Adivina adivinanza… Porteo Seguro

Adivina adivinanza… Porteo Seguro

 

Hoy os quiero traer, en clave de humor, un pequeño juego:

 

A ver si consigues identificar los tips de porteo seguro que os doy en este vídeo mudo.

 

 

 

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¿Ha sido fácil? Espero que así puedas guardar en tus retinas estas claves de porteo seguro de forma más sencilla y duradera. Muchas veces las imágenes valen más que 1000 palabras.

Este vídeo lo preparé para una de las tareas para el módulo de Comunicación de la Formación de Asesoras Continuum.

¿¿¿Sabes que pronto se van a abrir las inscripciones para la 4ª  Promoción???
Aquí puedes ver toda la información 🙂

 Porteo seguro

Mi bebé tiene displasia de cadera

Mi bebé tiene displasia de cadera

Su bebé tiene displasia de cadera, debe llevarla al traumatólogo, aquí tiene una recomendación, no se preocupe todo está bien, nos vemos al siguiente control».  Salía de la consulta del pediatra llena de pena y  miles de preguntas, ¿qué pasará ahora?, ¿qué debo hacer?, ¿qué le pasa a mi hija?, ¿qué hice mal? Lo recuerdo claramente, me sentía muy mal, sentía que todo era culpa mía.

Llegué a casa y llamé a mi pareja y a mis padres, recuerdo que lloré en todas las llamadas, de verdad no tenía idea de que se trataba, y aún menos sabía que yo también había tenido displasia de cadera cuando era un bebé.

Y desde ese punto comenzó mi búsqueda insaciable por internet.

Poco a poco mi búsqueda me llevó a miles de respuestas y artefactos varios para tratar la displasia, uno de ellos era mi amado fular, un nuevo beneficio para mi amado porteo, sería nuestro gran aliado en esta nueva aventura juntas. Fue un descubrimiento maravilloso, porque porteabamos desde sus 10 días de nacida, no de la mejor forma, pero esto sería una invitación para seguir probando y practicando nuevas formas de portear.

Llegó la hora del traumatólogo y partimos en nuestro fular, el doctor nos miró bien raro al vernos con una tela envueltas, pero no dijo absolutamente nada. Revisó a mi pequeña y miro los rayos, nos explicó detalladamente de que se trataba y el tratamiento que íbamos a seguir. Si todo iba bien, seguíamos sus indicaciones, a los 5 – 6 meses ya no seguiría usando las correas de pavlik. Ya en la segunda consulta mi pequeña comenzó con su tratamiento.

Era extraño verla así, movía muchos sus piernas jugando con ellas, su cara seguía siendo de felicidad.

A pesar de todos los miedos que sentía, mi pequeña se estaba adaptando mucho mejor que yo a esta nueva aventura.

Pasamos por muchas cosas durante su tratamiento, me agobiaba en ocasiones, pensando que ella se sintiera muy limitada en sus movimientos, y la verdad es que nunca se quejaba, además que el movimiento se lo entregaba en mayor parte yo, porque la porteaba casi todo el día.

Recuerdo que una de las recomendaciones del traumatólogo, fue cargarla a la cadera y fue cuando comencé a practicar nudos en mi fular a la cadera y me hice mi primera bandolera. Cabe mencionar que el porteo a la cadera es la alternativa más recomendada en casos de displasia aquí la información.

 

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Esta aventura sin duda, me acercó mucho más al porteo a descubrir nuevos nudos, más información y nuevos portabebés , también fue un empujón más para mi emprendimiento, con la información que iba recopilando podía dar a conocer con más propiedad los beneficios del porteo en cuanto a la displasia de caderas. Y entre las madres con quien conversaba sobre porteo y displasia conocí a una gran amiga y mi hija igual a su mejor amiga.

Esta gran aventura ya casi 5 años, recuerdo con ternura los primeros meses, fueron de cultivar mucho mi paciencia, sobre todo por tener que sacar y colocar en cada muda las correas, los sentimientos de culpa que no nos abandonan fácilmente en este camino de maternidad, también como iba con mucha ilusión a cada consulta médica esperando que me dijera por fin ya se las puedes sacar, pasamos alrededor de 5 meses con el tratamiento, pasamos de usarlas día y noche a sólo la noche, hasta que finalmente ya no las utilizamos más.

Esta experiencia sin duda nos entregó grandes momentos y sobre todo contacto mucho contacto, no estaba cómoda en la cama o en una sillita, aún no se sentaba, así que el lugar más cómodo para ambas siempre fue en brazos, fueron meses de mucha observación, de mucho contacto, de comunicación , la mayor parte del tiempo estaba sobre mí, en mis caderas, con y sin portabebés, con y sin teta.

Porteo no hiperpresivo ® – Parte 2 – Nudos a la cadera

Porteo no hiperpresivo ® – Parte 2 – Nudos a la cadera

Porteo no hiperpresivo

El mes pasado vimos como portear delante de forma no hiperpresiva con fular. ¿has practicado estos nudos? ¿Qué te parecen? ¿Has notado diferencia con otros que usabas habitualmente?

Hoy seguimos la dinámica del porteo no hiperpresivo pero ahora vamos a por los nudos a la cadera con fular también.

Estos nudos suelen ser no hiperpresivos, aunque no lo son todos, te voy a mostrar los que SI lo son.

Simple a la cadera: Puedes ver como se hace aquí con la ayuda de Elena López

porteo no hiperpresivo

Rocío López, de Acercarme a Ti. Asesora de Porteo De Monitos y Risas, nos muestra como queda este nudo.

Popins a la cadera: Sigue estas instrucciones para hacerlo. Por Elena López

porteo no hiperpresivo

Esmeralda Solís directora de Siriñadas, Asesora Continuum de la 1ª promoción y actualmente profesora de Asesoras Continuum nos enseña el Popping a la Cadera

Rebozo a la cadera: Aquí podrás seguir los pasos uno a uno por Elena López.

porteo no hiperpresivo

Ana Cotarelo de Roxoninos,  Asesora de Porteo Mimos y teta y en formación como Asesora de Porteo Monitos y Risas luce este nudo estupendamente.

 

Canguro a la cadera: En este video Elena López lo explica muy bien.

porteo no hiperpresivo

Manuela Casado de «Creciendo sin prisa», Asesora de porteo Mimos y Teta y Asesora Continuum de la 2ª promoción nos muestra el Canguro a la Cadera

 

Bucle a la cadera: Este nudo se puede terminar dando un rodeo a la cintura o debajo del culete del pequeño, si elegimos esta segunda opción tendremos un nudo acorde con lo que estamos hablando. Nohemí Hervada nos explica en este post cómo hacerlo.

porteo no hiperpresivo

Fayna Clavijo (yo) Asesora Continuum y Asesora de Porteo Mimos y teta (en formación ambas) directora de ¡Qué Tierno!

Pero esto no acaba aquí, próximamente veremos más nudos y más porteo NO HIPERPRESIVO®.

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Bailar y portear es mi felicidad.

Bailar y portear es mi felicidad.

Hoy me gustaría poder compartir con vosotras cómo el porteo ha influido en mi vida. Cómo sin él no habría podido volver cuanto antes a hacer lo que más me gusta: Bailar.

Soy bailarina profesional de tribal fusión, pionera en introducir esta danza en Valencia y una de las pocas profesoras de este estilo en Valencia. Tengo la gran suerte de tener como profesión mi vocación y mi pasión.

Desde que tengo uso de razón he bailado. La danza ha sido mi forma de expresarme y de vivir mi vida. Las pocas y contadas épocas en las que no hubo danza fueron épocas difíciles y hasta que no volví a poner la danza en mi vida no volví a ser yo misma.

Cuando tuve a mi primera hija, Marina, era muy joven, tenía 18 años, y aunque mis padres me apoyaron y me ayudaron en todo lo que pudieron, fue muy duro. No hubo danza, ni lactancia, ni colecho, y por supuesto no hubo porteo. Crié a mi hija lo mejor que supe pero me dejé llevar por aquella crianza que me impusieron mis padres, ya que vivíamos con ellos, y en mi desinformación me dejé llevar.

No me imaginaba que las cosas se podían hacer tan diferentes a como me las enseñaron, que sí se podía criar como mi instinto me dictó, pero que yo reprimí porque contradecía lo que mis padres, pediatras, y cualquier persona con más edad que la mía me decían que debía ser. Así que cuando me volví a quedar embarazada no lo dudé ni un segundo, esta vez todo sería diferente, todo se haría a mi manera.

Doce años después llegó mi segunda oportunidad, estaba embarazada de nuevo. Así que durante el embarazo bailé, bailé acunando en mi útero a mi pequeño, sentía cómo cuando bailaba él se quedaba quieto, sintiendo el movimiento que se generaba entre ambos, sintiendo cómo nos compenetrábamos, cómo se relajaba y lo bien que me sentía cuando nos mecíamos juntos entre la música.

Bailé hasta pocas semanas antes de que mi pequeño naciera, aunque a nivel profesional mi última actuación fue estando de 30 semanas. Bailé con mis compañeras una fusión con flamenco y así mi hijo bailó dentro de mi ante el público que se maravillaba de que bailase con semejante barriga.

A las semanas de nacer Lucas fue cuando empecé a portear, con el fular comprobé lo cómodo que era poder llevar a mi pequeño junto a mi todo el rato, podía darle de mamar en cualquier momento, en cualquier lugar y sin apenas hacer nada, un pequeño cambio en el fular o bandolera y ya está.

Todo un mundo de posibilidades se abría ante mi

Poco a poco, en casa, me empecé a poner a Lucas en el fular, bailaba suavecito y él encantado, parecía que recordaba el baile, le tranquilizaba, le dormía. Qué gozada era poder volver a bailar y poder hacerlo sin despegarme de mi pequeño. Gracias a la ayuda de Red Canguro aprendí como ponerme a mi pequeño a la espalda, pues tenía una idea en la cabeza: actuar con mi niño.

Llegó el día en que me sentí suficientemente segura como para poder bailar con él en la espalda y ante un público. Así que me fui a la quedada de Red Canguro con una pregunta más: “ ¿Podéis enseñarme acabados bonitos para que me quede el fular apañado para bailar?” Y casi como si se lo hubieran preparado las chicas saltaron: “ ¡¡El Pindonga!!” jaja. Ahora es mi nudo estrella.

Y llegó el 1 de Noviembre de 2013 y fue el momento en el que sentí que todo estaba bien, que el niño quería, y yo lo deseaba y junto a mis compañeras volví a poner un pié en el escenario con mi pequeño.

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Mil emociones me invadían, después de tantos años de actuar volvía a estar nerviosa antes de salir, pero esta vez mi preocupación era si Lucas estaría a gusto mientras bailábamos. Y cuando empezamos a bailar no podía contener mi sonrisa de lo emocionaba que estaba, de sentir a mi pequeño tranquilo y dormido en mi espalda, de sentir cómo todo cuadraba. Era tal y como tenía que ser.

Aquí os dejo el video de ese momento tan bonito de mi vida que me gustaría compartir con vosotras y que sin el porteo no habría sido posible. Y con esto te animo a que no dejes de hacer las actividades que más te gustan, ¡mejorarlas en compañía de tu bebé! porque es mucho más bonito y se disfruta mucho más.

 

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Medjai Hafloween 2013 from Nuria Gallego on Vimeo.

8 motivos para portear en fiestas

8 motivos para portear en fiestas

Ayer fue fiesta en mi pueblo. Día de procesión. Es el día en el que empieza todo y como ya había ganas de jaleo también era día de aglomeración.

Como un pueblo pequeño como el mío, las fiestas patronales de verano suelen esperarse con muchas ganas. Es tiempo de estar en la calle, de reencontrarse con la familia y los amigos, con la gente a la que solo ves esos días en el año…

Pero claro, como todos pensamos lo mismo al final nos vemos en medio de un tumulto de gente donde no siempre es fácil moverse, y menos aun con niños.

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Por eso hoy quiero contarte mis 8 motivos para portear en las fiestas del pueblo.

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1. Evita el traqueteo en las calles empedradas. Las calles del centro, donde se desarrollan principalmente las actividades, están empedradas y muchas son bastante empinadas. Mi pueblo es precioso y las calles así contribuyen a ello, aunque esta preciosidad no hace precisamente cómodo andar con un carrito. Portear te ahorra el traqueteo.

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Plaza de Santa María con el típico empedrado de las calles y plazas de Arjona.

Plaza de Santa María con el típico empedrado de las calles y plazas de Arjona.

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2. Evita barreras arquitectónicas. Al ser un pueblo con historia sus calles estrechas y retorcidas que normalmente no son demasiado fáciles de transitar se hacen casi imposibles al llenarse de puestos callejeros de venta ambulante, las aceras desaparecen y las barreras arquitectónicas aumentan. Dejar el carro en casa es una buena opción.

3. Te facilita moverte en las aglomeraciones. Cuando hay algún acto importante a todos nos gusta participar por lo que muy fácilmente se forman aglomeraciones, mucha gente en espacios relativamente pequeños, cuanto menos espacio ocupes más fácil es moverte. El volumen de un carro dificulta considerablemente acudir a estos actos. El porteo te facilita poder ir a todas partes y moverte con facilidad.

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Plaza de Santa María durante la procesión

Plaza de Santa María durante la procesión

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4. Permite a tus hijos estar a la altura de la actividad. Los niños, siempre curiosos quieren formar parte de la novedad, enterándose de todo y participando en todo. Llevar un portabebé hace que estén a una altura que les permite interactuar con el ambiente sin necesidad de subirles en brazos, lo que es tremendamente cansado y dañino para la espalda (te lo digo yo que soy fisioterapeuta).

5. Necesitas menos espacio. Después de un acto importante toca tomarse una caña (sin alcohol si estáis con lactancia materna). Llegas a un bar con un grupo de amigos y 2, 3 ó 4 carritos, imposible encontrar una mesa con tanto espacio alrededor, si intentas coger un lugar en la barra es aún peor. La solución es de nuevo un portabebé ergonómico que ademas de ahorrar espacio facilita que tengas a los más pequeños controlados sin necesidad de agacharte constantemente a ver si están bien.

6. Puedes dar el pecho en cualquier lugar. Claro que con tanto ajetreo a tu peque le ha dado hambre, buscar un lugar donde sentarte, cogerle en brazos y darle el pecho… ¡Ah no! si no es necesario, reajusta un poco el portabebé bajando al niño y podrás darle el pecho cómodamente sin moverte del sitio. El porteo ha vuelto a salvar tu vida social.

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Amamantar en portabebé es posible en cualquier lugar

Amamantar en portabebé es posible en cualquier lugar

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7. Puedes atender a más de un niño a la vez. Si tienes un hijo mayor al que atender, como siempre, sean fiestas o no, el porteo te ayuda dejando que tengas las manos libres y puedas atender al mayor sin tener que dejar al pequeño en otro lugar.

8. Si los peques se duermen… Y ahora llega la pregunta estrella: «¿Y si se duerme?» Pues si se duerme simplemente sujetale la cabeza, si es que no la llevaba sujeta ya. Con la capucha del portabebé o simplemente subiendo un poco la tela ligeramente por encima de su oreja.. y listo, continua disfrutando con lo que estabas haciendo.

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Estas son algunas razones por las que portear en fiestas hace más fácil tu vida con un bebé, ademas de los beneficios que habitualmente tiene el porteo que puedes ver aquí.

Recuerda que para que el porteo sea respetuoso con tu cuerpo ademas de ser seguro para el bebé debe ser porteo no hiperpresivo, algunas compañeras te han hablado de ello aquí y también nuestras formadoras lo han hecho aquí.

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Si en estas fiestas quieres portear y disfrutar estos días especiales de otra manera, con tus hijos, no olvides que puedes encontrarme en nuestro facebook y en nuestro correo: CreciendoSinPrisa@gmail.com

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Y con permiso de todos los que no sois arjoneros: ¡ FELIZ FIESTASANTOS !

Portabebés y Problemas de Espalda

Portabebés y Problemas de Espalda

En muchas ocasiones una de tantas preguntas recurrentes en el porteo es: Tengo dolor de espalda por el motivo X, ¿puedo portear? Y en la mayoría de los casos aparecen casos particulares, experiencias de porteo, en las que el porteo ha sido “beneficioso”, o positivo, o por el momento lo es. El típico “uy pues yo tengo escoliosis y desde que porteo no tengo dolores”.

¿Qué parte de esto será verdad para tí?

El porteo no es una solución a un problema ni mucho menos. El porteo cuando existen dolores de espalda por el motivo que sea es, en la gran mayoría de los casos, un medio para alcanzar un fin.

Es decir: tenemos hijos que nos piden, necesitan o necesitamos coger en brazos y el porteo proporciona un medio ergonómico mejorado frente al hecho de hacerlo sin ningún tipo de dispositivo.

Si vas a llevar a tu hijo en brazos, portear de manera ergonómica es positivo sin lesiones 
y con lesiones en la mayoría de los casos.

La cuestión que se plantea es que al posibilitar el portabebé llevar al bebé de manera más prolongada ¿puede portear agravar una lesión, o una enfermedad?

Cuando en realidad deberíamos preguntarnos ¿qué lesión puede producirme o agravar llevar a mi hijo en brazos SIN portabebé?

Es decir que cargar a nuestro hijo con portabebé y de manera más adecuada será mucho menos lesivo que el hacerlo sin nada.

Al coger al bebé (incluso cuando es muy pequeño) y sin tener ningún tipo de lesión ni enfermedad tenemos todos una tendencia natural a deformar o modificar nuestra posición natural, nuestras 4 curvas .

Haz la prueba:  coge a un bebé pequeñito sin ningún portabebé, pegado a tu pecho y en posición vertical (digamos “lo más ergonómico posible”) y verás como inmediatamente de manera natural y para compensar echarás los hombros, el tronco superior, hacia atrás forzando sustancialmente tu lordosis lumbar. Con el paso de los días tendrás un dolor agudo asociado al hecho de llevar a tu bebé en brazos… Te estarás provocando una lumbalgia. Y con otras posiciones que se te ocurran…

Así que es mucho menos beneficioso todavía hacerlo sin ningún dispositivo. Y esto es cierto tanto para personas con lesiones como para las personas sin lesiones.

Lo pregunta que te tienes que hacer es:

¿Voy a coger a mi hijo aún teniendo dolor o una lesión de espalda?

Si la respuesta es afirmativa, debes saber que incluso para tiempos cortos o muy cortos existen dispositivos de porteo ergonómico que respetan mucho mejor la fisiología del adulto y del bebé.

Así que sea para el tiempo que sea, cortos o largos períodos, entonces es probable que plantearte el uso de un portabebé ergonómico para que te ayude en esa tarea sea lo más acertado.

Contacta con una Asesora Continuum o una Asesora de Porteo formada en Necesidades Especiales si crees que deberías adaptar el uso de portabebés a tus particularidades. Consultar con un especialista o tu terapeuta, que en muchas ocasiones no tienen formación en Porteo Ergonómico, puede no ser suficiente, pero ambos combinados te podrán dar soluciones y/o alternativas para un #PorteoSaludable y #PorteoSeguro

Portabebés: Sobrevivir en tres aeropuertos.

Portabebés: Sobrevivir en tres aeropuertos.

Como ya os conté en mi post del mes pasado «Mis hijos necesitan a su padre, no necesitan terminar el curso», estaba a punto de marcharme a Nueva Zelanda a vivir. Tras una larga espera, y cuatro meses estando mi marido en el otro lado del mundo y yo en España con nuestros hijos, por fin llegó el momento y nos reencontramos en las antípodas.

 

 

Hoy os quiero contar como ha sido mi experiencia del viaje con dos niños, Adriana de cinco años y medio y Yago de tres y medio.

Decir que fue un viaje fácil sería mentir, porque Nueva Zelanda son las antípodas de España.

Vamos, que si haces un agujero en Madrid y excavas atravesando todo el mundo llegas hasta ahí, a Nueva Zelanda, tierra de hobbits. Fui consciente de lo lejos que viajaba cuando cogí una bola del mundo e intenté alejarme más de España a partir de Nueva Zelanda, y lo único que conseguía era acercarme.

Y, como es lógico, volar hasta allí es toda una odisea:

  • Primer vuelo, Madrid-Dubai, siete horas.
  • Segundo vuelo, Dubai-Bangkok, otras siete horas.
  • Tercer vuelo, Bangkok-Sidney, ocho horas.
  • Y, por último, Sidney-Wellington en tres horas.

En total treinta horas de viaje que, con los cambios horarios que se van produciendo según atraviesas el mundo, se convierten en dos días enteros de viaje.

Las escalas fueron de una hora y media la más larga y, teniendo en cuenta que desde que aterrizas hasta que sales del avión suelen pasar casi 15 minutos y que hay que embarcar unos 40 minutos antes, pues os podéis imaginar mis carreras por los aeropuertos.

En todos los aeropuertos te ofrecen un carrito nada más salir del avión para poder llevar a los niños pero, empujando un carro, arrastrando una trolley y llevando a una niña de la mano, nunca lo habría conseguido.

Mi gran salvación: MOCHILA EMEIBABY TODDLER y toda la colaboración del mundo por parte de mis hijos.

 

 

 

 

Desde un principio les expliqué la importancia de salir corriendo de un avión para poder coger el siguiente y actuaron en consecuencia. De cada uno de los aviones ya salía con Yago con el portabebé a la espalda, Adriana de una mano y de la otra una gran trolley de cabina con ropa de cambio, pinturas, cuentos, tablet y una bandolera por si en un momento dado tenía que llevar a los dos en brazos.

Yago,  el pequeño, fue el más porteado, pero en el penúltimo vuelo Adriana no quiso dormir nada, así que en la última escala no podía con su alma y fue su turno.  Antes de embarcar ya estaba dormida a mi espalda.

No puedo imaginarme como habría cambiado la historia si no hubiera tenido mis portabebés.

Primero la tensión de tener que tirar de dos niños, por la presión del poco tiempo en las escalas, estrés no solo para mí sino también para ellos, que se va acumulando vuelo tras vuelo y escala tras escala.

Es como cuando te empeñas que tus hijos coman lo que tú quieres y la cantidad que tú quieres y ellos se revelan.

Eso provoca que la hora de la cena sea un infierno y sea un momento que no quieres que llegue nunca pero que tiene que llegar sí o sí inevitablemente. Esta situación me hizo sufrir mucho en su momento, ya la superé hace tiempo pero aún recuerdo ese sentir tan horrible.

Creo que la sensación de “no quiero que aterrice nunca este avión por lo que me espera” habría sido muy similar a “no quiero que llegue nunca la hora de la cena”.

Por otro lado se me ponen los pelos de punta solo de pensar en la última escala con Adriana necesitando dormir y yo obligándole a ir andando o llevándole en brazos a pulso.

Así que, como decía al principio, no puedo decir que un viaje a las antípodas sola con dos niños sea fácil, pero realmente y en gran parte gracias a los portabebés, no es tan difícil. A mi no me ha dejado un mal sabor de boca, así que eso no será lo que frene mis visitas a España.

También me gustaría compartir que entre avión y avión, me ha dado tiempo a observar un poquito como se manejaban otras mamás.

Una mamá viajaba sola con dos mellizas de 3 años y un carrito gemelar y cuando le dijeron que tenía que dejar en la puerta de embarque su silla le cambió la cara, no se veía capaz de controlar a las dos niñas y llevar las bolsas a la vez. ¿Se habría evitado un disgusto con un portabebé? ¡Por supuesto que sí!

Me crucé también con muchas mochilas. Con la grata sorpresa que casi todas eran ergonómicas, aunque el porteo no fuera del todo correcto.

Vi muchas con reductores y recién nacidos, que personalmente no recomiendo porque considero que es un apaño, porque la mochila en sí no está preparada ni diseñada para el porteo de un bebé tan pequeño. También vi alguna exageradamente baja y poco ajustada.

Al facturar en Madrid en la cola vi una chica con un bebé en una «colgona» cara al mundo. Ella, muy contenta, aunque totalmente en diagonal hacia atrás recayendo todo el peso sobre sus riñones. Cuando embarcamos ya llevaba a su bebé en brazos sin mochila, en una postura posiblemente más cómoda que la inicial. No pude evitar que en mi cara se dibujara una pequeña mueca en forma de sonrisa maligna mientras que mi cabeza pensaba “normal, así no podía aguantar demasiado”.

Independientemente de si los portabebés que vi eran o no los más adecuados me quedó claro que es una opción bastante generalizada a la hora de viajar con niños.

¿A vosotros os han ayudado tanto como a mi en algún viaje?

 

viaje nueva zelanda

 

Lo que nadie se anima a decir del porteo

Lo que nadie se anima a decir del porteo

Bueno, sí, puede que el título sea exagerado.  Sí hay gente que se anima, pero son los menos.  Y en general, las veces que lo escucho, lo escucho decir con mucha bronca, con resentimiento.

Lo que no se suele escuchar decir es «A mí no me sirvió».

El porteo no es fácil, ni es sencillo, ni es soplar y hacer botella.  No es ir a comprar un portabebé, mirar el manual de instrucciones, colocar fácilmente a tu bebé, y salir a caminar sonrientes como en la foto.  El porteo, para muchos, no es lo mejor.  O no lo es en todo momento.

Suelo escuchar como entre las madres recientes se habla de las bondades del porteo, como si fuera una receta infalible para muchos de las dolencias de los primero días, primeros tiempos.  Como se habla de los beneficios del porteo como si los portabebés tuvieran el poder de curarlo todo.

Yo creo en el poder de los portabebés, pero hay que tener expectativas reales sobre las cosas.

Cuando una tiene un bebé recién nacido, y más cuando es una madre primeriza, todo al principio es arduo y complicado.  No está bien hablar en absolutos, porque puede haber mujeres a las que el puerperio inmediato las encontró exultantes de felicidad, pero creo que no es lo más habitual.  Lo habitual es que sea la primera vez que tenemos contacto íntimo con alguien extremadamente dependiente y sumamente chiquito, para quien nosotras somos todo.  Acostumbrarnos a sus tiempos, a sus ritmos, a su manera de alimentarse, de reclamarnos, de pedir, no es fácil.  Manipular su cuerpo chiquito… tampoco.

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En medio de toda esta vorágine, las mujeres queremos encontrar maneras, herramientas que nos permitan ir surfeando las olas de nuestra maternidad reciente, y nos encontramos, o bien por consejos de amigas, amigas de amigas, hermanas, revistas, internet y demás, con los portabebés ergonómicos.  ¡Se ven tan felices esas mamás y tan plácidos esos bebés!  Lo que esas mamás cuentan ¡es tan lindo, tan apetecible!

Lo que el porteo vende no es solamente un portabebé, es una experiencia.  Y cuando tenemos un portabebés en nuestras manos, lo que queremos, es sentir eso que se supone adquirimos.

Pero varias cosas se tienen que compaginar para vivir esa experiencia; tiene que ser el portabebé correcto para esa díada mamá – bebé, tiene que ser fácil de manipular para la mamá, tiene el bebé que estar predispuesto a ser porteado (estar sin hambre, limpio, cómodo, con ganas en ese momento de estar con mamá).  Puede que la primera vez no sea la ideal, y tampoco la segunda ni la tercera, pero la mamá tiene que estar atenta en ir corrigiendo qué cosas puede estar haciendo mal para que alguno de los dos no esté cómodo.

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Cuando el porteo no resulta, pueden ser varias cosas que confluyan para que sea trabajoso; puede que el portabebé no sea el adecuado, por ejemplo.  Se suele hablar de las delicias de los fulares, pero éstos no son todos iguales, ni tienen todos las mismas características, ni se usan de una única manera, ni se sienten igual según la edad de tu bebé o niño.  Siempre hay opciones diferentes por explorar, que nos dan distintas experiencias.  Y lo mismo podríamos decir de las bandoleras, los meitais, las mochilas…

También es muy frecuente que la gente recomiende portabebés por todas sus bondades, pero luego, cuando se los ve portear en vivo y en directo, no cumplen para nada con todo lo que se supone quieren fomentar.  En estos casos, ¿el porteo es realmente positivo? ¿Qué opinan ustedes que sentirán estos dos bebés, por ejemplo?

 

Pienso que, como todo en la vida, cuando uno no sabe o no está seguro, es importante saber reconocerlo y pedir ayuda o colaboración.  La experiencia de portear puede ser de lo más dulce, placentera y sanadora, solo hay que hacerlo bien y con cuidado.  Y si no estás segura de los pasos a dar, y querés orientación en como hacerlo bien o mejor, una Asesora Continuum es una muy buena inversión.

Conciencia corporal y porteo. A mi no me duele la espalda.

Conciencia corporal y porteo. A mi no me duele la espalda.

Como mamá que portea constantemente y no usa carro he tenido que lidiar muchas veces con la pregunta:

«¿Pero no te duele la espalda de llevarlo así?»

Mi respuesta siempre es la misma:

NO

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Es normal que alguien al verme llevar a mi hijo de 2 años y medio y 12 kilos pueda pensar esto, por que si ellos lo tuviesen que llevar de repente, y durante el mismo tiempo que yo, probablemente, el primer día les podría doler la espalda. Pero yo no empecé porteando un niño así de grande, empecé con un bebé pequeñito de 3 kilos y medio y mi espalda se ha ido fortaleciendo gracias a llevarle todos los días.
Las personas llevan a sus bebés en brazos continuamente sin darse cuenta de cómo desalínean sus columnas, las cuales luego sí pasan sus facturas bajo el consabido dicho de:

“me está destrozando la espalda”

Si tienes suerte, algún allegado o tal vez en tu entorno (grupo de lactancia, de crianza, la matrona, el pediatra…) te han hablado del porteo y de las ventajas que eso va a tener para tu espalda además de los beneficios que aporta al bebé.
Y ahí vas tu, con toda la ilusión del mundo, te compras un fular, vas al grupo de porteo local, te explican un nudo para poder ponerte a tu bebé.

Te lo pones y piensas:

“qué maravilla” esto es lo que necesitaba”

Pero a las horas piensas:

“parece que se me está cargando el cuello y que la espalda otra vez se me carga, vaya”

Te desilusionas porque parecía que habías encontrado la panacea y no ha sido así.

¿Qué ha fallado aquí?

Pueden haber fallado varias cosas: desde que el portabebés elegido no sea el más adecuado, pasando por que el nudo no esté bien ajustado y falte tensión, pero sin ninguna duda lo que más le falla a todo el mundo es:

la postura corporal

Probablemente al anudarte el fular o colocarte la mochila no te habrás percatado de cómo has colocado tu propia espalda, qué tenías que hacer con tus hombros para que al acabar de anudar tu espalda estuviese es la posición adecuada.

Si cuando te colocas el portabebés tus hombros están rotados hacia adelante y la espalda un poco encorvada el portabebé mantendrá esa postura haciendo que te duela la espalda. Pero si al ajustar y anudar/abrochar el portabebés llevas tus hombros hacia atrás colocando la espalda recta verás que ese dolor de espalda ya no aparece.

La tela debe de ser tu aliada

Para que veas cómo un trozo de tela puede ayudarte en tu día a día, y con la idea de que puedas aplicar esto cuando porteas, te voy a proponer un par de ejercicios.

 

1- “El cocinero japonés»

Tradicionalmente en Japón cuando se tenían que realizar trabajos de carga o cuando el trabajo requería que la persona estuviese mucho rato mirando hacia abajo, se colocaban un obi (pañuelo) que entrelazaba los hombros formando una cruz justo entre las escápulas que impedía que los hombros se desplazasen hacia delante y por tanto que la persona se pudiese corvar. Esto es muy fácil verlo en cocineros japoneses. También se usaba para recoger las largas mangas.

Japonés1- Coge un cinturón o pañuelo y colócalo por detrás de la espalda.

2- Lleva las cintas hacia delante por debajo de las axilas y súbelas por encima de los hombros.

3- Crúzalas por detrás de la espalda estirando bien de ambos extremos.

4- Pásalas por debajo de las axilas y abrocha el cinturón delante del torso.

La forma tradicional japonesa anuda al lado formando lo que puede hacer que se abran demasiado las costillas por delante y se arquee demasiado la espalda, pero si un día el pañuelo del que se dispone es más corto se puede anudar de este modo.

2- “El cinturón escapular”

Consiste en atarse el cinturón alrededorCintura escapular del torso, justo por debajo de las axilas y por encima del pecho y de las escápulas. Hay que apretar fuerte mente el cinturón.

Aquí el cinturón hace la función que deberían hacer los serratos (los músculos que activan el movimiento de las costillas por debajo de las axilas), activando las costillas y entrándolas. Al hacer ese movimiento automáticamente las escápulas se colocan en su sitio.

Nada más te colocas el cinturón puedes comprobar cómo cambia la respiración, y cómo todo la zona del cuello se relaja (las embarazadas lo notan mucho en la respiración porque se libera presión del diafragma comprimido por el bebe).

Con estos dos ejercicios es muy fácil ver cómo una buena postura libera tensiones y cómo además usar elementos, como cinturones o telas, nos pueden ayudar a ello. Con el primer ejercicio notarás que el cinturón impide que te vayas encorvando (cosa muy habitual al trabajar sentado), y con el segundo ejercicio notarás que puedes respirar mejor y que los hombros se relajan.

Espero que esto te ayude a mejorar tu conciencia corporal y tu día a día mejore, pero sobre todo espero que tus momentos de porteo sean saludables y placenteros.

¿Te ha servido de ayuda este post?

Cuéntanos tu experiencia al poner en práctica estos ejercicios y si ha cambiado tu percepción a la hora de portear. Tu experiencia es importante para nosotras. Gracias.

Los portabebés para mi bebé

Los portabebés para mi bebé

Estamos en julio, y yo metida de pleno en el síndrome de nido. Bueno, nosotros metidos en pleno síndrome del nido porque mi pareja esta exactamente igual que yo.

No nos preocupan las ropas, no nos preocupan cunas, ni cochecitos, no nos preocupa preparar su cuarto porque es el mismo que el nuestro y el de su hermana, no nos preocupan las cuestiones que suelen ser las más habituales.

Nos preocupan los portabebés y los pañales de tela que usaremos con nuestro bebé, principalmente los portabebés, porque el pequeño pegado a mi pecho, principalmente, no necesita más en realidad.

Así que mi mayor preocupación, y por extensión la suya, como experta en porteo, en la recta final de mi embarazo es preparar los portabebés de mi pequeño Erik.

Y como se que al mismo tiempo muchas también estáis preparando la llegada de vuestros hijos, y también es una cuestión que os genera duda, voy a contaros que portabebés estoy preparando yo para las primeras semanas y el motivo de que sean esos, para que os sirva de ayuda si es posible.

No os hablo en este post como asesora, os hablo como madre, como usuaria, si queréis unas recomendaciones como asesora, os remito al articulo que escribí hace poco para la Red Nuakea, Preguntas que nos debemos hacer para elegir un portabebés. Como veis en la foto, no somos los únicos apasionados en la casa por los portabebés que usaremos con el pequeño.

preparando portabebés

 

Su hermana también esta pendiente de cual usara ella con el pequeño, sin percatarse de que ella, con sus seis años recién cumplidos, prácticamente se acaba de bajar de ellos hace cuatro días. Pero los conoce, los reconoce, sabe lo que conllevan, los ha disfrutado y esta muy contenta de que su hermano tenga un lugar esperándole cuando nazca que es justo el que espera el pequeño.

Cuando nació ella, allá por 2009, la esperaba una bandolera muy sencilla de algodón, con anillas inadecuadas y un fular elástico (no demasiado bien ajustado ni colocado, las cosas como son), nada más y nació en junio.

Pasamos mucho calor con el fular elástico y mucho miedo por nuestro poco manejo con la bandolera. Menos mal que pronto, el mismo verano entraron en juego fulares finos tejidos, bandoleras mucho más adecuadas y ya fue un no parar.

Al pequeño le esperan muchas opciones, casi para poder elegir a diario, según la actividad y el día que tengamos en mente.

Como podéis ver en esta imagen (sin niña tumbada entera refregándose por todos los portabebés que huelen a mamá y a ella juntas) hay un poquito de todo, fulares, bandoleras, una emeibaby para papá, faltan MeiTais evolutivos de fular, pero es que somos muy de fular y bandolera la verdad.

selección de portabebés

¿Que fulares y que bandoleras? pues os lo desgrano brevemente.

Tenemos tres bandoleras preparados, dos de ellas de tejido de fular y una de tejido wax africano de algodón, el primer tejido africano que hace años llego a nuestras manos, frescas y ligeras las tres, con tejido de fular de gasa y de algodón y bambú la otra.

En cuanto a fulares, en la imagen hay tres, habría decenas de opciones, muchas más alternativas, yo cuento con el calor que hará en agosto y con la disponibilidad de la colección que tengo en talleres, para uso propio y para uso en asesorías en talleres. En imágenes un poco de todo, un fular tejido rígido con mezcla de lino muy domadito, un elástico de bambú, un fular tejido rígido de gasa fina y un fular semielástico también.

También esta preparada una Mochila Emeibaby, pero principalmente usaremos esos fulares y bandoleros, por agilidad, por ergonómica, por temperatura, por frescura y porque nos gustan, probablemente y viendo el desarrollo y evolución del pequeño, esta selección durara poco y se ira variando continuamente.

Infórmate bien de lo que es más adecuado para vuestro bebé y vosotros mismos, busca una buena asesora, que sepa más que de porteo, que os pueda acompañar para la elección del portabebes que más os pueda ayudar a vosotros.

No hay un mejor portabebés para recién nacidos, existe ese portabebés que es más adecuado para vosotros como familia, por vuestras circunstancias y peculiaridades y no tiene porque ser el mismo que para la familia de al lado por muy bien que les fuera a ellos.

portabebés

 

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