo con el que creamos AContraMarcha.com, para los profesionales. Pero también sirvió como fuente de consulta para los padres y, tras un año de andadura como página informativa, ampliamos a lo que hoy es el foro de consultas de usuarios, para poder atender personalmente cada caso.

El último cambio de normativa vial en España se centra en  cómo y dónde llevar a los niños. ¿Es suficiente en vuestra opinión?

Cualquier cambio que se haga en beneficio de la seguridad de los más pequeños será siempre positivo más allá de opiniones personales. Así que nos parece correcto. No obstante, la seguridad nace de una necesidad personal de protegernos a nosotros mismos o de proteger a quienes queremos, por lo que tiene un componente muy importante de conocimiento y formación. Sólo cuando conocemos e identificamos los riesgos, podemos pensar en las soluciones para evitar que algo suceda ¿o no?

La obligatoriedad no es siempre una garantía de éxito, así que, está bien que las Leyes vayan subiendo cada vez más el nivel de los mínimos, pero si queremos alcanzar cotas de máximos, necesitamos formar e informar a los ciudadanos. Una campaña clara y directa por parte de la DGT apoyando y difundiendo la importancia de que los niños viajen en sillas a contra marcha sería, en nuestra opinión, algo mucho más eficaz que un cambio legislativo.

Hay varios estudios que indican que viajando a contramarcha el riesgo de lesiones se reduce muchísimo. ¿Hasta cuándo a contramarcha?

Esa es una buena pregunta, porque en realidad, el aumento de seguridad en un dispositivo a contramarcha no caduca nunca. ¿Hasta cuándo? Hasta siempre. Incluso los adultos van más seguros viajando a contra marcha que de frente. Teniendo en cuenta la fragilidad de un niño, lo que para un adulto es “mejor” para un niño es “fundamental”. De ahí la recomendación de viajar en esta posición durante el mayor tiempo posible, estableciendo como recomendación los 4 años como mínimo.

¿Los vehículos están preparados? ¿Todos los coches son aptos para llevar a los niños a contramarcha?

Sí. No hay problema mientras tengan, como mínimo, cinturones de seguridad. Si además tenemos Isofix, fenomenal. Hay un montón de modelos disponibles a la venta ahora mismo en España, así que es cuestión de dar con aquel que mejor se adapta al coche que tengamos.

«Si están homologadas, serán seguras…si no…no las homologarían» ¿Cuántas veces escucháis esto y qué hay de cierto en ello?

Se escucha mucho esta frase. En general tendemos a pensar que aquellos productos aptos para el consumo cumplen unos estándares de seguridad elevados y eso no es cierto. Cumplen unos mínimos exigibles por ley para su comercialización y eso pasa por otro tipo de cuestiones que nada tienen que ver con la seguridad. En el caso de las sillas de auto, el mínimo exigible por Ley es evitar el peor de los escenarios, es decir evitar que el niño salga despedido dentro del coche y golpee contra elementos rígidos. Eso no tiene nada que ver con minimizar lesiones.

Eso mismo sucede con otros dispositivos de seguridad cuya eficacia no cuestionamos, como por ejemplo, el casco de moto. Todo el mundo entiende que el casco de moto que usa un piloto profesional no ofrece la misma seguridad que uno comprado en una gran superficie, ¿verdad? Sin embargo, ambos están homologados por la misma normativa, aunque la seguridad de uno frente a otro no tenga nada que ver. En el caso de las motos, el escenario que hay que evitar es el golpe directo de la cabeza contra el suelo. Todo aquello que se le añada al casco para evitar lesiones graves, es absolutamente voluntario. Como lo es añadir al equipamiento del casco obligatorio otros elementos que aumentan la seguridad, como las botas, coderas, rodilleras o cazadora.

Últimamente en las tiendas vemos muchas sillas con cojín abdominal en lugar del arnés. ¿Son seguras?

No. Este sistema no es seguro. De hecho, ni siquiera está bien denominado cuando nos referimos a él como “cojín” ya que no es un dispositivo blando, sino todo lo contrario. El nombre correcto de este dispositivo (que así viene especificado en la propia normativa de homologación) es Escudo frontal o Pantalla Anti-colisión. Cuando nos cambian el nombre de algo que no conocemos por otro, cambian la percepción de lo que es y por tanto su realidad. Y con este producto se ha hecho justamente eso: adaptar las palabras a una realidad diferente de lo que es. Ni es blandito como un cojín ni en modo alguno actúa como un airbag (algo que también se ha dicho). Nada de eso es cierto.

Pero más allá de que la denominación del sistema no se corresponda con su realidad, este dispositivo no es seguro porque los resultados sobre accidentes reales con niños de verdad (y no con dummies en un laboratorio) han demostrado que las lesiones que se producen son muy graves, ya que se ocasionan en las primeras vértebras, con resultados de tetraplejias, pentaplejias o fallecimientos.

Esto, que puede sorprender a los lectores, no es nuevo. De hecho, ya se demostró hace décadas en EEUU y por ese motivo, este sistema está prohibido desde la década de los 90 en el continente americano.

En realidad el único motivo por el que esos productos se ven en abundacia en las tiendas de puericultura es porque han salido ganadores de unos Rankings (RACE, RACC, ADAC) que ni hablan de seguridad, ni están autorizados a realizar pruebas oficiales porque NO SON LABORATORIOS OFICIALES. Ellos son los que han promovido su venta y uso entre los padres europeos, pues antes del año 2010 apenas se conocían o se usaban estas sillas.

Que quede claro de una vez por todas:

La causa de lesión grave o mortal de un niño por accidente de tráfico puede sobrevenir de tres maneras diferentes:

  1.  Impacto directo en la cabeza contra un elemento rígido
  2.  Elongacion cervical con o sin decapitación interna.
  3.  Penetración abdominal

El único sistema que evita las tres lesiones al 100% es un dispositivo de espaldas a la marcha, mientras que el único sistema susceptible de ocasionar cualquiera de las tres lesiones o incluso las tres a la vez es una silla con escudo (que no “cojín”).

Imágen extraída del vídeo Tú Decides.

Eso en el mejor de los escenarios, porque tal y como se ha demostrado recientemente en las instalaciones de EuroNcap, el riesgo de que el niño salga despedido total o parcialmente de la silla es también muy elevado. Si eso se ajusta a la realidad y no sólo a la prueba de un laboratorio con dummies, estaríamos ante un dispositivo que no cumple ni con el mínimo exigible por normativa del que hablábamos en la pregunta anterior:

Evitar que salga proyectado y golpee contra elementos rígidos.

Cada familia tendrá que buscar la silla más adecuada a sus circunstancias y características. ¿Pero que es lo que deben mirar antes de comprarla?

En primer lugar lo que tienen que tener en cuenta es la edad del niño:

  • Si es menor de 4 años, tendrán que buscar un dispositivo que se instale de espaldas a la marcha y que le permita utilizarlo el mayor tiempo posible. Los límites de uso están en el peso y la altura. Mientras que el niño no haya alcanzado el peso máximo para el que está homologada la silla y/o la cabeza no sobresalga por el límite superior del respaldo, debería viajar en la silla acm correspondiente y no pasar al grupo 2/3 hasta que no sea estrictamente necesario.Lo que deberíamos evitar a toda costa es colocar al niño en sillas de frente con escudo o con arnés, ya que en el escenario más frecuente y lesivo (impacto frontal) la eficacia de estas sillas es nula y por tanto el riesgo de lesión grave o mortal es muy elevado.
  • Si es mayor de 4 años y no cabe de ninguna manera en un dispositivo acm, tendrán que buscar:
    • En primer lugar una silla de grupo 2/3 que tenga un buen guiado de cinturón de seguridad. En la mayoría de los casos el reposa-brazos garantiza este guiado adecuado, por ese motivo, los expertos no recomiendan sillas de grupos 2/3 que carezcan de este reposa-brazos o de guías.
    • En segundo lugar, deberían analizar si el niño tiende a ser más bien alto o por el contrario es más bien gordito. Si tiende a ser más bien alto, lo suyo es elegir un dispositivo acm que tenga el respaldo muy alto. Por el contrario, si el niño es gordito, entonces la silla acm debería estar homologada para un peso superior a 18 kilos, es decir, hasta los 25. Todo ello con el objetivo de aguantarles en la posición más segura (de espaldas a la marcha) durante el mayor tiempo posible.
      Si el niño supera los 4 años y ya viaja en elevador, hay que mantener el respaldo si es posible hasta los 150 cm de altura y si el niño no cabe en su silla con respaldo pero aun no ha alcanzado los 150 cm, entonces habrá que colocarle en un elevador sin respaldo y no cambiarle directamente al asiento del coche antes de que mida 150 cm.
    • En tercer lugar y una vez tengamos claro todo lo anterior, la recomendación es comprar la silla en un sitio especializado donde un vendedor explique la instalación y uso del dispositivo, e incluso supervise que lo lleven bien instalado. Una silla, por muy segura que sea, no sirve de nada si no está bien instalada o no se ajusta correctamente al niño y sólo cuando acudimos a profesionales especializados, podemos tener la certeza de que hacemos un uso e instalación correctos. De hecho, siempre es bueno tener un lugar de confianza al que acudir en caso de que lo podamos necesitar.

Y por último, una imagen vale más que mil palabras. ¿Nos podéis aconsejar un video que muestre la realidad de las sillas de hoy en día?

Claro. El vídeo “Tu decides (it´s up to you)” Es un resumen bastante potente de lo que sucede con sillas de frente (con arnés o con escudo) y de lo que podemos esperar con sillas acm.

Gracias una vez más Nahia por esta entrevista y por ayudarnos a difundir el mensaje de la seguridad vial.

Así ha sido siempre y por ese motivo, en Suecia país donde nació esta medida de seguridad vigente desde hace más de medio siglo, están a punto de alcanzar la lesión 0 en menores de 4 años. Nosotros podemos aspirar a lo mismo si hacemos lo mismo que ellos ¿verdad? Por eso es tan importante que el mensaje llegue a todos los rincones y por eso os agradecemos tanto la difusión. Si vuestros lectores tienen dudas, estaremos encantados de resolvérselas en el FB “Que los niños viajen a contramarcha, por favor” o en www.AContraMarcha.com.

Labios Rojos desde un fular

Labios Rojos desde un fular

Porteamos a nuestros hijos y les mostramos el mundo desde otro ángulo, se lo presentamos, y les ayudamos a incorporarse a nuestro entorno de la forma más natural y respetuosa posible. Les hacemos partícipes desde nuestros brazos de nuestra vida, de la vida.

Pero, ¿cómo influye nuestro estado de ánimo en nuestros hijos?

Claramente somos conscientes que muchas veces nos enfadamos desmesuradamente con determinados actos de nuestros hijos que no son para tanto. Esto suele ser como consecuencia del cansancio, estrés y estado anímico propios. Otros días, ante ese mismo hecho, toleramos más, empatizamos y el conflicto cambia por completo.

 

¿Todo esto a qué viene? – os preguntaréis. Y, ¿qué tiene que ver con el título de este post?

 

Igual que en los conflictos influye nuestro estado anímico, nuestro sentir como mujer y nuestra seguridad también se lo transmitimos a los niños.  Sentirte bien, guapa, especial, te hace pisar fuerte.

 

 

Muchas veces nos levantamos sin haber descansado, sin haber pegado ojo en toda la noche. La noche anterior no había forma de acostarles, ahora no hay forma de levantarles. ¿Os suena?

Y pensaréis: «Lo que me faltaba, ahora pintarme. Si yo lo que quiero es meterme en la cama de nuevo.»

Pero tampoco lo haces, y sigues tu día entregándote a los demás: llevas a los niños al cole, trabajo, casa, ese favor que te dijo tu amiga que le hicieras, padres, pareja, meriendas, parque, cenas, comidas para el día siguiente… ¿te suena?

Todo esto lo haces de mil amores, y eres feliz haciéndolo, pero

¿has pensado que tiempo de todo el día lo has dedicado en exclusiva a ti?

 

Existe un periodo de puerperio en el que solo cuidamos a nuestro bebé y es lógico, y, por naturaleza, lo normal. La naturaleza, y las hormonas mismas ayudan a que tu única preocupación sea el bebé ya que es un ser indefenso que lo único que necesita es tener a su mamá cerca, que le provee alimento, calor, cariño y sueño.

Pero muchas veces ese periodo se alarga tanto que cuando nos queremos dar cuenta han pasado 5 años. Cinco años en los que no hemos ido a la peluquería, sino que nos hemos «escapado» a la peluquería como mucho en tres ocasiones.

 

5 años en los que nos hemos mirado al espejo y no hemos visto a «LA MUJER».

 

  • Pues dedícate 5 minutos.
  • No hace falta maquillarse como una puerta,
  • no hace falta hacerse unas ondas de peluquería,

pero sí date un toque: píntate los labios o ponte un poco de máscara y colorete.

 

No dejes que nadie te baje la autoestima, ni la confianza. Cuando no tienes esa confianza aparecen los miedos, y con el miedo te paras, te bloqueas. Tienes que tener en lo que confiar para no pararte y por eso tienes que gustarte.

 

Tus hijos también aprenden de ti eso, que existe esa individualidad, que no sólo eres madre, sino que eres mujer, que te respetas y te valoras. Que tú también existes para ti, no solo para los demás. Eso también les enseña a valorar, a respetar, y a sentirse seguros de sí mismos, les enseñas a:

 

PISAR FUERTE.

 

A mi me encanta cuando me miran por la calle y ven a una mamá porteando, una mamá que da el pecho a su hijo, pero también me gusta que vean a una mujer que se valora, especial, sonriendo, siempre sonriendo y que se siente guapa.

 

esmeralda sonrisa

El contacto ayuda a los niños a sentirse seguros ante las situaciones de estres

El contacto ayuda a los niños a sentirse seguros ante las situaciones de estres

Los seres humanos en general y los bebés en particular necesitamos algo más que alimentación, hidratación, higiene y sueño para subsistir, crecer y desarrollarnos de forma plena. Necesitamos además, y en la misma escala de prioridades, contacto, cercanía y seguridad: seguridad física, seguridad emocional, y seguridad psíquica.

Sentirnos en contacto y seguros nos ayuda a marcar referencias dentro del ambiente donde vivimos, donde desarrollamos nuestro día a día y que configura nuestra línea vital, e imparable, de desarrollo.

Observando las conductas de las personas en general ,y de nuevo ,las conductas con y hacia los niños en particular, he llegado a constatar que el adultocentrismo que nos rodea nos evita detectar y validar aquello que sienten los pequeños frente a una situación que reconocen como probablemente insegura y donde necesitando contacto para recuperar esa sensación, se les niega, bien sea de forma sistemática o puntual.

Creo que estarás de acuerdo conmigo en que partimos de la base de que la seguridad, los pequeños la construyen a través de sus interacciones con nosotros: adultos de referencia para ellos. Que las referencias de ¿qué es realmente peligroso? o ¿qué es habitual? la toman de nosotros: los adultos.

No es la primera vez que me llama poderosamente la atención, la tendencia que tenemos o tienen los adultos hacia la minimización de “riesgos” dentro de situaciones perturbadoras. Con esto quiero decir que algo que para nosotros es habitual, sabemos que no es peligroso, tendemos a pretender que también lo sea para ellos sin darnos cuenta de que en muchas ocasiones ellos están empezando a construir su seguridad y muchas veces quitamos importancia a lo que sienten, a sus sensaciones primigenias, y esto no ayuda.

Este verano, se nos dió ese tipo de situación, y nos vimos completamente inmersos en esas sensaciones, percepciones y sentimientos. Acudimos a un espectáculo nocturno, las noches mágicas del botánico, y nos pareció muy buena idea ya que hemos ido antes de tener hijos, y como adultos nos gusto el montaje.

La propuesta era un paseo de noche por el Bosque Atlántico donde van apareciendo Los personajes apenas iluminados por velas, la música, y las historias mitológicas que plantean. El espectáculo en si mismo, es altamente recomendable y muy entretenido para una noche de verano. Pero cuando fuimos hace años, sin nuestra hija, la experiencia fue bien distinta.

Asesoras Continuum

Esta vez hemos ido con nuestra pequeña de cinco años. El espectáculo ha variado un poco: antaño los personajes no interaccionaban contigo, se limitaban a actuar de fondo y de lejos. Ya entonces impresionaba, pero menos: Ahora impresiona más, por los tres personajes, hilos conductores del espectáculo, y sobre todo dos de ellos, que representan Trasnus traviesos que saltan y se ríen a carcajadas desde la oscuridad. Con una caracterización muy lograda, saliendo desde la oscuridad corriendo y colgándose de arboles y barandillas y saltando en medio del camino cuando menos te los esperas: ¡asusta!. Luego continúas el recorrido acompañado de Nuberus, Llavanderas, Xanas, Busgosus, Trasgos, Diaños Burlones, La Güestia… Historia de los tiempos antiguos a través de la mitología Asturiana.

Asesoras Continuum por Esmeralda Siriñadas

A mí como adulto que más o menos sabía de lo que iba el asunto: me asustó. A nuestra pequeña, y los pequeños cercanos, no llego a alcanzar  siquiera a explicar cómo les asustó. Nosotros habíamos hablado con Sira, le habíamos explicado cómo era más o menos el espectáculo y habíamos comentado que había personajes, qué era la mitología, qué podíamos esperar. Y su primer grito de terror cuando vio un duendecillo verde subirse a una tapia de un salto y gritar como a medio metro de nosotras aún lo estoy escuchando.

Estaba sobre los hombros de su padre para ver mejor y saltó igual que una ranita, hacia mí, hacia la mochila que tenía colgando en mi cadera. Si no llegamos a llevar la mochila no hubiese llegado a disfrutar del espectáculo como al final hizo. No conozco si la actividad plantea la posibilidad de ser realizada en carrito o silla, pero mi percepción es que no debe ser fácil de caminar en semipenumbra, por caminitos estrechos, subiendo y bajando en un suelo de tierra, y con mucha gente alrededor. No es la situación más adecuada para el uso de sillas, por lo tanto, el porteo se hace necesario si queremos hacerlo con niños, por una cuestión de comodidad, pero este sería otro tema.

Mi hija iba recogida como un ovillo, viendo y mirando: observando todo por una rendija. Hasta que se fue confiando poco a poco, dándose cuenta de que era seguro: que nosotros le hablábamos, que estábamos con ella, que reconocíamos y validábamos su miedo y su susto. No quiso bajarse en ningún momento, pero llegó a saludar a uno de los Trasnus, se rió con el, y le llamo traviesillo. Pudo disfrutar del espectáculo y ha pedido volver, sin mochila, porque ahora: ¡ya no le asusta!.

La reacción ante el mismo inicio de espectáculo alrededor nuestro fue bastante impactante para mí. No había muchos niños, y los poquitos que había, 6 ó 7, eran más o menos de la edad de mi hija, año arriba, año abajo, con lo que conlleva un añito en estas edades tan tempranas.

La reacción generalizada fue un compendio de negaciones, aderezadas con gestos y risas, risas hacia las reacciones de los niños, ninguneando sus sensaciones y sentimientos:

  • «No es para tanto»
  • «No seas tonto: que está disfrazado»
  • «No llores que es de broma»
  • «¡Venga! que ya eres mayor, no te puede asustar»
  • «¿Ves que yo me asuste? pues ¡eah! camina».
  • «Pues si lloras así, no te llevo más a ningún sitio!»

Nos cuesta darnos cuenta que no son adultos en pequeño, son niñas y niños, y están dando sus primeros pasos en este mundo nuestro, en esta sociedad nuestra, y esos pasos serán más sólidos y firmes, cuanto más arropados, reconocidos y validados se sientan los pequeños en esta etapa de la vida.

 

¡Ponle nombre a sus sentimientos!: Son Suyos

Valídalos y dales sentido: reconocer sus sensaciones es crucial para que se sientan seguros

y esa seguridad se alcanza desde el contacto, la cercanía y el apoyo.

 

Salimos del espectáculo, con la peque aún en la mochila, riendo y contándonos todo lo que había visto y saludando a los Trasnus desde la distancia. Nosotros  tomados de la mano, contentos de constatar una vez más, todo lo que el porteo, en ese caso en forma de nido seguro y cerca nuestro nos aporta. Se nos acercó una mamá que nos dijo: «Qué envidia me habéis dado todo el rato», solo pude sonreirle.

Si quieres saber más sobre  Mitología Asturiana en Wikipedia

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