Te necesito mamá

Te necesito mamá

 

Estos nueve meses que he pasado dentro de ti he tenido todo lo que necesitaba. Oía tu melodiosa voz, el repiqueteo de tu corazón, era acunado con frecuencia, abrazado sin fin, alimentado siempre que lo requería y sin pasar nunca frío ni calor.

 

 

Tenía tantas ganas de verte. Y es en tu regazo, en tu pecho, donde me siento seguro, feliz y pleno, como hasta ahora lo venía haciendo. Por eso no quisiera separarme nunca de ti, porque te necesito mamá. Mi vida depende de estar junto a ti.

 

No tengas miedo de cogerme en brazos. No pienses que los demás lo hacen mejor que tu ni hagas caso a quien te mal aconseja que me malcriaré, porque no es cierto. Sólo en tu pecho lo tengo todo, te tengo a ti.

 

Te necesito mamá.

 

No tengas reparo en ponerme al pecho siempre que lo demande, será la mejor forma de que la lactancia fluya. Porque tu leche me alimenta física y emocionalmente. Porque nos ayudará a sanar las heridas visibles o invisibles del parto y con seguridad serán momentos especiales para ambos. Pero en caso de no ser posible, no te aflijas, estar contigo para mí es lo más importante.

 

Te necesito mamá.

 

No te atormentes si lloro mucho, incluso cuando estoy contigo. No es culpa tuya. Los bebés lloramos por muchos motivos. Si has comprobado que todo “esta bien”, quizás sólo es que necesito desahogarme por algo. Y donde mejor para ello que en tus brazos.

 

Te necesito mamá.

 

Jamás pienses que me despierto por la noche para fastidiar o porque no se dormir. Sólo es que necesito saber que estás ahí, porque sin ti me siento morir. Cerca de ti será donde concilie mejor el sueño. No te preocupes, porque llegará un día que quiera mi propia cama o habitación, y dormiré del tirón. Disfrutemos de estos momentos porque ahora…

 

Te necesito mamá.

 

cuidados-necesidades-emocionales-bebe

 

No te enfades si no quiero comer todo lo que hay en el plato. Mi cuerpo es quien me da las señales de lo que necesito o no comer, y sabe más que cualquier médico, abuela o vecina, por muy bienintencionados que sean sus consejos. Confía en mí mamá.

 

Te necesito mamá.

 

No tengas prisa ni me compares en mi desarrollo con otros bebés. Me gusta ir a mi propio ritmo, siempre avanzando, junto a ti. Cada descubrimiento, cada nuevo hito quiero disfrutarlo tranquilamente contigo, sin presiones. Da igual las proezas que hagan los demás, porque lo importante es hacerlo con amor.

 

Te necesito mamá.

 

No te preocupes si me mancho en casa o en la calle, para eso siempre hay solución. Explora y aprende conmigo, sin preocupaciones. Recuerda cuando tú también eras una niña ávida de tocar y manipularlo todo.

 

Te necesito mamá.

 

No te enfades conmigo cuando tenga una “rabieta”, porque será cuando más te necesite a mi lado. No lo hago para fastidiarte, sólo es una parte más de mi aprendizaje y mi reafirmación como personita diferente a ti. No me ignores, ni me abandones en esos momentos, porque…

 

Te necesito mamá.

Asignatura pendiente : Comunicación

Asignatura pendiente : Comunicación

Llevar al bebé en brazos  es algo tan necesario, natural y antiguo como la propia humanidad.

Si esto lo hacemos con ayuda de alguna herramienta cuidando mantener la postura correcta, tanto del bebé como de la persona que portea, hablaremos de porteo ergonómico. Que es sin ir más lejos lo que me ha traído aquí.

No vengo a venderte humo, mi intención es ofrecerte, salud, bienestar, independencia y sobre todo despertar tu curiosidad por  una herramienta que desde mi punto de vista, facilita la vida de los padres y satisface las necesidades del bebé.

Ser porteado le permitirá estar cerca de ti en el día a día y, entre otras cosas, le servirá como estimulo natural.

           Un portabebés ergonómico.

Desde mi punto de vista existen dos motivos principales por los que usar un portabebé ergonomico:

  •  El primero es que te permite cubrir la necesidad de contacto de tu hijo
  •  El segundo es que te permite cubrir esa necesidad sin olvidar las tuyas

Los tiempos han cambiado, la sociedad esta a años luz de la prehistoria, donde por cierto ya usaban portabebés. Ha cambiado la forma de vida, las visión de cuales son nuestras necesidades, hasta la pirámide de Maslow (jerarquia sobre las necesidades humanas) ha cambiado. Hoy en día damos más importancia a cosas como tener una buena conexión a internet que a comer o descansar.

En cambio, las necesidades de los bebés, no han cambiando, continúan siendo las mismas desde hace siglos.

Cuando un bebé llega a este mundo, igual que hace millones de años,  lo que espera encontrarse es el cuerpo de su madre, el pecho de su madre, la voz y el olor de su madre. No la cuna más mona ni el último modelo de carro, con puerto usb y batería para cargar el móvil…

¿Por qué nos negamos a escuchar a nuestros hijos? ¿Por qué intentamos cubrir todas sus necesidades con cosas materiales y si lo pensamos, con cosas que nos alejan de ellos ?

Asignatura pendiente:
Tenemos que aprender a escuchar
Tenemos que aprender a interpretar sus señales y mensajes

Cuando un bebé llora no es por fastidiar. Puede que tenga hambre, sed, frío, gases. A veces querrá tu pecho como «chupete natural”, todas las tomas al pecho son nutritivas y útiles. A veces le pasará «algo» que descubrirás, pero otras muchas veces, no le pasará «nada» salvo que necesita tenerte cerca. Necesita tu contacto o el de su papá.

Tu hijo necesita tu calor, escuchar tu corazón y relajarse pegadito a ti… de esta forma esta tranquilo. Estando contigo esta en lugar seguro. Y sentirse seguro es algo primordial para un buen desarrollo, no es un capricho.

¿No te parece que tiene sentido?

Si tu bebé se calma cuando lo coges en brazos o cuando lo pones a la teta, ¿por qué tenemos que pensar que esta mimado? ¿Por que tenemos que pensar que se queda con hambre? ¿por qué mantenemos la falsa creencia de que se «mal acostumbran» si están mucho tiempo en brazos? o ¿Por qué tantas madres creen que su leche es mala, que no le alimenta y por eso tienen que darle biberones de formula artificial?

¿Por qué, por qué, por qué…?

Conozcamos a nuestro bebé y su forma de comunicarse

¿Te mal acostumbras tú a los besos de tu hijo? ¿No te gusta que tu hijo te diga que te quiere? ¿No te gusta sentirte querida, deseada y sentir el afecto de tu pareja? ¿No te gusta que te digan lo importante que eres? y más aún, ¿no te gusta sentirte importante desde el punto de vista afectivo para alguien?

Por qué no podemos pensar que la respuesta a todas nuestras dudas es que nuestros hijos necesitan contacto,  que la teta no es solo alimento, que eres su madre/padre y necesita sentirte cerca. Eres su figura de apego, eres quien le protege, eres lo más importante que tiene, que los padres somos su todo…y nos necesita a vosotros, no mil juguetes, el carro, o la cuna que compraste porque era lo que había que hacer y que realmente, si lo piensas detenidamente, es para nuestra comodidad…

Como padres/cuidadores deberíamos al menos analizar por qué hacemos las cosas.

¿Pensamos en nuestra comodidad y en lo que nos han dicho que hay que hacer? o ¿hacemos caso a nuestro instinto y en atender las necesidades de los más pequeños?

Los niños necesitan contacto, necesitan afecto, cariño y necesitan que sean sus padres,  los que además de decírselo, se lo demuestren.

El contacto es el medio más fácil y barato que nos permite dar y recibir.

 

20112494

Ya sabemos que la biología en el comportamiento humano tiene mucho que decir, no voy a profundizar en este tema, aquí tenéis un enlace por si os interesa. Pero si me parece importante hablar aunque sea por encima de dos hormonas que influyen directamente en la gestión de las emociones.

La oxitocina y  el cortisol

La oxitocina.

Esta es la hormona amiga, la hormona por excelencia de la sexualidad, del amor, de la felicidad. La meta de cualquier ser humano es tener los niveles de oxitocina por las nubes. Todos queremos estar felices, contentos, disfrutar de la vida y no tener mas problemas que los realmente inevitables.

Vivir en un ambiente que propicie un alto nivel de oxitocina debería ser la meta de cualquier padre. La forma más sencilla de conseguir elevar esos niveles en nuestros hijos (y en nosotros) es estar en contacto directo con ellos.

Al nacer deberíamos, permanecer piel con piel el mayor tiempo posible, evitando la separación durante el nacimiento. Esto sería lo optimo, la meta a conseguir. Beneficiará entre otras cosas, el establecimiento de la lactancia y favorecerá el vínculo entre ambos. Mantener el contacto hará que nuestros hijos continúen creciendo sintiéndose tranquilos, queridos, felices, seguros.

En circunstancias normales para la mayoría de los problemas de los bebés ( hambre, frío, sueño, sentirse desprotegido, tener gases, molestias intestinales, etc.) tú eres la solución.

Si dejamos que las cosas fluyan de manera natural y escuchando a nuestro instinto y el de nuestros hijos, la solución a estos problemas la tendremos en la palma de mano…

¿ A quien no le curan las besos de mamá?

El cortisol

Esta es la hormona fea, la hormona del estrés, del miedo… Es una hormona necesaria, ya que cierta cantidad de estrés es necesaria en algunas situaciones. Pero si aumentan los niveles de cortisol en nuestro organismo, salta una alarma. En el caso del bebé un bebé que se siente mal reclamará nuestra ayuda como pueda. Si no respondemos a las primeras señales vendrá el llanto que no es sino una forma de comunicación .

Un bebé estresado, con miedo y sintiéndose solo, es un bebé con un nivel de cortisol alto. Un bebé que sufre.

Imagina a ese bebé de 6 meses que siente que su madre lo deja llorando en la cuna y se va de la habitación…

¿Os imagináis cómo puede sentirse mientras esta llorando en la cuna o en el carro, demandando no estar solo y recibir contacto y no lo obtiene? Lo que si sabemos es que es un bebé, y no entiende la situación. Le produce estres porque su cerebro sólo quiere sobrevivir y sólo se encuentra en peligro.

Todos nos enfrentamos a situaciones de estrés: discutir con la pareja, que te hayan robado el coche o haber perdido el trabajo. Para un bebé es sentirse mal y solo, para un niño más mayor puede ser simplemente estar cansado, tener un mal día o no saber aún gestionar sus emociones. Cada uno expresamos nuestras necesidades y frustraciones como sabemos y los niños solo saben llorar o tener “pataletas”.

En todos esos momentos el cortisol campa a sus anchas por nuestro organismo y la encargada de mantenerlo raya es la oxitocina. Si contribuimos a producir oxitocina, a través del contacto conseguiremos que los niveles de cortisol desciendan.

Y ahora te estarás pensando… que bonito y fácil suena todo, pero yo no puedo…

Yo no puedo estar siempre con el niño en brazos…  Tengo más cosas que hacer… Yo no puedo hacer piel con piel, no puedo dedicar tanto tiempo… Tengo un niño mayor que también me necesita… Los niños tienen que aprender a frustrarse…

Y así un largo ecetera…

Como ya te he dicho, estoy aquí  para despertar tu curiosidad acerca del porteo ergonómico, y de cómo éste puede ser tu aliado en el día a día. Espero haberlo conseguido y quieras seguir leyendo e informandote.

Con un portabebé, como se suele decir, matas dos pájaros de un tiro… Tu hijo tiene sus necesidades de afecto, alimento y estimulación cubiertas.  Y tu, puedes seguir con tu vida de una manera mucho más sencilla y práctica.

Elegir el portabebé ergonomico que se adapte a vuestras necesidades muchas veces no es tarea fácil, no existe el mejor portabebé, no existe un portabebé que se adapte a todas las circunstancias ni a todas las personas. Por eso te recomiendo probar, contactar con una asesora de Porteo o Asesora Continuum y con su ayuda encontrar lo que mas se acerque a lo que necesitáis.

Masaje en familia

Masaje en familia

Te diré que una de las tareas en mi formación como Asesora Continuum fue darme un masaje relajante. El contacto es primordial para el desarrollo del bebé (aquí puedes leer uno de los grandes beneficios del contacto durante sus primeros años de vida).

Y no hay nada mejor que sentir en nuestra propia piel el placer y los beneficios que podemos ofrecerles a nuestros hijos a través del masaje.

 

Me encanta que me acaricien y ya no te cuento un buen masaje. Por eso cuando mi hija nació me pareció muy buena idea asistir al grupo de masaje que organizaba la matrona en el Centro de Salud. Así aprendí el masaje Shantala, que estuve dando a mi pequeña hasta los 7 meses. A partir de ahí a mi hija le interesaba más explorar que las carias que le hacían mamá o papá por todo el cuerpo. Pero sabía que antes o después volveríamos a disfrutar de esos momentos.

 

En torno a los tres añitos comencé de vez en cuando a darle masajitos, con la intención de disfrutar, durase lo que durase, que no solía ser mucho. Y ahora con cuatro años y medio es mi hija quien me pide un masaje. No sólo quiere recibir ella el masaje, sino que también quiere dármelo a mí. Y te puedo asegurar que es una gozada por partida doble. Simplemente a modo de juego, para aliviar molestias, para relajarnos en un día complicado y, sobre todo, para disfrutarlo con todos los sentidos, el masaje siempre es bienvenido.

 

masaje-familiar

 

Ahora que estoy embarazada tengo muy claro que el masaje seguirá formando aun más parte de nuestra familia. No sólo como vehículo de placer o relajación, sino como modo de unión y conexión familiar. Sólo de imaginar a mi hija mayor dándole un masaje a su hermanita se me cae la baba.

 

Cuando damos un masaje a nuestro bebé o nos damos un masaje en familia no se trata de técnica y de hacerlo de principio a fin. El masaje en familia es para disfrutarlo, para nutrirnos de caricias, para fortalecer el vínculo y olvidarnos de todo lo demás, especialmente del reloj.

 

 No quiero terminar sin ofrecerte unas recomendaciones para que el masaje os resulte siempre placentero:

 

  • Busca un momento en que tu bebé esté en alerta tranquila, despierto y relajado. Este no tiene por qué coincidir con el momento del baño. Y explícale lo que vais a hacer.

 

  • De la misma manera, no lo conviertas en algo que haces por obligación o rutina, ya que perdería todo el sentido. Todo lo contrario, que sea un momento de presencia y placer también por tu parte.

 

  • Ten a mano todo lo que vayas a necesitar, en un ambiente cálido y tranquilo, y sin estímulos que os distraigan (televisión apagada, móvil sin sonido, etc).

 

  • Recuerda que el masaje es para disfrutarlo, sin prisas, adaptándote a tu pequeño. Si el bebé se cansa ya habrá otro momento, ya sea al día siguiente o dentro de unos años cuando vuelva a estar interesado. Incluso si tu hijo es ya mayorcito podéis utilizar una pelota haciendo círculos, una pluma, un rulo, etc., para daros el masaje.

 

  • Si utilizas aceite procura que este sea vegetal y lo más natural posible, sin conservantes, colorantes, perfumes o parabenes.

 

  • Recuerda igualmente que el masaje implica a toda la familia. Se trata de un momento de comunicación y reencuentro familiar, de juego.

 

Cura sana….

Cura sana….

IMG-20150423-WA0005

 

¡Hola!

A mí me tocaba hablaros sobre la fiebre, pero ¿sabéis qué? necesito hablaros de mi otra pasión y de lo que veo gracias a ella.

Soy voluntaria de Cruz Roja desde hace 20 años, y el otro día, al llegar a casa, después de un traslado con una sintomatología que he tenido miles de veces,me vi  repasando la historia con otra perspectiva. Lo miré como persona  y no como profesional. Lo miré como madre, como Continuum, o simplemente como ser humano y me entró una pena enorme.

¿Quieres saber por qué?

..En mi trabajo sé muy bien que las máximas para atender a una persona son la empatía,  hablar tranquilo, despacio , con dulzura (si la ocasión lo requiere), ponerte a su altura para que te mire a los ojos, cogerle la mano para que sienta que le vas a ayudar y preguntar qué le ha ocurrido y cómo está.

Hasta ahí todo bien y todos de acuerdo, pero ¿y cuándo es un niño que se ha caído,  le duele algo o que simplemente está llorando?. Pues ahí casi toda nuestra sociedad falla y falla estrepitosamente, en la empatía  y en todo.

Si un adulto simplemente se tropieza, todo el mundo, o al menos bastante gente, irá a ayudarle a recuperar el equilibrio o preguntará si se encuentra bien.  ¿Y si es un niño? Por desgracia, se sigue escuchando esto: «Déjale, que no ha sido nada y, ya se levantará». Puede que incluso le chillen o le regañan por no fijarse por dónde va.

Si una persona llora porque se ha caído y se ha hecho daño, todo el mundo pensará que le debe de doler muchísimo porque está llorando, (y eso en un adulto está mal visto), e intentarán consolar y ayudar. Si es un niño el que lo hace, quizás escuchemos esto: «Deja de llorar que no eres un bebé. Así aprendes. La culpa es tuya por ir como un loco.»

Si vemos a una persona que sufre, la intentamos calmar y si es conocida, la abrazaríamos  muy fuerte ¿no? pero a un niño…. a un bebé…..habrá gente que diga:  ¡Déjale que llora por nada!, ¡Claro, está acostumbrado a tantos brazos, que ahora no se calma! o ¡ No le puedes dejar con nadie, le has malacostumbrado y ahora tiene mamitis!.IMG-20140724-WA0011

Y lo peor y más cruel, somos flexibles con los adultos e inflexibles con los niños: ¡No le hagas caso que llora por nada, sólo quiere llamar la atención!…. Y todo eso se lo dicen a la madre, para que no escuche lo que le dice su corazón, para que ignore a su hijo…..

En los talleres de primeros auxilios que doy, algunas veces, sale el caso de algún golpe que se ha dado su hijo, y que lo que pensaban que era nada, al final sí había sido algo. Incluso una fractura. Sí, lo habéis leído bien, una fractura o una luxación. Y , ese niño se quejó, lloró, y  esa madre se preocupó pero, también hubo alguien que dijo esas palabras a la madre, que hicieron que callara sus sentimientos  por miedo a que su hijo la estuviera tomando el pelo, por miedo al qué dirán, por no discutir, por dudar de sí misma y pensar que lo que los demás decían, era verdad.

¿Alguien se ha parado a pensar en los niveles de dolor? Todos sabemos que el umbral del dolor es diferente para cada persona  y que lo que para unos no es nada, para otros es una tortura.  ¿Y a los niños? ¿no tienen derecho a expresar que sienten dolor? ¿por qué negar que les  duela realmente? ¿ y si lo que para nosotros es un simple golpe, para él sí ha sido doloroso? ¿por qué no puedo ir a cogerle o por lo menos, darle un beso o la mano y que me sienta cerca?CAM02881

Peor lo tienen los hermanos mayores, que si se hacen daño, depende de la situación, oirá lo de antes o algo peor:  ¡¡Lo que es capaz de hacer por los celos!! ¿Y? aunque así fuera ¿es eso  motivo para no atenderle? ¿Y por qué echarle la culpa al niño en lugar de mirar los padres lo que hacen ellos para que el niño actúe así?

Igual que cuando sabes que hay algo que no cuadra, que a tu hijo le pasa algo, que tu instinto te lo dice, pero que todo tu mundo te dice que son tonterías, que le tienes mimado, consentido y que ese es el problema.

Por desgracia, tengo a mi alrededor, varios casos de esos, madres que no han sido escuchadas a las que se las ha culpado por ser precisamente eso: MADRES.  Madres que han luchado contra todo y todos hasta demostrar  lo que ellas ya sabían, a pesar del asombro del entorno que no supo o no quiso ver lo que pasaba, Que no quiso escuchar a  quienes más conocen a sus hijos. Y no hablo de tonterías, hablo de autismo, hablo de enfermedades neurológicas, hablo de dolor.

Todavía me acuerdo con rabia, cómo hace unos años, recién divorciada, mi hijo empezó a rascarse muchísimo las piernas. La pediatra en lugar de mandarle al dermatólogo, le mandó a la psiquiatra infantil por un posible trauma post divorcio. Yo chillaba a los 4 vientos que era porque había cambiado el gel y mi hijo tiene la piel muy sensible. Nadie me creyó y la pediatra dijo que había actuado así por protocolo. Yo no quería llevarle, pero me hicieron dudar, me hicieron agachar la cabeza, me hicieron negar lo que yo sabía y me hicieron aceptar el «por si acaso». Fui y allí conocí a la psiquiatra más antinatural del mundo. Me culpaba por la lactancia prolongada, por dormir con él, por darle amor. Ni una sola vez le miró a los ojos, ni una sola vez le dijo: ¡Hola!. Ni una sola vez le trató como a una persona. Volví a la siguiente cita, pero volví para decírselo a la cara, para decirle que mi hijo ya estaba perfecto porque yo sabía lo que le pasaba. Para decirle que ningún niño se merecía ese trato vejatorio ni nosotros por ofrecerle nuestros brazos cuando nos necesita…DSC_0034_3

Lo que no te gusta que te hagan a ti, no se lo hagas a los demás.

Empatía, contacto, amor, respeto o simplemente, llamadlo humanidad

Mis brazos siempre estarán ahí para abrazar a mis hijos, para acompañarlos en los momentos que ellos consideren dolorosos o importantes. Nosotros, con la perspectiva de un adulto, sabemos que eso pasará, pero ellos sabrán que jamás estarán solos.

Para acabar os recomiendo ver este vídeo. A mí me encantó, ¿y a ti?

 

http://https://www.youtube.com/watch?v=9Hn4sA_AipA

Lo que no nos gusta escuchar

Lo que no nos gusta escuchar

Os voy a contar una historia:

Érase una vez una mamá, que muy preocupada por su hija, decidió acudir a un profesional. La pequeña de  cuatro  años tenía pavor irracional a determinados ruidos fuertes como el arrancar de una moto. No era  un miedo normal, era verdadero pánico, un miedo tan irracional que perdía el control de sus actos. Tras la consulta, la madre salió muy enfadada pensando:

“¡Este hombre qué sabrá!”, “¡no tiene ni idea!”  “¿cómo es capaz de decir que yo no quiero a mi hija?”.

¿Por qué reacciono así esta madre ? ¿Realmente le dijo el especialista que ella no quería a su hija?
Tras la consulta y valoración, este profesional lo que le dijo a la madre de esta pequeña fue que la actitud de la niña podría deberse a la  falta de apego  con su  madre. Que no habían conseguido establecer un vínculo de apego seguro.

¡¡¡Qué barbaridad!! ¡¡¡Pero cómo puede insinuarme que yo no quiero a mi hija!!!  ¡¡¡Qué tendrá que ver!!!

¿Os podéis imaginar el sentimiento de esa madre? ¿Pensar  que tus actuaciones han provocado algún mal a lo que más quieres en este mundo?

Es fácil asociar la falta de apego con la falta de cariño o amor,  la realidad es que falta información, mucha información.

 

A ninguno nos gusta oír que nos hemos  equivocado en lo que a nuestros hijos se refiere. Nuestra intención siempre es hacer lo mejor para ellos: lo mejor que sabemos y que podemos.

Con la maternidad he descubierto un camino que es como una hoja de doble filo entre la generosidad absoluta y el egoísmo puro.

En cada asesoría y relación que tengo con una familia me recuerdo que cada madre es la mejor madre que puede tener su hijo. Juzgar está prohibido porque detrás de cada decisión hay unas circunstancias determinadas. Pero debemos tener siempre los oídos, ojos y sentidos bien abiertos y saber leer entre líneas, estar receptivos, perdonarnos, y actuar,  porque eso, sin duda,  va a contribuir a ser la mejor madre para nuestros hijos.

Dejando aparte si tuvo o no delicadeza el profesional del comienzo al  hablarle así a esa madre, vamos a quedarnos simplemente con el diagnóstico: falta de apego seguro.

Aunque es muy duro escucharlo, al analizar el caso desde el origen se explica todo.

Fue un parto complicado y largo, y al poco tiempo de nacer el bebé lo llevaron a la incubadora con una ictericia grave que dio lugar al alta de la madre pero no del bebé. A la madre le permitían ir cada tres horas a visitar a su bebé pero nadie le dio más información, incluso le animaron a quedarse en casa descansando por las noches.

Y cuando uno piensa que las cosas no pueden ir peor pues parece que se tuercen un poco más. Según le dan el alta al bebé a esta mamá la tienen que intervenir de urgencias y por tanto no pudo cuidar a su bebé como le hubiera gustado.

Durante muchos meses la bebé lloraba sin parar, cosa que no ayudaba para nada al estado anímico de la pobre mamá. Incluso llegó a pensar “¿y esto es la maternidad?”. Con el tiempo eso mejoró y tuvo la oportunidad de disfrutar con su segunda hijo la maternidad de otra forma.

Claramente los principios de esta relación fueron difíciles, y sí, podríamos decir que hubo falta de apego, que no de amor.

Tuvo un apoyo físico incondicional por parte de su marido y familia, se lo hicieron todo, teniendo una rápida recuperación. Esto ayudó a que se curaran sus puntos pero no otras heridas más profundas y menos visibles.

Esta mamá lo hizo lo mejor que pudo y supo con sus propias circunstancias. Siempre desde el corazón, pero no era consciente de la importancia del apego, de ese inicio crucial, de los primeros minutos, de las primeras horas de vida y los siguientes  meses y años de vida. Nunca pensó que tendría consecuencias a tan corto plazo. Porque al fin y al cabo el mensaje sigue siendo: «No pasa nada»

Como muchas otras cosas que nos pasan en la vida, estos comienzos en la maternidad también necesitan su duelo particular.

Os remito a un post reciente » Nunca es tarde» donde Amaya Hansen de Maramayu os cuenta con detalle la necesidad del contacto para el correcto desarrollo del bebé.

A la pequeña y a la mamá  les queda todavía mucho camino por delante para caminar de la mano juntas, sanando esas cicatrices con amor, mucho amor de madre.

 

Esta historia no es real, pero ¿acaso no conocéis historias similares? ¿Hay falta de apoyo emocional y de información? ¿Os habéis sentido juzgadas?  ¿Por otros? ¿Por vosotras mismas? ¿Os habéis perdonado?…

Hay mucho camino por delante.

2015-04-24 00.31.48-1

Abrir chat
¿En qué puedo ayudarte?
Hola, soy Nohemí. ¿En qué puedo ayudarte?