De tetas y cultivos

De tetas y cultivos

¡Un título muy llamativo para hablar de mucho más que de Tetas!

Quería contarte que el otro día firmé esta petición: «Exigimos que el Sistema Nacional de Salud haga cumplir las leyes en vigor sobre la Lactancia Materna en todos los hospitales y Centros de Salud»

Independientemente de que la firmé porque apoyo la iniciativa al 100%, y esta es mi opción personal, te quiero contar porque me parece una cuestión de Salud Pública. Aunque por todos los puntos,  en esta ocasión me voy a centrar en un sólo punto en concreto:

Que se promueva la realización de las Analíticas
y Cultivos de Leche Materna Humana.

Una petición que más allá de la búsqueda de falsos enemigos como las luchas entre mujeres que amamantan o que no amamantan, las que son feministas o las que no lo son, las que son bomberas o las que son amas de casa, las unas o las otras. bla bla bla bla bla bla.. tenemos que olvidarnos de nosotras y nosotros mismos y pensar en el alimento que el cuerpo, la mente y el espíritu de un bebé humano espera y necesita para crecer lo más sano posible, el alimento natural inicial de nuestra especie.

Es por eso que ante una verdad tan flagrante como que la leche materna Humana no es ni más ni menos que la Alimentación Natural de nuestra especie, y que como especie no la defendemos como NOS merecemos quiero que conozcas la importancia de esta necesidad.

Es como mínimo inversomil que en la medicina actual, en la que todos somos usuarios cuando vamos al médico, te hagan un análisis de orina en todos los ambulatorios o casi, un análisis de sangre y una analítica pueda estar a la orden del día. Claro, se mandarán a un laboratorio, pero se hacen.

Seguro que tú te has hecho alguno de estos análisis en algún momento. Pero que tengas que ser Houdini para encontrar un laboratorio que analice leche materna cuando hay una posible infección.

La leche materna en nuestros días es tratada como secrección humana tabú empujada casi al «límite sexual», incluso en la mente de algunos colectivos: como «sucia». La leche materna no es tratada ya no digo igual, sino que ni siquiera equitativamente si la comparamos con el resto de fluidos del cuerpo humano.

Quizás lo único que no se analiza es la cera de las orejas porque si me apuras hasta el sudor es analizable. Se analiza la saliva, se analiza la sangre, se analiza la orina, se analiza el esperma, se analiza la regla.. anda esto tampoco ejem… pero NO se analiza la leche materna.

La leche materna que ayuda a nuestro cerebro a crecer, como la naturaleza ha preparado que crezca para estar por lo menos lo mejor que ella pueda darnos… que no es poco, al contrario, es muchísimo. Que es alimento, y medicina a la vez, que es cariño y contacto también, pero no sólo eso.

En fin que poniendo de nuevo los pies en la tierra… perdoname pero se me ocurre pensar que a alguien nunca le han dolido las tetas.. bueno: el pecho, mientras querían amamantar a su hijo. Lo que si te puedo decir es que es muy doloroso, y compromete una de las más grandes preocupaciones de cualquier madre: la alimentación de su hijo.

Estamos hablando de una cuestión de priodidades y la Defensa de la Alimentación Infantil Natural ¿es menos prioritaria? ¿Ni siquiera equitativamente prioritaira a la Defensa de la Alimentación Sana de los Diabéticos, A la defensa del consumo de X frutas y verduras por día,…?

A lo mejor al leerme dirás pero ¿por dios qué enfermedad tan grave está evitando el realizar cultivos de Leche Materna Humana? Claro, este es el caso…  que es considerada como menos importante… Con un cultivo de leche materna podemos  saber si una mamá tiene una mastitis infecciosa.

Pero ¿Qué es una mastitis?

«La mastitis infecciosa, es la principal causa médica de destete precoz. Esta alteración provoca la inflamación y obstrucción de los conductos galactóforos. Algunas mastitis pueden cursar de forma aguda y con una sintomatología florida, tanto local como general (fiebre, escalofríos, inflamación de ganglios, dolores musculares y articulares, malestar general,…), e incluso derivar en un absceso; el agente etiológico de tales casos es, casi invariablemente, Staphylococcus aureus.

Sin embargo, en la mayoría de las mastitis (mastitis subagudas y crónicas), los síntomas se restringen a la glándula mamaria y se caracterizan por un dolor intenso en forma de pinchazos, calambres o sensación de quemazón, acompañado o no de lesiones en el pezón. En algunas ocasiones, la mastitis puede incluso ser subclínica y caracterizarse por una falsa sensación de disminución en la producción de leche cuando, en realidad, lo que está afectado es la secreción debido a la obstrucción de conductos. En estos últimos casos, los agentes responsables suelen ser estafilococos coagulasa-negativos (fundamentalmente Staphylococcus epidermidis), algunas especies de estreptococos, como Streptococcus mitis o Streptococcus salivarius y ciertas especies del género Corynebacterium.

¡Igual cuando se pongan a analizar descubren otros responsables! Eso no importa… lo que sí importa es que si no se analiza no lo sabremos NUNCA. Y estamos obviando que se trata de patologías y que se tienen que tratar como tales, no ningunearlas, no ignorarlas.

Parece que es más fácil ignorarlas que ponerles remedio y mandarte un antibiótico correcto.

Además, desgraciadamente, cada vez es mas frecuente la aparición de cepas resistentes a los antibióticos utilizados normalmente en el tratamiento de las mastitis, por lo que es aconsejable que se realicen antibiogramas para determinar cual es el antibióticos mas eficaz.

Así que sí es importante qué antibiótico nos receta el médico que no lo puede saber por ciencia infusa, debe hacernos un cultivo.

Sin embargo lamentablemente por el momento en muchos casos no deja de ser una mamá con las tetas inflamadas, congestionadas, un enorme dolor de pechos, y mucha fiebre… vamos un «catarro» y la renuncia a la lactancia materna por fracaso «materno», y no por enfermedad, que es lo que es en realidad.

Analizar y realizar cultivos de la leche materna en laboratorio ante la posible existencia de mastitis infecciosa, es una cuestión de Salud Pública.

Te invito a firmar si crees como yo que ya es hora de tomarse en serio esta patología:

Que el Sistema Nacional de Salud haga cumplir las leyes en vigor sobre la Lactancia Materna en todos los hospitales y Centros de Salud

¿Necesitas más motivos?

¿Has tenido alguna vez una mastitis? ¿Te realizaron un cultivo?

Fuente: http://www.probisearch.com/. Libro: Mastitis, el lado oscuro de la lactancia.

Realidad hospitalaria. ¿Piel con piel?

Realidad hospitalaria. ¿Piel con piel?

Hace unos días mi compañera Fayna hablaba sobre la diferencia entre «método canguro» y «cuidados madre canguro» aquí.

 

Hace unos meses, en este curso, Jill Bergman nos decía que ellos ya no lo llaman «Cuidados Madre Canguro» , ya que este termino se ha desvirtuado, sino PIEL CON PIEL.

 

 

Pero, ¿cuál es la realidad actual?

Comparto con vosotros un ejemplo.

 

Una historia real

 

A.C se convirtió en mamá hace 7 años de una forma un poco inesperada. La primera sorpresa fue enterarse que esperaba mellizas, la segunda que llegasen nueve semanas antes de tiempo.

Este artículo es un resumen de la historia que A. compartió conmigo y que yo comparto con vosotros con su permiso.

 

A las 31 semanas una de las bolsas se rompió de forma espontánea y A.C. acudió rápidamente al hospital. Cuando estaban a punto de hacerle una cesárea de urgencia alguien se dio cuenta de que la cabeza de una de las pequeñas ya asomaba. Nació un par de contracciones después y tras una rotura de bolsa artificial nació la otra niña, también en pocos minutos.

Pesaron 1.380 gramos y 1.490 gramos respectivamente. La primera niña (An.) estaba bien, se la mostraron y se la llevaron. A la segunda (Af.) la llevaron directamente a la cuna térmica, o eso le dijeron, ya que posteriormente se enteró, por casualidad, de que había nacido con una vuelta de cordón en el cuello.

Al nacer con ese peso las llevaron inmediatamente a la UCIN, cada una a una incubadora, cada una en una habitación desde donde su madre a través de una cristalera veía a una cuando estaba con la otra.

Allí estuvieron un total de 20 días, hasta que alcanzaron “su peso”.

Durante ese tiempo A.C. pudo permanecer durmiendo en una habitación en otra planta del hospital (el hotel de madres) con otras tres mamás.

Desde las 8 h hasta las 23h estaba en la UCIN acompañando a sus pequeñas, extrayéndose leche para que pudieran tener SU alimento. Observando cómo las alimentaban a través de la sonda, eso sí, siempre con su leche, la que ella se extraía. Tanto de día como de noche tenían el alimento adecuado para ellas.

 

 

En la incubadora.

En la incubadora.

 

 

Pocos días después de nacer las niñas, “cuando ya tenían menos cables” el jefe de pediatría de la UCIN le propuso algo insólito, “hacer Cuidados Madre Canguro”. En el hospital lo llamaban Método Canguro  y según sus propias palabras “querían ponerlo a funcionar en este hospital”.

Le explicaron que consistía en tener a las pequeñas sobre ella, piel con piel, en contacto directo durante algunas horas al día. Lo harían por separado ya que cada una estaba en una habitación.

A.C. se sintió muy arropada por el personal de la unidad que la animaba y le  ayudaban a hacer piel con piel de forma segura.

– “Yo había oído hablar del método canguro y cuando me lo propusieron les dije que sí, que si haciéndolo ayudaba a mis hijas por supuesto que lo haría”, nos cuenta A.C. “Primero cogía a una durante tres o cuatro horas al día, la ponía sobre mi pecho, y mientras la tenía sobre mí le hablaba y le susurraba cosas. Se me pasaban las horas volando. Cuando terminaba, cogía a la otra. Y así todos los días. Me sentía GENIAL. Para mí fue maravilloso, era la primera vez que las tenía en mis brazos, ya que cuando nacieron no las pude coger pues se las llevaron rápidamente. Poder abrazarlas y tenerlas conmigo durante tanto rato… NO LO CAMBIARÍA POR NADA. A pesar de que era un poco cansado, ya que me pasaba el día en uno de esos sillones para los acompañantes que suele haber en los hospitales y que no son demasiado cómodos”.

Durante ese tiempo su marido también estuvo, en algunas ocasiones,  piel con piel con las pequeñas en aquellos primeros días y además  contaron  con el apoyo incondicional de su familia.

Tras 20 días en la UCIN al fin An. y Af. pudieron dejar las incubadoras y pasar a Neonatología. Allí todo cambió:

-“Ese cambio fue a peor porque solo nos dejaban estar con ellas a la hora de las comidas. Como  yo tenía a dos pequeñas solo podía darle a una, a la otra le daba una enfermera, porque no dejaban que ningún familiar me acompañara . En la toma siguiente  alternaba para alimentar a la otra niña, y así sucesivamente. No entiendo el por qué de ese absurdo protocolo ya que mientras estaban en las incubadoras podía estar todo el día con ellas”.

En el servicio de neonatología Af. permaneció ingresada dos semanas más y An., con alguna complicación, estuvo todo un mes. Esto hizo que la vuelta a casa fuese bastante complicada al estar cada bebé en un lugar (el hospital no está en el mismo lugar que la residencia de la familia).

-“Una vez las dos en casa todo fue fenomenal. Haberlas tenido en brazos siendo tan pequeñas me ayudaba y me daba seguridad.”

 

“Actualmente tienen 7 años y están grandes y sanas”

“Actualmente tienen 7 años y están grandes y sanas”

 

 Lo que nos encontramos

 

  • En demasiadas ocasiones no todo el personal de un servicio está dispuesto a introducir cambios, aunque la evidencia científica apunte a que esos cambios son lo mejor.
  • Otras veces el trato, los protocolos y las formas cambian mucho de un servicio a otro y el poder estar o no con tus bebés depende de un jefe de una planta, de un servicio completo o del personal que haya de turno en ese momento,

¿tiene eso alguna lógica?

¿Tiene sentido que la posibilidad de dispensar el mejor trato posible a unos bebés, dependa de un planning, o de la suerte?

¿No es absurdo que con toda la evidencia de los perjuicios que supone para un bebé estar separado del cuerpo de su madre, aún se siga perpetuando esa práctica
en la mayoría de nuestros hospitales?

A.C. pudo disfrutar de sus pequeñas en sus primeros días de vida proporcionándoles unos cuidados y unos beneficios que no alcanza a imaginar.

Seguimos necesitando médicos y resto de personal sanitario  informados, formados y valientes, dispuestos a introducir los cambios necesarios  en sus hospitales y madres luchadoras que exijan la no separación de sus bebés, cuando no hay motivo.

Trabajando conjuntamente conseguiremos allanar el camino para que un día todos tengamos como meta en el cuidado a madre y bebé:  La Separación Cero.

El cáncer y la muerte me llevaron a la crianza Continuum

El cáncer y la muerte me llevaron a la crianza Continuum

A menudo nos preguntamos qué nos ha hecho llegar donde estamos y criar como criamos.

Seguramente conocéis el dicho africano que dice que para criar a un hijo hace falta una tribu,
pues eso es muy cierto y vale sea cual sea la opción que crianza que elijas.

Aunque las que hemos elegido la crianza «con apego», crianza respetuosa, crianza natural, crianza autorregulada  o como quieras llamarla (yo la llamo crianza Continuum, jejeje no hace falta que os diga porque) a menudo vamos a contra corriente y nos sentimos aisladas. Muchas no tenemos a nuestro alrededor gente tanto de la familia o amigos que hayan optado por este tipo de crianza y con el primer hijo menos aún.

Las que vivimos la crianza así, no hacemos las cosas porque sí, porque los han hecho así con nosotras o porque lo hacen todos así a nuestro alrededor. Nos preguntamos el porqué, buscamos información, evidencia científica en libros o en internet para apoyar o avalar lo que nos dictan nuestro instinto.

Ahora, echo la mirada atrás y pienso dónde se han torcido las cosas, aunque ha sido para mejor desde luego. Cual o cuales han sido los puntos de inflexión que me han hecho elegir la crianza Continuum?

Curiosamente para mi estos puntos de inflexión han sido cosas graves, traumáticas que me llevaron a un camino que luego seguí recorriendo porque me sentía mucho más a gusto. Como dice el dicho no hay mal que por bien no venga… ¡Ay que horror cuando lo pienso!

El primer punto de inflexión fue que enfermarán mis dos padres de cáncer. Te preguntarás cómo eso te encamina a la crianza Continuum? Pues porque informándome sobre la enfermedad empece a darme cuenta de lo enferma que está nuestra sociedad y a replantearme mi alimentación entre otros. Así que cuando me quede embarazada desde luego quise  el mejor alimento para mis bebés y al esperar dos me informe bastante sobre el tema y acudí a un grupo de apoya a la lactancia para múltiples.

 

Lactancia crianza Continuum

 

¡Todo empieza con la teta! ¡Pero la teta bien dada! A demanda, sin horarios, confiando en que el bebé sabe y que mientras le damos cuando pide recibirá lo que necesita. Y si hay un problema para eso están las asesoras de lactancia y los grupos de apoyo. Aunque estoy generalizando y obviamente se puede dar el pecho y no seguir en la crianza Continuum o criar así con lactancia artificial porque hay tantos caminos como vidas.

 

Crianza Continumm

 

Pero una vez interiorizas que el bebé sabe y respetas sus ritmos, ya sueles coger el camino de la crianza Continuum. Se suele acompañar de una manera de dormir, el colecho, de una manera de introducir la alimentación complementaria, el Baby Led Weaning, de un contacto más cercano, con el porteo y/o el masaje, una forma de criar en general y a veces incluso de educar siguiendo el respetar sus ritmos.

El segundo punto de inflexión fue la muerte de mi bebé al nacer. Como estaba embarazada de mellizos a pesar del trauma que me supuso tuve que seguir con la crianza de mi otro bebé y desde luego me incito a hacerlo con más empeño y más ganas si cabe de hacerlo mejor.

Yo creo que eso fue lo que me empujó a querer ayudar a otras madres, en participar en el grupo de lactancia de manera activa y en hacerme asesora de porteo y Asesora Continuum. Porque a veces de lo peor sale lo mejor.

Y ahora cuando echo la mirada más atrás todavía, y recuerdo un tiempo en el que el método Estivill no me parecía tan malo, en el que me parecía exagerado que un niño de dos años siguiera mamando y otras lindezas por el estilo, me doy cuenta que la maternidad (y paternidad) es un camino con sus curvas sus cruces en el que sigues de un lado u otro. Y que como dice el dicho en Francia sólo los tontos no cambian de opinión.

¿Y tu te has parado a pensar que te ha hecho elegir el tipo de crianza que vives? ¿También han sido originados por algo grave?

Cómo ser una buena asesora de lactancia

Cómo ser una buena asesora de lactancia

Voy a proponerte un ejercicio  para tu memoria: Intenta recordar tu época de estudiante. Piensa en algún profesor  de esos que aún recuerdas. De los que conseguía que te apeteciera no faltar a sus clases, que consiguió despertarte pasión por una asignatura o un tema que quizás, a priori, no era de tu interés.  ¿Lo tienes?  Ahora piensa en qué tenía de especial con respecto a todos los demás. Seguramente has tenido en tu vida escolar decenas de profesores, pero sólo unos pocos dejan esa huella.

 

A lo largo de nuestra vida vamos conociendo muchas personas de las que aprendemos.

Aprendemos de lo que nos enseñan, de lo que no nos enseñan, pero sobre todo aprendemos mucho del cómo.

Aprendemos más de su aCtitud que de su aPtitud.

A estas alturas ya todo el mundo sabe que un buen asesor no es sólo aquél que tiene muchos conocimientos en su campo. Un buen asesor, es aquél que sabe transmitirlos de tal modo que cumpla su función. Que le sirva a la persona que le pregunta.
La semana pasada Elena López  nos explicaba la importancia de saber asesorar en porteo, y yo hoy quiero hablaros de cómo ser una buena asesora de lactancia.

He empezado queriendo que recordéis a alguna persona que os inspiró en vuestra infancia y/o juventud, porque al final, esa es la meta.  Algunas personas piensan que para ser una buena asesora de lactancia hay que saberse muy bien la teoría, conocer al dedillo los compuestos de la leche materna, saber distinguir patologías por los síntomas, ver frenillos y clasificarlos por grados, saberse todo lo relacionado con la fisiología de la lactancia… y es cierto. Todo eso hay que saberlo. Pero no basta.

En un campo como el de la lactancia, que es como siempre digo: multifactorial, complejo, en el que confluyen tantos aspectos a tener en cuenta y no sólo los físicos… es un campo como este no basta con saberse muy bien la teoría.
EL otro día relataba en un post para mi blog mi primera visita a una asesora de lactancia tras el parto.
Imaginad: madre primeriza, dolorida, asustada, preocupada… Mi bebé no había hecho pis ese día y a mí me dolía el pecho, tenía incluso una herida en la areola. En la clínica sólo supieron darme pezoneras y decirme que me pusiera crema hidratante en la herida ( sí, crema hidratante de la cara… sin comentarios). Afortunadamente yo sabía de la existencia de los grupos de apoyo y de las monitoras de lactancia ( como se llamaban en esa época en esta asociación en concreto). Así que el mismo día que salí de la clínica, sin poder apenas sentarme del dolor de la sutura de la episiotomía y las hemorroides, fuimos a buscar ayuda como quien va a Lourdes.
Para resumir la historia, decir que las palabras que me dedicó esta persona fueron literalmente:

-«Esto está muy mal. Este niño lleva mucho sin comer, seguramente le ha bajado la glucosa y la glucosa es el alimento del cerebro»

Si os digo que empecé a temblar… sólo acertaba a decir:

-«Pero ¿está bien? ¿le he causado daño cerebral a mi bebé?  ¿Se va a poner bien? ¿Es irreversible?

Y todo eso mientras lloraba presa del pánico. Pánico como pocas veces en mi vida.
Me imaginaba siendo la causante de lesiones cerebrales en mi hijo. Y yo sólo había intentado ser la mejor madre del mundo, como todas. Quería un parto natural porque sabía que «era lo mejor». Dije que no le dieran biberones porque quería que tomara teta. Aguanté el dolor porque creía que es: lo que hay que hacer. Y en ese momento, con esa frase sólo me veía como una perfecta irresponsable que le había causado a su hijo poco menos que parálisis cerebral.

¿Creéis que es exagerado?

Si habéis sido madres y os habéis topado con este tipo de comentarios o similares en medio de una dificultad, sin duda sabéis que no es exagerado.

Una madre recién parida es básicamente una máquina de preocuparse. Biológicamente esto tiene todo el sentido, porque es lo que hace que sepamos si todo va bien, y si no, que hagamos algo para solucionarlo.

Por eso el trabajo de las asesoras de lactancia es tan delicado. Por eso no me cansaré de insistir en que no basta con saber, no basta con conocerse el Lawrence de memoria. Ni siquiera basta con acumular diplomas. Eso está bien, pero no basta.

Hay que reconocer que nuestra actitud, nuestro mensaje, nuestro lenguaje corporal, nuestro vocabulario, el tono, las miradas… todo ha de ir en consonancia con lo que queremos: TODO. Y lo que queremos no es demostrar cuánto sabemos y que sabemos arreglar cualquier problema que se nos presente.

Taller Habilidades de Comunicación para Asesoras de Lactancia

Uno de mis talleres presenciales AsesorArte: Taller Habilidades de Comunicación para Asesoras de Lactancia

 

 

Si esa es tu actitud, seguramente tendrás muchas batallitas que contar de lactancias salvadas y muchas madres dándote gracias cada vez que te ven. Como decía un sabio: «Ya tienes tu propio pago».  Pero para mi la actitud adecuada, la que intento transmitir a mis alumnas es:

«Las asesoras de lactancia estamos para contribuir a que las madres consigan lactancias exitosas y placenteras»

  • Y eso pasa por dar confianza, no por restarla.
  • Eso pasa por mostrar cómo pueden hacerlo ellas y sus bebés, no sólo con hacérselo nosotras.
  • Eso pasa por saber cuál es el problema, sí,  y buscar soluciones, pero no ganamos nada con añadir culpa a la que ya traemos todas las madres de serie.

Para conseguir amamantar , y más cuando hay problemas, la madre necesita empoderarse y confiar en que ella puede. Y mostrarle cómo. Echar más leña a la hoguera de la sempiterna culpabilidad materna lo único que hace es ponérselo aún más difícil, sea cual sea la dificultad que tenga que vencer.

En mis casi 9 años como asesora de lactancia, he visto muchas cosas. Yo misma actuaba al principio de una forma que sólo el tiempo y el deseo de estar a la altura de la confianza que me otorgaban las madres han ayudado a pulir y mejorar.

Una buena asesora no aprende sólo de los libros y los cursos, aprende sobre todo de observar a las madres, a los bebés, y de replantearse siempre su propio trabajo, su propia actitud, sus propias formas de trabajar y sobre todo desde dónde lo hace.

No digo que a veces no seamos nosotras las responsables de haber «salvado» una lactancia… pero sólo en un sentido, y mucho más pequeño del que creemos,  por eso odio esa expresión. Porque al final, quien está toma tras toma con el bebé en brazos, a pesar del sueño, luchando contra su miedo, con el dolor a veces, con  la inseguridad, con el sentimiento de ser una mala madre y una incompetente,  con las críticas y la falta de apoyo… esas son las madres, no nosotras. Las lactancias las salvan las madres y sus bebés.

Así que si eres una asesora de lactancia o te estás formando o quieres formarte en el futuro, pregúntate:

  • ¿Tengo claro que debo trabajar mi aCtitud y no sólo mi aPtitud?
  • ¿He resuelto mis propias «heridas» para no añadir esa carga emocional personal en mi trabajo con otras madres?
  • ¿He entendido que mi trabajo nunca es juzgar a las madres y sus familias?
  • ¿Soy crítica con mi propio trabajo para aprender de mis propios errores?
  • ¿Soy humilde para aceptar aprender de quien en principio parece que no tiene nada que enseñarme?

 

Si has respondido que sí…  felicidades… estás en el camino. <3

 

Dos partos… Dos lactancias… La misma madre

Dos partos… Dos lactancias… La misma madre

Naciste de mis entrañas una mañana de calor
Naciste de mis entrañas en una fría mañana de invierno
Papá estaba esperando para poder ver tu color
Papá te cogió con sus manos, yo no podía creerlo
Pese a un gran desgarro, en la sala solo había amor
Pese a un pequeño desgarro, en el coche solo había amor
Sin fuerzas te quedaste, el parto fue agotador
Con fuerzas llegaste, el parto fue prometedor
Solos empezamos la aventura de la lactancia, con el corazón
Con experiencia, empezamos la aventura de la lactancia al unísono
Mamá y papá ponían todo de su parte para que fuera a mejor
Tú solita supiste qué hacer desde el minuto uno
Aunque costó un poquito, todo fue descubridor
No costó nada y todo era un lindo camino
La lactancia se estableció porque fuiste un luchador
La lactancia se estableció, las dos éramos uno
Disfrutamos 3 años de ella y todo era amor
Seguimos disfrutando de ella, hasta el día en que tú me digas un “no”.


 

Con este pequeño relato, con este poema, juego de contrastes, quería contaros que mis dos lactancias han sido exitosas pese a lo diferentes que fueron los partos y situaciones que viví con mis dos hijos.
El mundo de la lactancia no siempre es un camino negro en el que las mamás solo encuentran problemas, también hay lactancias exitosas. También hay lactancias bonitas desde el primer día. También hay lactancias de esas en las que no tienes más que dar a tu bebé lo mejor de ti durante el tiempo que lo necesite.

Le diste un sitio donde crecer durante nueve meses
Que nadie te robe ni tu parto ni tu lactancia

“Tal vez tengáis ocasión de
contemplar un espectáculo más
maravilloso que el que ofrece un
bebé mamando del pecho de su
madre, pero dudo que sea en esta vida”

Adrian Cordellat

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