3 nudos para fular corto

3 nudos para fular corto

Los fulares tejidos o «rígidos» son los portabebés más versátiles y en los que, además, encontramos una enorme variedad, tanto en el tamaño como en su composición.
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Un excelente artículo para conocer más a fondo los tejidos nos lo encontramos en el blog de Red Canguro. En este aspecto se ha avanzado muchísimo en los últimos años, pues ahora hay infinidad de combinaciones y de gramajes, que otorgan diferentes sensaciones y soporte a los fulares. Todo un mundo para investigar 🙂
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En ese mismo artículo de Red Canguro, encontraréis una guía de tallas estándar, habiendo unas pequeñas variaciones dependiendo de la marca y el fabricante. También varía el ancho del fular, siendo el más habitual de 70 cm.
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Un fular corto está entre los 2,7 m. (talla 2) y los 3,2 m. (talla 3). Es práctico porque al tener menos tela ocupa menos y, además, para determinados nudos no nos sobrará tela.
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Para los nudos que hoy os traigo, dependiendo del tamaño del porteador, se necesita una talla 2 ó 3.
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He decidido mostraros 3 nudos para utilizar con un fular corto, aunque hay algunos más :-).
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El primero de ellos es una Media Cruz Envolvente y sirve para llevar al bebé delante:
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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=N5OPJX7FIR4&w=560&h=315]

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El siguiente nudo, es un nudo a la Cadera Estilo Rebozo, acabado con un nudo corredizo, lo que permite un ajuste y desajuste muy rápido, semejándose mucho a la bandolera de anillas.

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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=9fvOCNMC-tw&w=560&h=315]

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Y por último, os muestro un nudo a la espalda, el Canguro Reforzado o Nudo Pirata. Un nudo de dos capas que nos permitirá llevar a bebés ya más mayorcitos.
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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=QbgRwawod6E&w=560&h=315]

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¡Espero que os gusten los nudos y que practiquéis mucho! Hay personas que realmente se aficionan a los fulares cortos 🙂
Mi Fibromialgia, el porteo y yo

Mi Fibromialgia, el porteo y yo

Hace unas semanas os presentábamos el arranque del Primer Estudio Relacional Porteo-Fibromialgia. Seguimos recopilando datos., si quieres puedes pinchar aquí para más información.

Y Hoy quiero contaros de primera mano mi experiencia en el porteo siendo afectada de Fibromialgia.

Hace muchos años, antes de que naciera mi hija Sira en 2009,  ya sabía que sufría de Fibromialgia. Mi madre es afectada y muchos de los síntomas y sensaciones eran viejos conocidos.

Sé perfectamente cuándo tuve el primer brote agudo de Fibromialgia. Fue dos o tres años antes de nacer mi pequeña y fue tras una noticia dramática en mi familia. Recuerdo hoy como si fuera ayer el latigazo que recorrió todo mi cuerpo dejándolo dolorido y entumecido y ese dolor y entumecimiento, en mayor o menor grado, no volvió a irse más. Me acompaña día a día, algunas batallas las gana él, y otras yo, pero desde ahora, desde el comienzo de mi relato, os digo que la guerra la gano yo. Porque creo firmemente que la actitud es un primer punto a tu favor, es una compañera de batalla que es bueno tener de nuestro lado.

Yo pospuse el diagnóstico firme durante años, no lo sentía necesario y no lo necesitaba. Aprendí a vivir con lo que había que por aquellos años no era excesivamente limitante o intenso.

Soy madre de una niña que cumplirá en junio seis años y espero un nuevo bebé para agosto de este año.  OS cuento esto porque también hablaré de pérdidas, que afectan también en esta enfermedad. La mayoría de enfermedades autoinmunes se comportan de una manera más ligera durante embarazos o lactancias. No siempre y no todas, es lo que hace complejas estas afecciones, pero en mi caso si es así. En mis cuatro embarazos han bajado los síntomas de diferente forma y es algo a tener en cuenta porque te enseña cosas del funcionamiento de tu propio organismo.

En mi primer embarazo, que duró apenas 6 semanas, no noté ningún cambio pero tampoco había llegado el planteamiento de que pudiera tener Fibromialgia. No tenía ningún tipo de síntoma y por lo tanto no noté ningún tipo de cambio, corría el año 2003.

Mi segundo embarazo, el de mi pequeña Sira, sí que me permitió observar una bajada en picado de todo tipo de síntomas desde el primer día de embarazo. Llegué a olvidarme que era afectada. Por aquel entonces lo que yo notaba más agudo era un síndrome de colon irritable asociado, alteraciones de sueño, trazos de fibroneblina y sensibilidad sensorial extrema en según que situaciones y sobre todo en la parte superior de mi cuerpo, especialmente parte superior de la espalda y brazos. Estos últimos en ocasiones no eran míos, pesaban, dolían, no podía levantarlos y hacer el juego de cualquiera de sus articulaciones era una pesadilla.

Pero todo desapareció, todo y quedó sólo un ligero entumecimiento en muñecas. Tanto es así que yo durante mucho tiempo bromeaba comentando que no necesitaba test de embarazo: si mis síntomas bajaban, ahí estaba el test más fiable.

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Nació mi hija en 2009 y los síntomas siguieron aplacados durante la lactancia. Llegas a olvidar que esta ahí, agazapada, esperando para ocupar el hueco que cree que le pertenece.

Creo que no soy la única que trata a la enfermedad como si tuviera entidad propia, y es que afecta a  tantas facetas de tu día a día, tienes que tenerla en cuenta para todo tipo de cosas, que al final es una más en casa. Sobre todo porque no te afecta sólo a ti, afecta a todo tu entorno y el alcance que tiene es grande.

Retomando, durante la lactancia de mi hija, todo estaba en calma, más o menos, en cuanto a la Fibromialgia. Pequeños repuntes pero nada especialmente limitante.

Es entonces cuando entró el porteo en mi vida. Desde 2009 hasta el día de hoy he probado absolutamente de todo, se convirtió en eje vital y profesión, en mi pasión al tiempo que mi trabajo.

No notaba gran diferencia en el uso de uno u otro portabebés. Siempre he escogido, porque me sentía más cómoda y segura, portabebés simétricos: Fular de Tejido Rígido principalmente, el cual tuve que aprender a usar, anudar, colocar, tensar de una forma muy suave para no notar dolor o tensión en muñecas y cuidar especialmente el giro en hombros. Pero me daba más libertad que otros portabebés, me permitía ajustarlo en función de mis necesidades de ese día en concreto.

Menos segura me sentía con bandoleras o similares, portabebés con una carga de peso asimétrica. Con ellos notaba mi estabilidad más afectada y su uso lo limitaba a momentos esporádicos y concretos, o para uso doméstico.

Tras los Fulares, vinieron MeiTais y Mochilas Ergonómicas, que cumplían esa característica que yo buscaba en ese momento de aplomo, de simetría y de apoyo bien equilibrado. Buscaba siempre poder ajustar con el porteo según me notara yo a todos los niveles ese día.

Nunca me gustaron los Pouch, por ejemplo, por esa característica de falta de ajuste milimétrico. No me permitían ajustar para nada en cuanto a lo que yo necesitaba y nunca me sentí segura y cómoda en su manejo. Me daban poco margen de ajuste personal y fueron rápidamente descartados.

Todo esto se mantuvo así hasta el destete de Sira. Con tres años y medio decidió que había llegado nuestra última toma y justo ahí se desato la madre de todas las batallas.

El repunte de síntomas fue brutal, aunque en realidad lo peor estaba por llegar pero en ese momento no lo sabía y me parecía que ésa era la gran pesadilla.

Todos los síntomas se descontrolaron, subieron, aparecieron nuevos síntomas y justo entonces decidí buscar un diagnóstico oficial y firme.

Aún recuerdo a mi médica de cabecera diciéndome que dado todo lo que yo le contaba, me agarrara bien porque estaba bastante más que claro.

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Un mes y  medio después salía de una consulta de reumatología con un papel que ponía lo que yo ya sabía. Temblando como una hoja, era una afectada más de una enfermedad poco conocida y aún menos reconocida o tenida en cuenta. Sólo por verlo escrito en un informe me sentí mucho peor, no era lo que yo buscaba. Pensé que sentiría alivio y por el contrario me sentía condenada. Me duró  unas semanas esa fase de duelo intenso.

Pero lo capeé como hago con todo,  con dosis de paciencia y buen humor y ver hasta donde podía estirar los limites. En este tema no entiendo de zonas de confort y no le permito que me ate a mi casa o mi cama. Me gusta pensar que soy ese tipo de personas que a todo lo negro le saca blancos o matices de grises brillantes.

En cuanto al porteo que es lo que nos trae hasta aquí, se reafirmó mi experiencia anterior, sólo que me costaba bastante más anudar las tiras de un MeiTai y me ayudaba más una mochila. La niña ya tenía por entonces tres años y medio y durante un tiempo me limité a usar un par de buenas mochilas ergonómicas  adaptadas a su edad y envergadura, y poco más. Con el tiempo, fui volviendo a mis queridos fulares, poco a poco, pero cambiando nudos o posiciones que fuesen menos exigentes para mis articulaciones y me, dieran al mismo tiempo, un sostén más solido a nivel confort. Nudos con fulares de mezclas más estudiadas, linos gruesos o cáñamos, o fulares de algodón con un grosor superior, evitando todos aquellos que se clavaran por poco que fuera.

Buscando sobre todo posiciones en espalda, bien asentadas, con varias capas y bien estructurados, evitando presión en cintura o torso. Por esos momentos mi nudo fetiche era un canguro a la espalda, reforzado y con acabado tibetano, siempre el mismo, con los mismos pasos estudiados y las tensiones compensadas o una buena doble hamaca bien compensada y ajustada.

Para brotes muy fuertes, en los que no me fiaba de mi propia estabilidad y por seguridad de ambas, opté por una silla de paseo muy ligera que fue una gran aliada en ocasiones. Fue necesaria y reconozco que me costó hacerle hueco en el día a día, pero era una cuestión simple de salud y seguridad. Algunos días no podía y no debía portear a la pequeña, por ella y por mí.

Durante esa época probé un poco de todo. Tenía un tratamiento farmacológico que casi acaba antes de tiempo con nuestra lactancia por falta de información de los médicos. Una vez más la red de madres y comadres funcionó y decidí dejar de forma paulatina  la medicación porque no me permitía vivir como yo quería.

Casi a la vez que el  diagnóstico llegaron las ausencias y una fibroneblina muy intensa, hasta el punto de no saber dónde estaba en mi propia casa. Duraban minutos y tenían una frecuencia de una o dos cada quince días. Fue subiendo y subiendo su frecuencia hasta producirse hasta siete u ocho en un solo día. Y ahí me di cuenta que le había soltado las riendas y volví a sujetarlas cortas. Pasamos unos meses haciendo más pruebas y estaba claro que esas «ausencias» eran puramente tensionales, era una olla a presión. Mi hija las detectaba con facilidad y me avisaba que me «había ido de viaje», me daba mucha rabia que ella me cuidara en esos momentos, porque tenía apenas cuatro años.

Acupuntura, reflexología, masajes, yoga, en mi caso todo funciona relativamente bien durante un tiempo, hasta que dejaba de hacerlo, sin más.

Pasé mucho tiempo sin ningún tipo de tratamiento salvo analgésicos fuertes cuando estaba en brote muy fuerte. Brotes incapacitantes que veía venir desde días antes y que me tumbaban varios días. De nuevo una buena red de comadres ayudó y mucho.

Hace poco más de un año tuve una nueva pérdida en un tercer embarazo, de nuevo en torno a la semana siete. La subida de síntomas en este caso, el repunte que sufrí, fue brutal. Hasta el punto de pensar que le había perdido por completo el control y nunca más lo retomaría. Llegué a estar fuertemente medicada, casi no era yo misma. Cualquier pequeño cambio de temperatura ambiental se convirtió en un tormento. Aparecieron en mi casa los bastones y el miedo a salir a la calle a la mínima brisa o cambio climático. Pero no fue así: amordazar a la bestia en ocasiones depende mucho de una misma. Llevó un tiempo pero la amordazamos de nuevo.

Mi pequeña se “desporteó” este verano pasado tras cumplir los cinco años. Lo añoro tremendamente. Aún pide de cuando en cuando que la suba en mis piernas, sentadas las dos, arropadas por un fular, y es nuestro ratito de paz. Para nosotras el porteo ha sido vida. En muchas ocasiones no hubiese podido tomarla en brazos sin esa ayuda extra, es una niña muy intensa y el porteo es justo lo que necesitaba, lo que necesitábamos la dos.

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Actualmente estoy embarazada, en agosto de 2015 nacerá mi pequeño. La bajada de síntomas en esta ocasión no fue tan acusada como las veces anteriores. Esta ahí aletargada, enseñándome cosas nuevas de mí misma.

Llevo sin medicación de ningún tipo desde enero de 2015, cuidando mucho la alimentación, tendiendo a una alimentación con más base vegetariana y procurando controlar todo tipo de excesos.

Los síntomas han bajado a un nivel suficiente para sentir la tentación de olvidar que esta ahí, con una diferencia: ahora no quiero olvidarlo, ahora quiero tenerlo más presente que nunca y por eso nació el Primer Estudio Relacional Porteo-Fibromialgia. Porque desde mi experiencia personal y profesional creo que puedo ser de ayuda y no sería lícito o ético no hacerlo.

Esta es a grandes rasgos mi historia ¿Nos cuentas la tuya? ¿Quieres participar y aportar tu experiencia en el estudio?. Puedes hacerlo leyendo este post y completando el cuestionario, al que tienes acceso pinchando aquí.

Una buena asesoría para un buen portabebés

Una buena asesoría para un buen portabebés

En mi anterior post te contaba cómo ha evolucionado el mundo del porteo en España en estos últimos años.

Cuánta variedad hay a tu disposición hoy en día que no había ni de lejos hace 5 años.

Como te decía, no solo hay más portabebés y maneras de usarlos, también hay más tiendas donde comprar y más asesoras.

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Y entre estas tiendas y asesoras hay diferentes criterios, diferentes conocimientos, diferentes maneras de trabajar.

La asesoría de porteo y la venta de portabebés son un sector emergente y, de momento, no hay una formación reglada, ni siquiera unificada.

Es una época emocionante para las que lo estamos viviendo desde dentro, pero puede ser muy confuso para las familias que por primera vez se acercan a este «mundillo» buscando un portabebés con el que llevar a su peque.

Hace unos días me compartían el vídeo de una persona que decía que si buscas un portabebés no te fíes de las tiendas porque solo quieren venderte el portabebés que más le interese. Que busques siempre una asesora de porteo.

Pero la verdad es que nada te garantiza que la asesora elegida sea una buena opción.

Hay tiendas con muy buena asesoría y tiendas con una asesoría no tan buena. Hay asesoras que hacen bien su trabajo y algunas que no tanto. Hay circunstancias que no todas las asesoras pueden afrontar, incluso si son buenas asesoras, con garantías.

Entonces, déjame que te de unas pautas para intentar diferenciar una buena asesoría de la que salgas con un buen portabebés:

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Asesoría en tienda

 

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En una tienda te van a asesorar sobre su gama

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Es lógico, no?

Una tienda trabaja con una gama de productos concreta que ha elegido porque considera que es una buena selección de portabebés bajo su criterio.

Es decir, los trabajan porque, por una cosa u otra, les gustan.

Ten en cuenta que si en la tienda a la que vas no tienen mei tais, no tendrán en cuenta este portabebés cuando te asesoren, así que procura ir a una tienda con una buena selección de portabebés. Lo ideal sería que trabajara con más de una marca de fular, fular elástico, mei tai, bandolera y mochila.

Si en la tienda que tienes a mano no tienen mucha variedad, entonces sí que te interesa contratar una asesoría aparte, en la misma tienda o con una asesora «independiente», para asegurarte de que te asesoran teniendo en cuenta todas las variables.

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Algunas asesoras son también agentes

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¿Esto qué quiere decir?

Pues que venden productos de una o varias tiendas. Así que una asesora o instructora de porteo no tiene por qué estar libre de intereses comerciales en la asesoría.

De nuevo, contratar una asesoría suele ser la mejor manera de garantizar una recomendación independiente.

Normalmente, tiendas y agentes, si te asesoran de forma gratuita es porque esperan obtener la retribución merecida de otra manera, es decir, de la venta del producto.

Esto es perfectamente lícito, no creas que lo critico. Solo que lo tengas en cuenta. Si quieres una asesoría completamente independiente, asegúrate de que la persona que te la da obtiene el beneficio de su trabajo: paga por su tiempo y conocimientos.

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No hay ningún portabebés mejor que otro

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Depende de las necesidades y situación de tu familia.

En una buena asesoría no usarán esa palabra, «mejor», de forma absoluta. Si escuchas expresiones como «el fular es el mejor portabebés» o «esta mochila es la mejor» me temo que no están teniendo en cuenta que cada pareja adulto-bebé es única.

No hay un portabebés mejor, sino un portabebés que se adapta a unas necesidades concretas. Y bajo esa premisa debería transcurrir cualquier asesoría.

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Las asesoras preguntan

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Una asesora te preguntará y te preguntará un poco más

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Para encontrar ese portabebés que se adapta a vuestras necesidades, una buena asesora tiene una única fuente de información: tú.

Como asesoras tenemos (o deberíamos tener) suficiente conocimiento sobre porteo, ergonomía, desarrollo infantil, portabebés, etc. (y para eso trabajamos en Asesoras Continuum).

Pero quien tiene toda la información importante para encontrar VUESTRO portabebés ideal eres tú. Así que prepárate para unas cuantas preguntas. Y si no las hay, ponte alerta. ¿Cómo va a saber nadie cuál es el portabebés más adecuado a vosotros si no te pregunta qué te gusta, qué prefieres, qué necesitas, qué esperas, cómo eres?

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Probar más no significa acertar más

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Es natural pensar que si hay cinco tipos de portabebés lo mejor es probarlos y elegir cuál te gusta más.

Pero esto no es necesariamente así.

Hay portabebés en el que el uso es más intuitivo que en otros, portabebés que necesitan de un determinado nivel de manejo para sacarles todo el partido, o portabebés que necesitan un ajuste determinado.

Probar desde cero portabebés de características diferentes no los pone en igualdad de condiciones, como quizás supones, sino todo lo contrario. En un primer uso, es casi imposible hacerte una idea del ajuste que se puede conseguir con un fular, mientras que con una mochila sí.

Por otro lado, conseguir que tu bebé «aguante» tanta prueba es bastante difícil. Una cosa es que pegadito a ti esté superagusto, y otra es que esté dispuesto a subir y bajar, ajustar, colocar… varios tipos de portabebés.

Lo ideal sería que, con la ayuda de la asesora, descartes portabebés que no se adaptan bien a tus necesidades y pruebes uno o dos si estás dudando. Pero teniendo en cuenta que la práctica hace al maestro y que cuanta más práctica más cómodo.

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Asesoras Continuum

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Y si me preguntas por asesoras de confianza, solo puedo recomendarte las Asesoras Continuum, Asesoras Mimos y Teta y Asesoras De Monitos y Risas, que son las que formamos nosotras y conocemos cuáles son su formación y con qué criterios desarrollan su trabajo.

En estas imágenes que acompañan el post tienes unas cuantas, escríbenos si quieres saber si tienes una cerca.

5 Consejos para amamantar mientras porteas.

5 Consejos para amamantar mientras porteas.

Portear y amamantar se complementan perfectamente. Muchas madres llegaron al porteo atendiendo la necesidad de alimentar a su bebé a libre demanda, buscando una ayuda para un momento lleno de amor, que no tiene horario ni duración definida.

En algunos casos será preferible establecer la lactancia antes de comenzar a portear, sobre todo si hay problemas con la instauración de la misma  y el porteo es nuevo para nosotras.  En otros casos  el porteo ha llegado a ser el complemento ideal para lograr una lactancia exitosa, ya que facilita una posición fisiológica en la que el bebé se agarra mejor y/o se puede corregir postura y agarre mientras el bebé va sostenido.

Si quieres sacarle un buen partido a tu portabebés al amamantar sigue estos útiles consejos:

  • Date tiempo y no te sobre exijas

No todas las mujeres vivimos la experiencia del parto con la misma intensidad. Muchas necesitarán de tiempos más prolongados para recuperar su energía y vigor. Antes que todo debes escuchar las señales de tu cuerpo y darle el tiempo necesario a las nuevas experiencias. Es cierto, nuestro bebé necesitará contacto continuo, pero no te esmeres en querer lograr todo a la vez. Recuerda que una de las necesidades básicas de tu bebé ya está cubierta al amamantarle: estar entre tus brazos.

  • Elige el portabebés adecuado

Puedes lograr amamantar con diferentes tipos de portabebés ergonómicos. Debes escoger según la edad y el desarrollo de tu bebé. El fular y la bandolera se adaptan muy bien al cuerpo de un bebé recién nacido, posibilitando el  ajuste tramo a tramo y soporte a su cabeza. Una mochila ergonómica se ajustará a un bebé mayor que ya logre sentarse por sí sólo, brindándole más libertad de movimiento y mejor visibilidad. Elegir el portabebés adecuado te dará seguridad y confianza para comenzar a probar diversas posturas al amamantar.

  • Descubre la postura adecuada

La postura básica con la cual nos iniciamos en la lactancia es la de cuna o semi tumbado, la más intuitiva a la hora de amamantar. Pero no es la única, existen además la postura en vertical (la más recomendada en algunos casos como reflujo, retrognatia o frenillo), la postura vientre con vientre, como también a la cadera.

En los siguientes videos podrás ver distintas formas de amamantar con distintos portabebés:

Fular:

 

Bandolera:

 

Mei tai y mochila ergonómica:

 

Debes considerar que no existe una única postura ideal para amamantar, ni una postura mejor para todas las madres y bebés. La mejor postura para ti y tu bebé será aquélla  que ambos descubran porteando y practicando a diario, con la cual vayan cómodos y seguros.

  • Todo puede cambiar

A medida que tu bebé crezca y se desarrolle, sus necesidades  irán cambiando. Tu bebé podría pasar de amamantar con frecuencia a pedirlo sólo en ocasiones. De estar todo el día en tus brazos a querer explorar por su cuenta todo a su alrededor.

En cuanto a su desarrollo físico, pasará de no tener control cervical  y necesitar sujeción a controlar completamente su cabeza. Pasará de tumbado a gatear y de gatear a caminar.

Si a tu bebé no le gusta mamar en vertical y sólo prefiere que sea en postura de cuna o tumbado, no creas que esta preferencia durará constantemente, es posible que meses después de nacido prefiera amamantar sólo en postura vertical. También es posible que meses más tarde deje de mamar en el portabebés.  Es normal pasar por cambios y es una bella invitación a descubrir juntos las nuevas experiencias.

  • Y por último, pero no menos importante: ¡Disfruta!

Si practicas el porteo a diario pero aún no logras una postura para amamantar que sea cómoda para ambos, ten calma y no desesperes. Lo importante es disfrutar la maravillosa cercanía que el porteo les brindará a ambos. Si no consigues hacerlo ahora, será en unas semanas o meses más y siempre puedes buscar una asesora de porteo que te entregará confianza y consejos muy útiles.

De todas formas la lactancia siempre será la mejor excusa para estar juntos en contacto continuo. Ya sabes, todo a su tiempo. Practica a diario pero sin exigirte demasiado y por sobretodo disfruta.

 

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¿Se puede portear con problemas de espalda?

¿Se puede portear con problemas de espalda?

No sólo puede ser compatible  portear teniendo problemas de espalda sino que en muchos casos puede ser incluso aconsejable. Ahora explicaré por qué.

Podría buscar cientos de historias pero os voy contar la mía que la conozco que primera mano.

Tengo un problema de columna congénito. Padezco un Síndrome de Klippel Feil y Escoliosis. Es decir, que desde que nací tengo la espalda «hecha un 8». Usé corsé ortopédico  24 horas al día desde los 7 a los 17 años. A esa edad seguía usándolo  sólo para dormir…

Toda mi vida ha estado condicionada por mi problema de espalda. Siempre he tenido un trato preferente a la hora de cargar pesos, nunca me han dejado ni coger una garrafa de agua. Recuerdo perfectamente cuando ya era preadolescente que me daba vergüenza que mi madre me llevara al colegio e iba caminando con el resto de mis amigas pero sin mochila. Mi madre iba por otro camino con la mochila en el coche y me esperaba en la puerta para dármela y que tuviera que cogerla lo mínimo imprescindible. (En esa época no existían las mochilas con ruedas).

Hace 3 años me quedé embarazada. Mi  embarazo  fue de libro, sin  ningún problema, ni de dolores de espalda ni de nada. Nació mi preciosa hija de tan solo 2660 gramos y había que cogerla, para amamantarla, para calmarla, para pasearla, para enseñarle el mundo… Donde mejor estábamos las dos era juntas. Pero entonces comenzó la odisea… dolores de espalda tremendos, mareos… ¡horrible!. Tuve que empezar con fisioterapia y para no tener que cogerla nos pasábamos los días en la cama. ¡Eso no es vida!IMG_2197

Coger a un bebé en brazos conlleva que está despegado de tu cuerpo, que se mueve, que el peso no se distribuye uniformemente en la espalda, que cargas más los hombros, que sufre más una cadera que la otra, que las lumbares se resienten.

Tenía incrustado en mi mente lo que había vivido durante toda mi vida.

¡NO PUEDES COGER PESO!

Sin embargo, hay una persona que depende de ti, no puedes hacer otra cosa, sólo puedes salir adelante y hay que cargarla, hay que cogerla en brazos, hay que sostenerla, hay que jugar con ella, hay que hacer todo lo que hay que hacer. Mi hija necesitaba contacto y parecía que no se lo podía dar.
Conocía el porteo, pero ignoraba sus beneficios, me encantaba pero mi economía no me permitía invertir en un portabebé ¡sobre todo si no iba a poder cargar peso!

Con el tiempo aprendí que con un buen portabebés ergonómico y bien colocado y ajustado teniendo en cuenta las características particulares  se puede minimizar el impacto del peso que se carga. La postura del bebé es la adecuada, su cuerpo está pegado al tuyo por lo que es una extensión del mismo, no puede moverse demasiado pues está contenido por la tela y por lo tanto el peso se reparte por toda tu espalda, hombro y lumbares, no sobrecargas una zona en concreto de la columna ni los brazos.

Cuando mi peque tenía 8 meses probé varios portabebés prestados y me hice algunos artesanales. Algo en mi interior me lo pedía, y no voy a decir que fue fácil encontrar uno que se adaptara a las dos de forma inmediata. Sin asesoramiento profesional y con necesidades especiales es más complicado, pero a base de probar y probar lo encontramos.

A  partir de los 18 meses desterramos el carrito y pasamos a suelo y portabebés, y aunque mi hija pesa 5 veces más que cuando nació no me duele la espalda.20150319_155315 (1)

Sin duda ha influido el hecho de ir probando el protabebés  que mejor se adaptaba a mi propia situación y el uso gradual del mismo que ha fortalecido mis sistemas musculares. Por eso digo que portear no sólo puede ser compatible en muchos casos, sino que puede ser aconsejable.

Un bebé necesita los brazos de su madre, si se tienen problemas en la columna puede ser doloroso e incluso contraproducente, pero portear de la forma correcta, con un buen asesoramiento que tenga en cuenta tus problemas y te enseñe cómo contrarrestarlos,  de seguro tendrá un impacto menor en tu cuerpo que hacerlo sin  un portabebés adecuado. Sin duda restas problemas y sumas beneficios.

 

Conciliación, emprendimiento y porteo

Conciliación, emprendimiento y porteo

Imagináos la escena: la oficina de un banco, de repente entran tres mujeres con sus bebés a cuestas. Tengo la sensación de reescribir el guión de El bueno, el feo y el malo en versión moderna para la madresfera, jajaja. En serio, nosotras no íbamos a atracar aquel banco, lo más que hubiéramos podido hacer era disparar chorros de leche por la teta.

No hace falta que diga que más de una mirada era de sorpresa e incluso asombro. Muchas madres hemos recibido esas miradas pero claro, hacerlo en «manada» y en una situación tan seria como es pedir un crédito a un banco, es de lo más curioso.

¿Por qué os cuento eso? Porque os quiero contar mi experiencia de lo que es montar un negocio teniendo un bebé y como  la viví a través del porteo.

Junto con Ana, mi socia, abrimos un espacio de crianza. Hace ya unos 3 meses pero el proyecto empezó mucho antes. Unos 10 meses de trabajo que se hicieron muy intensos, sobre todo al final.

Cuando me embarqué en esta aventura loca, Ilan, mi tercer hijo, tenía 2 meses (es el tercero pero sólo tengo que cuidar a dos ya que uno falleció, aquí lo cuento si te apetece leerlo). El hijo de mi socia tenía 10 meses y el de otra amiga que recorrió estos primeros meses del proyecto con nosotras tenía 4 meses. Las tres porteamos. A veces íbamos con el mismo modelo de mochila, ¡como si fuéramos del mismo club!

En un caso así el portabebés ya no es sólo una ayuda para hacer tu vida más fácil y/o agradable: es una herramienta de trabajo imprescindible, tanto o más que el móvil o el ordenador. Para mí el porteo siempre ha sido necesario porque vivo en un primero sin ascensor. Por muy poco que haga, para cosas tan básicas como la compra o atender a mi hija mayor, o me crecen varios brazos como a un pulpo o necesito un portabebés. Como en el primer caso iba a necesitar cambiar toda la ropa de mi armario, ¡la opción del portabebés me sale mucho más económica!

Los primeros meses fueron tormenta de ideas, estudiar el sector, perfilar el proyecto, buscar local y financiación, etc. Quedábamos en casa de una, de otra y muchas veces en algún bar. ¡Qué bien nos hubiera venido un lugar como Ohana! Un lugar donde cambiar al bebé sin buscarte la vida o dejar gatear tranquilamente al más grande de los peques sin miedos ni carreras desenfrenadas. Pero bueno, no existía y por eso había que crearlo.

 

Foto 2 post Flor

 

 

Luego vino lo realmente chungo: la OBRA. Si pudiera ambientar el post con música, ¡os pondría la de psicosis!
Como íbamos cortitas de dinero no pudimos delegar todo y tuvimos que encargarnos personalmente de gran parte del trabajo. Desde ir a comprar todo el material hasta perseguir por todo el edificio la linea de fibra óptica y encontrar por dónde entraba al local.


Un aviso importante: no se puede entrar en la plataforma de la construcción con niños, aunque sean bebés y vayan en el portabebés (#PorteoSeguro). Nunca subestimes la información tan útil que podamos darte en este blog, jajaja.

Al principio iba alternando fular, sobre todo en casa, con nudos que no fueran hiperpresivos. Y fuera de casa, usaba bastante la bandolera y la mochila (una que proporciona ajuste punto por punto para sostener bien la espalda del bebé). Necesitaba formas de porteo que se pudieran poner y quitar rápidamente ya que lo hacía muchas veces al día. En una mañana como mínimo eran 5 veces para salir de casa, dejar a la mayor en la escuela, para ir al banco, ayuntamiento, tienda o donde fuera, para ir a recoger a la niña y para volver a casa) . A veces eran muchas más veces, según los recados que tuviera que hacer y el trabajo  por la tarde.

También reconozco que cuando estaba dormido en el coche lo ponía directamente con la maxi-cosi en el carro para no despertarle con tanto ajetreo al pobre. Ya ves, para gran sorpresa de algunos, ¡SÍ, tengo un carro y lo utilizo! Lo uno no impide lo otro. ¡Ni talibana de la teta ni integrista del trapo! Todo vale en esta vida, o mejor dicho, lo que vale es lo que te funciona (y si respeta las necesidades del bebé ya es la repera).

Al final usaba casi siempre la mochila por las razones que mencioné antes, porque mi hijo ya pesaba mucho y porque necesitaba poder pasarlo de delante atrás o viceversa rápidamente, para tener las manos libres para trasladar cosas o trabajar y para poder darle el pecho sin tener que sentarme a hacerlo.

Para entonces Ilan ya tenía 9 meses y como la mayoría de niños de su edad necesitaba estar en el suelo, pues iniciaba la etapa de gateo, tan importante para el desarrollo. Sin embargo, algunos días ni tocaba el suelo: o iba en el portabebés o estaba en el coche. El local estaba en obras y bastante impracticable para un bebé. Me sentía culpable de no poder darle un ambiente adecuado para su desarrollo, pero como muchas de vosotras, tenía que trabajar y  al menos estaba conmigo.

Tras meses de trabajo duro  lo conseguimos:  ¡Inauguramos!

Fue un gran día, con el estrés de los últimos detalles y el alivio de ver que todo salió bien. A partir de ahí  empezaba mi verdadero trabajo: atender la tienda, la cafetería e impartir talleres. Iba a ser más fácil… o eso creía.

La definición de conciliar es:

Hacer que dos ideas, opiniones, circunstancias, etc. opuestas o diferentes se unan y hagan compatibles.

La conciliación familiar sería poder compatibilizar el trabajo con la vida familiar. Una piensa que si monta su propio negocio va a ser más fácil pero no lo es tanto. Compatibilizar no quiere decir optimizar. Como me dijo una madre emprendedora un día, al final ni trabajas al 100% ni atiendes a tus hijos al 100%.

Dicho esto, no cambiaría lo que hago por nada del mundo. Estaría más cómoda haciendo mi trabajo sin mi hijo (o mis hijos) claro está. Un día, sirviendo mesas con el peque enganchado a la teta en la mochila, mi campo de visión estaba bastante mermado y casi piso a una bebé gateando en el suelo. Menos mal que tengo unos reflejos felinos y no pasó nada. Pero este proyecto lo montamos para nuestr@s hij@s y los de nuestr@s clientes y sin ellos ya no tendría sentido.

Foto 1 post Flor

A  veces, cuando tengo al peque dormido en el portabebés, y tengo que enseñar cómo se pone otro, lo tengo que hacer ¡por encima del que ya tengo! Porteo a doble capa, jajaja, ¡si eso no da soporte a sus 11kg apaga y vámonos! Pero nos vamos apañando. Lo bueno es que nuestr@s clientes también son padres y madres y son muy comprensivos: GRACIAS.

Así es mi día a día de madre emprendedora y porteadora. ¡Ah y lactante también!, no lo olvidemos, que sacar la teta ante notario también tuvo su punto ;-).

 

Porteo y Fibromialgia: Primer Estudio Relacional.

Porteo y Fibromialgia: Primer Estudio Relacional.

Soy Esmeralda Solís, parte del Equipo de Formación de Asesoras Continuum, soy madre porteadora y soy afectada de Fibromialgia.

Vengo a proponeros participar en el Primer Estudio Relacional Porteo y Fibromialgia.

Soy una más entre los afectados de Fibromialgia en España. Según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología, la Fibromialgia afecta a una cifra entre el 2% y el 4% de la población española. Esto supone, en nuestro país, más de un millón de personas enfermas mayores de 18 años, de los cuales, la mayoría  son mujeres (90%), su prevalencia es de 20 mujeres por cada hombre afectado.

He porteado a mi hija desde su nacimiento hasta sus cinco años (y aún ahora puntualmente).

He usado todo tipo de portabebés ergonómicos, con y sin brote de Fibromialgia, en épocas agudas y de meseta, probando y tanteando qué me iba mejor a mí.

Siempre sin perder de vista qué me advertía y pedía mi cuerpo en cada momento, con épocas de paradas largas en el porteo por salud y seguridad.

Sé que sufro Fibromialgia hace muchos años. Busqué un diagnóstico firme hace aproximadamente tres años. El porteo es mi vida a muchos niveles, es una forma de vivir y criar, y esta práctica se vio afectada, por supuesto, por la Fibromialgia,  como otras muchas facetas de mi vida.

Sé que somos muchas las afectadas (y afectados, pero personalmente no conozco padres afectados que porteen) las madres que porteamos a nuestros pequeños, por o a pesar de esa dolencia.

Me consta que somos conscientes de nuestras limitaciones y de la ayuda que supone el porteo en muchas ocasiones, pero siempre es bueno saber más, para hacer un mejor uso.

Como experta en ambos temas, en uno como profesional y en otro como afectada, tengo muy claro también que se sabe poco o nada de ellos en relación directa. post (2)Sé que la Fibromialgia tiene un abanico tan grande en cuanto a síndromes asociados, y síntomas variados y difusos que es muy complicado desde una sola experiencia llegar a unas conclusiones o recomendaciones claras en cuanto a la práctica del porteo para quienes la sufren.

Por eso hemos decidido poner en marcha un Estudio Relacional sobre Porteo y Fibromialgia con el que poder recopilar datos y experiencias de más madres y padres afectados que portean a sus hijos, que nos consta estáis ahí, diagnosticados/as y sin diagnosticar.

Soy la primera en reflexionar y contestar a la encuesta del Primer estudio relacional sobre Porteo y Fibromialgia. Creo que es un buen paso arrojar luz sobre este tema y ahora es el momento para ello. Lo haré de forma abierta en un próximo post, contando mi propia experiencia en el porteo desde la Fibromialgia.

Siempre existen motivos para el agradecimiento, así que lo primero, gracias por leerme y lo segundo, gracias por participar, sea rellenando la encuesta porque estés en el mismo o similar barco, o bien por compartirlo y dar la opción de que llegue a más gente y podamos acumular más experiencia, más datos, más conocimiento.

Y gracias, por supuesto, a las alumnas de la tercera promoción de Asesoras Continuum que fueron la chispa que hizo encenderse esa mecha, hace tiempo colocada, de que mi experiencia en porteo siendo afectada, podría servir para alguien más allá de mi propia persona o las familias que directamente hablan conmigo.

Si una cosa he aprendido de esta afección, es que no es una parcela claramente acotada, no hay dos afectados iguales ni parecidos siquiera en sus sentires diarios con la Fibromialgia. Por lo tanto lo que sirve para mí, no sirve para otros y mis usos y manejos no son extrapolables a otros afectados.

Por mi experiencia personal no hay una única recomendación válida, cada uno está afectado/a de distinta forma, no hay dos personas que respondan igual ante idénticas situaciones. Normalmente un portabebés con buen apoyo y soporte y que pida pocos giros de articulaciones puede ir bien pero no podemos generalizar. En resumen no es sólo que se tenga fibromialgia, es cómo está afectada la persona, qué molestias o dolores son los que más marcan, dónde, cómo…muchos factores a tener en cuenta. Mi caso no tiene por qué ser el tuyo… No es fácil concretar  porque es una enfermedad con muchas caras…tantas como afectados/as y de ahí surge la necesidad e importancia de este estudio.

No pretendemos, no pretendo, hacer un estudio sobre Fibromialgia, el objetivo es hacer un estudio sobre la relación experiencial que se produce entre afectados/as de Fibromialgia y el porteo. Partimos de la experiencia diaria de los/las afectados/as y a ellos van dirigidas principalmente las conclusiones finales.

Puedes clicar aquí para acceder al cuestionario, ver cómo está configurado y sus instrucciones correspondientes. El cuestionario está orientado a padres y madres afectados de Fibromialgia que porteen actualmente o lo hicieron en su momento. Cualquier duda que te genere puedes escribirme a info@sirinadas.com. Si no eres una persona afectada puedes ayudarnos compartiendo este post y el cuestionario, tu ayuda también es muy valiosa para nosotras, GRACIAS!.

Esmeralda Solís

Asesoras Continuum y Siriñadas

 

Ayer y hoy del porteo en España

Ayer y hoy del porteo en España

Hoy empieza una nueva etapa en este blog, que espero que sea de tu agrado.

Hemos decidido empezar a mostrarte quiénes somos y a qué nos dedicamos, no solo el equipo formativo, sino todas las que llevamos la marca Asesoras Continuum a gala.

Y me ha parecido apropiado inaugurar con un post de «batallitas», hahaha.

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Si acabas de llegar al mundo del porteo hace relativamente poco, seguramente tu primer «problema» haya sido elegir portabebés. No solo el tipo (fular, elástico, mei tai, mochila o bandolera) sino el portabebés en cuestión. Hay infinidad de marcas, materiales, con sus características diferenciadoras además de mil opciones estéticas.

Todo un mundo.

Pero esto no siempre fue así. Es más, no hace nada esto no era, ni de lejos, así.

Yo comencé hace 7 años. Y por aquel entonces, teníamos:

  • Cuatro tiendas (!!!) que sirvieran online en toda España. Luego descubrí que había más, pero no se encontraban con facilidad en Google.
  • Fulares Hoppediz, Easycare, Didymos, Ella Roo, Storchenwiege y Lana. Traducción: un 90% de fulares de rayas. En el 10% restante, colores lisos de la sarga diamante, los bicolores indios de Didymos y los estampados de Lana.
  • Fulares elásticos Minsá.
  • De las bandoleras no me acuerdo demasiado porque no me llamaron nada la atención, pero sí que recuerdo las Hoppediz (con un hombro bastante infernal por cierto) y las de Storchenwiege. Y artesanales. Y por supuesto, las bellísimas Sakura que había que traerse «de fuera» (así que estaban fuera de tu alcance si no hablabas inglés).
  • Mei tais Chinado y artesanales.
  • Pouch de Hostlings y artesanales.

No era poco así listado… pero realmente no había tanto donde elegir. Especialmente, porque no eran tan fáciles de conseguir. Y mucho menos de usar bien.

Eso es otra cosa que ha cambiado mucho.

Por aquel entonces, «aprendíamos» a portear con las instrucciones del portabebés, si lo traía, y vídeos de Youtube. En español, solo había unos pocos vídeos de Mónica Salazar, de Familia libre.

A veces, tenías suerte y había alguna mamá cerca que te enseñaba otra manera de usar tu portabebés o a hacer un nudo nuevo.

Es verdad que empezaba a haber instructoras de porteo, pero no era tan fácil localizarlas. La blogosfera y Facebook estaban en pañales, al menos para nuestro sector. Nos movíamos en los foros. Y aprendíamos unas de otras, subiendo fotos de nuestro «logros» y comentándolas entre todas.

De un foro, y de esa necesidad, nacía Red Canguro (pero esa es otra historia) por aquel entonces.

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Rayas y gran soporte

El Lana Solara, sueño de las primeras frikis fulariles españolas.

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Si ahora echo un vistazo al mundillo, parece que hayan pasado 70 años más que 7.

Me es imposible listar la cantidad de marcas de portabebés que hay a tu disposición hoy en día. Sí que puedo decir que, te guste el diseño que te guste, lo encontrarás en un fular. Por no hablar de la inmensa variedad de tejidos, materiales y grosores. Marcas que tejen a mano, fulares exclusivos y opciones superecónomicas. Cada día, más variedad.

Tanta que a veces abruma. Pero, aunque empezar es un poco más complicado, mejor es tener dónde elegir. Qué y dónde comprar.

Sobre todo, ahora tienes quien te ayude a elegir. Las asesoras de porteo estamos en todos sitios: en tu pueblo o ciudad, en nuestros blogs y canales de vídeo, en las redes sociales… Si necesitas la asesoría de una profesional, es fácil encontrar una (quizás no sea tan fácil diferenciar una buena profesional de alguien que no lo es… pero de nuevo eso es otra historia).

Y si prefieres el aprendizaje madre a madre, sigues teniendo una gran variedad de grupos, virtuales o presenciales donde compartir porteo y muchas más cosas: cada vez somos más las «locas del trapo» contando nuestros aprendizajes, nuestros errores, nuestros fulares soñados…

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Fular Hoppediz

Podías elegir entre fulares lisos, de rayas gruesas o de rayas finas, hehe.

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¿Me habría gustado empezar a portear hoy en día? Pues por un lado sí. Seguro que no habría empezado con un fular de rayas. Y segurísimo que no habría empezado con una cruz simple. Ni la habría hecho tan mal.

Por otro lado, pues no. No habría podido vivir el nacimiento del porteo en España. No habría podido estar en la primera reunión de Red Canguro ni ser parte de este proyecto de Asesoras Continuum. No habría conocido a tanta «loca» pionera ni a sus peques preciosos. No me habría sorprendido con cada nueva marca, con cada nueva mezcla, con cada nuevo diseño.

¡¡Y lo que me (nos) queda por ver!! Qué hermosa aventura, no crees?  ACOMPÁÑANOS

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* Gracias a Elena de Regoyos, a Virginia Moll y a L.D. por sus fotos (que por supuesto tienen todas los derechos reservados) . Compañeras de foros antes y grupos de FB ahora, es un placer sentirse nostálgica en tan buena compañía.

 

Relación del porteo con los hitos del desarrollo hasta los 18 meses

Relación del porteo con los hitos del desarrollo hasta los 18 meses

¿Qué relación tiene el Porteo con el desarrollo normal de un bebé?
¿Influye en el bebé ser porteado?
Compartimos  este interesante artículo de Nahia Alkorta publicado originalmente en euskera en su blog Sabeletik Mundura

 

«Tomando como punto de partida un bebé sano nacido a término aparentemente sin ningún problema de salud ni diversidad funcional, ¿cómo se relacionan los principales hitos del desarrollo y el porteo?

Para entender el porteo como una herramienta básica y fundamental en el desarrollo óptimo de un bebé, debemos tomar en consideración que el porteo en sí, también evoluciona (o debería evolucionar) junto con el bebé. Es decir, el porteo será la herramienta para facilitar ese desarrollo siempre y cuando, se vaya respetando el desarrollo en sí.

Tomando en cuenta el desarrollo psicomotriz y su correlación con el porteo debemos tener en cuenta lo siguiente:

 

  1.  El bebé recién nacido (a término y sano), las primeras horas/días es capaz de reptar sobre el pecho de su mamá.
  2. El bebé tiene reflejos y han de tenerse en cuenta.
  3. El bebé, por lo general, no tiene control cefálico.
  4. Toda la musculatura y el estructura ósea del bebé, es moldeable.
  5. La fontanela, la columna vertebral y la cadera son especialmente sensibles y de vital importancia.
  6. El parto puede ser un gran condicionante a tener en cuenta (instrumental, medicalizado, cesárea…).
  7. Todo lo que hagamos desde el embarazo (o incluso antes) tiene su efecto, pero sin olvidar la gran capacidad de adaptación y resilencia del ser humano.

 

Por lo general, el porteo se debería adaptar día a día y la situación ideal para el desarrollo sería del suelo a los brazos, y viceversa, pasando por el pecho de mamá cada vez que el bebé lo demande, a través de la observación, a las características personales y del momento, pero especialmente teniendo en cuenta las siguientes fases:

 

  • Bebé que aún no sostiene la cabeza:

Un bebé que aún no tiene control cefálico debe llevar la cabeza sujeta para evitar lesiones y sobre-esfuerzos en la columna y zona lumbar. Además, la contención se asimila a la sensación intrauterina y la adaptación al mundo extrauterino será mejor. El portabebés tiene que adaptarse perfectamente a su cuerpo y dar buena sujeción de cabeza sin ejercer presión.

 

  • Bebé que sostiene la cabeza.

Un bebé que sostiene la cabeza por sí mismo, tiende a tolerar menos, cuando está despierto, que el portabebés se la sostenga, por lo que debemos adecuar el movimiento a su capacidad para no sobrecargar, y sostenérsela cuando descanse. El portabebés tiene que adaptarse y permitir ofrecer la movilidad y el sostén de cabeza cuando sea necesario con facilidad.

 

  • Salto cognitivo hacia los tres meses: se fija más, reacciona a los estímulos.

Sobre los tres meses suele haber un salto significativo a nivel cognitivo y empiezan a fijarse en el medio que les rodea, a descubrir el mundo desde la seguridad de nuestro pecho. Puede ser un momento adecuado para alternar el porteo a la cadera con el delantero o de espalda, siempre teniendo en cuenta que en los ratos de descanso debemos ofrecer sostén de la cabeza.

 

  • Bebé que se mantiene sentado.

Un bebé que se mantiene sólo sentado suele tener una madurez y un desarrollo físico mayor, la musculatura y su estructura ósea ya han evolucionado mucho y por lo tanto, puede ser un buen momento para abrir el abanico de posibles portabebés (si su apertura natural de caderas lo permite): mei-tais, mochilas ergonómicas…

 

  • Bebe que gatea.

El desarrollo de un bebé que es capaz de desplazarse tanto física como cognitivamente es adelantado. El porteo debería permitirle avanzar en ese proceso, por lo que los ratos de porteo y de suelo debería ser intercalados. Utilizando el porteo como lugar de protección frente a la nueva realidad que se empieza a descubrir y de descanso, ya que el gasto energético tanto en el esfuerzo físico como en el mental es muy alto.

 

  • Bebe que anda.

Un bebé que camina se encuentra con un sinfín de posibilidades que pueden llevarle a emociones explosivas, sustos, alegrías… y  debe tener un sitio seguro donde poderlas gestionar. Un lugar de protección, de amparo, de amor… el portabebés debería ofrecernos todo eso, de manera rápida, para alternar con el rato de juego.

 

Pero ¿por qué desarrollo óptimo a través del porteo?

 

  1.  El movimiento al ser porteado es un ejercicio de baja intensidad que va ejercitando su musculatura.
  2. Descubrir los nuevos estímulos a centímetros de la expresión de la persona de referencia ofrece al bebé información continua de la realidad que le rodea.
  3. El contacto en sí, es una herramienta muy poderosa del sistema neuroendocrino.

 

Y ¿qué correlación existe entre el porteo y los principales hitos del desarrollo?

 

Fotografía ©SusanaSantamaría. (Camalaqué)

Fotografía ©SusanaSantamaría. (Camalaqué)

A nivel postural, el porteo trabaja, de manera indirecta y sin  hiperestimulación forzada, la estructura ósea y la musculatura. El movimiento permite que el bebé se ejercite, sin tener que hacer ningún esfuerzo. El porteo deberá adaptarse siempre a su postura natural y sus necesidades físicas y cognitivas.

 

Pasará de no control cefálico a control cefálico, a ser capaz de apoyarse sobre los antebrazos, a voltearse, arrastrarse, gatear, ponerse de pie, caminar, saltar… y no parar.

 

El porteo nos puede ayudar a encontrar momentos de sospechas de que algo no vaya del todo bien, puesto que la observación al bebé es mucho más continua y cercana.

 

En cuanto a la manipulación, el porteo y ser parte de la realidad del adulto a todas horas, le ofrecerá múltiples oportunidades para practicar desde el contacto,  intentar coger los objetos que nos rodean,  practicar la psicomotricidad fina cogiéndonos el pelo, la nariz, la boca… Manipular cosas en el portabebés con la seguridad de estar siempre bajo vigilancia evitando muchos riesgos.

 

Al ser participe activo de la vida del porteador interactuará con más gente y no será apartado por lo que obtendrá muchas más oportunidades de analizar las estructuras del lenguaje, la expresión facial, la tonalidad… y a aprender que los estímulos (los que él mismo emite) obtienen respuesta.

 

Fotografía ©Siriñadas

La socialización se realizará en un entorno seguro, desde el portabebés junto a la persona de referencia. Es decir, no se sentirá solo ante el desconocido, en entornos no seguros, evitando situaciones de estrés y segregación de cortisol.

 

El porteo es una herramienta estupenda para que el desarrollo del bebé sano sea óptimo a todos los niveles y la crianza y el día a día del adulto sea mucho más fácil, generando así un entorno mucho más feliz para todos. La estimulación será ininterrumpida, y siempre desde el hogar, desde el sitio más seguro, junto a la persona de referencia. Mientras su musculatura se trabaja de manera involuntaria, se estimula la socialización, la memoria, el lenguaje, la vista, el olfato, el tacto… y la vida, entendida como algo vivo y en constante movimiento: Un Continuum.»

 

No deberíamos hablar de beneficios del porteo en el desarrollo,
sino de perjuicios de NO 
PORTEAR en el desarrollo del bebé.

 

Nahia Alkorta Elezgarai

www.sabeletikmundura.eus

 

 

 
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Te siento aunque no te vea – por Carolina Sánchez

Te siento aunque no te vea – por Carolina Sánchez

Me gustaría contarte una anécdota que nos sucedió hace ya cinco años, en un paseo con  amigos.
Caminábamos por la calle y una de las parejas iba delante de nosotros con su niña. En un extremo iba la pequeña de unos tres o cuatro años, de la mano de su madre, cuya visión es muy limitada,  agarrada a su pareja invidente, que era guiado a su vez por su perro guía.
Pudimos avisarles a tiempo para que la pequeña no se chocase contra una valla que había en mitad de la calle y que al ir caminando en bloque había quedado justo al paso de la niña.

Esta escena que a nosotros nos parece exagerada, es una realidad frecuente en la vida de las personas ciegas o con problemas graves de visión.

Porteo y necesidades especiales

Por aquel entonces no le di más vueltas al asunto, si bien es verdad que lo he recordado en varias ocasiones.
Es ahora, como asesora continuum, cuando me planteo qué puedo aportarte a ti, si es tu caso, o a cualquier otra familia en circunstancias similares.
Como Asesora  Continuum mi función es, siempre que lo demandes, acompañarte en la búsqueda de lo que mejor se adecúe a vuestras necesidades concretas y ofrecerte información relevante.

 

El porteo, siempre que sea ergonómico (un portabebé que respete la postura fisiológica del bebé: rodillas más altas que el culo y espalda redondeada), tiene múltiples beneficios tanto para el bebé como para el portador.

En el caso de familias con necesidades especiales, hoy me centro en los casos en los que  el sentido de la visión está afectado en menor o mayor grado,

el porteo puede ofrecerte un plus en el día a día en la crianza de tus hijos de seguridad, autonomía con tus pequeños y por supuesto del placer de sentiros.

 

¿Qué puede ofrecerte el porteo a ti y a tus hijos si tienes algún problema de visión?

  •  Mayor facilidad a la hora de desplazarte con tu pequeño. Al ir pegado a ti es como si fuera parte de ti, y por tanto te es más fácil y cómodo desplazarte, ya sea en casa o, aún más necesario, en la calle.
  • Seguridad, al sentir en todo momento a tu hijo y saber que está bien. Por supuesto esta seguridad es mutua, ya que el bebé o el niño también se siente seguro al estar en contacto contigo, para él es una necesidad básica.
  • Disfrutar de vuestra cercanía. El placer de olerle, su calor, sus movimientos y todo lo que te aporta el sentido del tacto. Del mismo modo, el bebé disfruta y se relaja en tu compañía.
  • Fortalece el vínculo. Al estar más tiempo en contacto el vínculo se ve favorecido, y os ofrece otra forma de conoceros y de acercamiento. Ese contacto te ayuda a reconocer más fácilmente sus demandas y sus necesidades.
  • Comunicación con tu bebé. Nadie mejor que tú sabe que el tacto es otra forma de comunicación.
  • La estimulación justa y necesaria para tu bebé: tu contacto, tu voz y el balanceo y movimiento indispensable al ser porteado es la justa estimulación que tu bebé requiere.

 

 

Gracias a las nuevas tecnologías sé que puedes tener acceso a esta información, a través de un transcriptor.

 

Si este no es tu caso pero tienes a alguien cercano en estas circunstancias seguro que le vendrá muy bien esta información, compártela con él y con todos tus contactos.

Carolina Sánchez
Soñando duendes 

1ª Promoción Asesoras Continuum

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